Greenpeace denuncia la situación de las macrogranjas marinas en Guardamar y El Campello 

ALICANTE. (EFE).- La acuicultura en las macrogranjas marinas para la cría de lubina y dorada en el litoral valenciano y andaluz generan "daños en los ecosistemas marinos y maltrato animal por el hacinamiento y el estrés al que están sometidos los peces en jaulas de confinamiento", según ha podido constatar la organización Greenpeace.

La organización ecologista ha revelado imágenes inéditas de varias macrogranjas marinas en Guardamar del Segura y El Campello, ambas en Alicante y en Roquetas de Mar y Villaricos, en Almería, para denunciar "el estado de hacinamiento y estrés al que están sometidos los peces en las jaulas de confinamiento, algunas de ellas en un estado de conservación y suciedad lamentables, con las aguas turbias y ejemplares muertos en los fondos de las redes".

Según un comunicado de Greenpeace, la investigación -la primera a bordo del Witness en España, barco que documenta el estado de protección marina en el Mediterráneo- ha confirmado el engorde de especies en las macrogranjas marinas de estas zonas, donde han tomado muestras del agua para su posterior análisis en laboratorio.

"Desde la superficie no se ve, pero existe todo un horror de explotación animal bajo las costas españolas", han constatado, y aseguran que la acuicultura industrial en España "no es una actividad sostenible" por el elevado número de establecimientos de especies carnívoras.

Según Greenpeace "no tiene sentido" producir o engordar a este tipo de especies, porque para alimentarlas, hay que extraer recursos pesqueros para la producción de harina de pescado y productos agrícolas que, en muchos casos, proceden de la deforestación.  Señalan que en España se producen, entre otras especies, dorada, lubina, rodaballo y atún rojo.

En el caso del atún rojo hacen falta veinte kilos de pescado para el engorde de un kilo, han subrayado y recuerdan que "se trata de un producto de lujo", que se exporta en más de un 85 % principalmente a Japón.

En el caso del resto de las especies, se engordan con harina de pescado, es decir, piensos procesados. Para hacer una tonelada de harina de pescado, se necesitan, aproximadamente, de cuatro a cinco toneladas de pequeños peces pelágicos, han apuntado.

En el periodo 2011-2021, la producción de lubina en España fue de casi 200.000 toneladas y, en el caso de la dorada, de cerca de 140.000 toneladas.

La responsable de la campaña de océanos de Greenpeace, Marta Martín-Borregón,manifiesta que están tratando de convencer de que "la acuicultura es la solución a la sobrepesca y esto no es real: las macrogranjas marinas están contribuyendo al colapso" de las existencias pesqueras. "Las doradas y lubinas de ración no son naturales", asegura Martín-Borregón.

La técnica de Greenpeace apunta a la necesidad del "cambio de modelo de producción y la protección de la pesca artesanal de bajo impacto como modelo de producción sostenible para la biodiversidad" y para la salud.

Al menos el 35 % de los recursos pesqueros están sobreexplotados a nivel mundial y, en el caso del Mediterráneo, esta cifra aumenta hasta el 90 %, aseguran desde Greenpeace.

Martín-Borregón ha pedido desde Greenpeace “que se tomen medidas urgentes ante los terribles impactos que generan las macrogranjas marinas en España", además de que se impida la puesta en marcha de nuevos establecimientos acuícolas, "como las granjas de atún rojo en Guetaria y Castellón o la granja de pulpos de Canarias”.

Asimismo, exigen al Gobierno la implementación del artículo 17 de la Política Pesquera Común, es decir, que se distribuyan las posibilidades de pesca (cuotas y esfuerzo pesquero) en beneficio de la pesca de bajo impacto y de las comunidades locales, incluyendo criterios sociales y ambientales en el reparto.