VALÈNCIA. El grupo Grefusa cerró 2017 con una cifra de negocio de 102,6 millones de euros, un 2% más respecto al año anterior. Sin embargo, la empresa valenciana redujo beneficios un 30%, pasando de 3,3 millones en 2016 a 2,3 millones en 2017. "Durante el ejercicio 2017 el Grupo ha continuado con el proceso de expansión internacional para la venta de sus productos iniciado en ejercicios anteriores", señala el informe de gestión de sus cuentas consolidadas de la compañía de snacks.
Las inversiones en inmovilizado material de la compañía fueron de 2,9 millones de euros aproximadamente, destinadas esencialmente a la adecuación de las instalaciones productivas. En relación a los riesgos más significativos con los que se enfrenta el Grupo, se encuentran los relativos al mantenimiento de los niveles de actividad, así como a la estrategia global de desarrollo de las operaciones del Grupo.
Según consta en las cuentas, en el ejercicio 2018 la misión del grupo era orientara su gestión a consolidar su posición en el mercado, mediante el impulso de la acción comercial, el incremento de la calidad de servicio, el control de costes y la máxima eficiencia en sus operaciones. "En relación con el ejercicio 2018, sin que nos podamos sentir ajenos a la evolución de los factores económicos, pensamos que continuando en la línea de esfuerzo iniciada en pasados ejercicios,podemos ofrecer resultados de explotación acordes, dentro del actual diseño de las operaciones del Grupo", apuntan.
Respecto a la cifra de negocio, los ingresos desde la venta nacional ascendieron a 08,3 millones mientras que los de exportación se situaron en 4,3 millones.
A 31 de diciembre de 2017, el Grupo tiene instalaciones con un coste de 3.025 miles de euros -3.023 miles de euros en 2016- dedicadas a la protección y mejora del medioambiente. Además, los gastos incurridos en el ejercicio cuyo fin ha sido la protección y mejora del medioambiente ascienden a 807.000 euros -755 miles de euros en 2016-, aproximadamente. Por otro lado, el repartid de dividendos se dio por un importe de 1,6 millones de euros con cargo a reservas voluntarias.
Diseñada para ser energéticamente eficiente, la nueva planta reducirá el consumo de energía un 20% durante 2023 y disminuirá el consumo de agua y desperdicio alimentario.