Un grupo de alumnos de la UPV, germen de "un ejército" estructurado de 1.600 voluntarios

VALÈNCIA (EP). Un grupo de Whatsapp de cuatro alumnos de la Universitat Politècnica de València (UPV) y una profesora del Departamento de Organización de Empresas ha sido el germen de "un ejército" estructurado y organizado de 1.600 voluntarios que han prestado su ayuda, primero en la pedanía de La Torre de València, después en Paiporta y en cualquier pueblo afectado por la Dana.

Estos primeros integrantes decidieron estructurar la ayuda por grupos creando un equipo de coordinación, 'el gabinete de crisis', para empezar a filtrar las necesidades, según ha informado este viernes la UPV en un comunicado.

Según explica Marcos Dávalos Guaita (24 años, estudiante del Máster en Ingeniería Industrial de la UPV), publicaban "una misión, creando un subgrupo de whatsapp con un responsable de campo que organizaba las necesidades y la gente se iba apuntando. Una vez completado el trabajo, se cerraba la misión".

Reorientar la ayuda

Tras acabar un examen en línea y viendo los vídeos que se difundían en redes de inundaciones, tornados y personas atrapadas el 29 de octubre a las 20 horas, Marcos llamó a Ricardo Mollà Martínez (22 años, alumno del Grado de Administración y Dirección de Empresas de la UPV) para comentar qué hacer.

Al día siguiente a primera hora ya estaban preparados con escobas y recogedores camino a la parroquia de La Torre en el coche de Marcos con Gabriela Ribes (directora del Departamento de Organización de Empresas UPV), ‘Chus’ Herráez (estudiante del Grado de Biotecnología UPV) y Marta Jimeno Luján (alumna del Máster en Ingeniería Industrial), donde crearon un grupo de Whatsapp.

El jueves 31 de octubre se desplazaron a Paiporta, donde vieron "un descontrol de voluntarios" y decidieron reorientar la ayuda para organizar grupos donde se necesitaran. Y se fueron uniendo voluntarios al equipo inicial -integrado también por Celia Rosell Quintanilla y Miriam Machín (redes sociales)-, como Javier Morales Redondo y Sara Sánchez Malo, del equipo de rugby, que consiguieron los primeros pases para llevar material sanitario a Alfafar.

Al lunes siguiente encontraron el apoyo de toda la UPV e integraron los grupos de Whatsapp que tenían en una comunidad, ordenados, y empezaron a funcionar.

Una implicación brutal

Tras dos semanas en las que han contado con la ayuda de muchísima gente con una implicación brutal, según Marcos, consideran que llega el momento de ceder el testigo. Tienen que asistir a clase, estudios que completar, y ahora hace falta gente cualificada, dice Ricardo.

"Vamos a reorientar el proyecto. Recuperar las casas va a ser muy complicado, y yo no puedo reconstruirla, pero sí ayudar a recuperar hogares. Lo no urgente, que sigue siendo necesario, el acompañamiento de personas, la atención, el cariño… Al final, cuando estás allí, te das cuenta de que no son números, son personas. Continúan teniendo necesidades que podemos y debemos atender", explica Ricardo.

Ahora se trata de despejar trasteros y otras tareas que no son emergencias, pero siguen debiendo ser atendidas, por eso quieren virar el proyecto hacia necesidades como dotar de recursos que se perdieron -electrodomésticos básicos, lámparas, bombillas, pintar paredes, eliminar marcas- y darle continuidad al proyecto adaptándolo a la situación actual.

Es el momento de las subvenciones, las ayudas, y ahí es donde entran los voluntarios digitales que han creado una web que proporciona un índice organizado y verificado con los principales recursos y ayudas disponibles para las personas afectadas por la Dana en Valencia, según explica Belén Arrogante, coordinadora del proyecto y responsable de Alumni UPV.

Esta web, Voluntarios Digitales UPV, incluye información sobre ayudas económicas, servicios sociales, asistencia en caso de daños a la vivienda, así como otras iniciativas locales y regionales, y cuenta con un enlace para sugerir que podamos incluir nueva información.

No es una generación de cristal

En esta avalancha de más de 1.600 voluntarios hay mucha presencia de personal de servicios, docente e investigador de la UPV, e incluso de numerosas personas externas a la universidad, y se ha demostrado que la calificación de toda una generación de jóvenes como 'de cristal' es falsa, según afirman todos estos jóvenes.

"Se ha visto que nuestra generación tiene mucho que aportar. Nunca me he sentido tan valorado en la vida. Ha sido un honor", asegura Marcos.

"Esta generación ha estado mucho más a la altura que los responsables institucionales y gubernamentales, ha demostrado liderazgo, templanza, capacidad de reacción y compromiso con la sociedad que le rodea", un ejército que aúna conocimiento, habilidad organizativa y la humildad suficiente como para saber cómo y cuándo ayudar y también hacerse a un lado.