BARCELONA (EFE). La multinacional de hemoderivados Grifols cifra el impacto socio-económico generado por su actividad en los principales países donde opera en 8.500 millones de euros, 1.700 millones de ellos atribuibles a España. Este cálculo incluye el impacto económico directo, así como el indirecto y el inducido, de la actividad de Grifols en EE.UU., España, Alemania e Irlanda, y mide aspectos como la riqueza y el empleo generados en esos cuatro países.
Según detalla Grifols en su informe de gestión consolidado de 2019, de esos 8.500 millones de impacto socio-económico global estimados para 2019, un total de 4.400 millones corresponden a impacto económico directo y los otros 4.100 millones a impacto indirecto e inducido. En esos cuatro países Grifols suma 23.000 empleados y la multinacional calcula que su actividad generó otros 125.000 más, entre indirectos e inducidos, con lo que cifra el total de empleos totales generados en 148.000 empleos.
Grifols resalta que el impacto de su actividad en EE.UU., donde la multinacional tiene una gran presencia, equivale a unos 7.000 millones, un 5 % más que en 2018, y del total del impacto económico un 52 % es atribuible a los 252 centros de donación de plasma que tiene en el país. En total, Grifols estima que su actividad en EE.UU. generó 130.000 empleos, un 66 % de ellos derivados de sus centros de plasma.
En cuanto a España, donde Grifols tiene sus servicios centrales y presencia industrial en varias comunidades, estima que su impacto económico alcanzó los 1.700 millones, un 17 % más que en 2018, y que generó 14.000 empleos, un 10 % más que en 2018. Así pues, la multinacional subraya que su actividad tiene un efecto multiplicador de 2,1 veces sobre la economía española, y que genera 2,3 puestos de trabajo por cada empleo directo que crea en el país.
En cuanto a Alemania, otro país importante para la multinacional de hemoderivados, su impacto económico es de unos 365 millones, un 63 % de ellos imputables a los 43 centros de donación de plasma que tiene en ese país por la adquisición de Haema. Grifols estima que su actividad allí ha generado 3.400 empleos, un 77 % de ellos derivados de los centros de plasma que tiene en ese país.
Y en cuanto a Irlanda, desde donde Grifols gestiona su tesorería global y áreas clave de su división Bioscience, la principal para la multinacional, el impacto económico se estima en 185 millones y los empleos en 850, un 33 % más que en 2018, debido al aumento de empleos directos. No obstante, Grifols tiene una presencia global mayor en todo el mundo, ya que tiene actividad comercial en más de 100 países, filiales en unos 30 e instalaciones productivas en 7 países.
Grifols, el tercer fabricante mundial de hemoderivados, tiene actualmente 24.003 empleados en todo el mundo, de los cuales un 60 % son mujeres, y la plantilla creció en un 13 % de 2018 en relación a 2019. En EE.UU. su personal se incrementó en un 14 %, hasta los 17.450 personas, mientras que en España creció un 7,15 % el número de empleados, al pasar de los 3.858 de 2018 a los 4.134 que había a cierre de 2019.
El informe de gestión consolidado de esta multinacional aborda incluso cuestiones como la brecha salarial ajustada, que la compañía cifra en un 5,1 % en España y en un 2,2 % en EEUU. "No existe un problema de igualdad de remuneración en Grifols, si bien las diferencias constatadas manifiestan la necesidad de implementar iniciativas para seguir potenciando el número de mujeres en cargos de dirección", apunta el informe.