Si este verano te has quedado con ganas de un vuelo trasatlántico siempre te quedará Guakame y sus luces inspiradas en Bangkok.
Sé que no es lo mismo, pero algo es algo. Recuerdo cuando estuve en Bangkok, volvería mil veces a perderme por aquel caos de motos, callejuelas, mercados, cables y luces. Pero como sé que no voy a volver me consuelo con las luces de Guakame que se han inspirado en las calles de la ciudad.
Detrás de Guakame, Jonan Wiergo y Christian han montado uno de los restaurantes veganos más conocidos, sobre todo, por la generación Z. Una generación gastronómicamente olvidada y es que cuando crezcan, pedirán ofertas muy diferentes a las que estamos acostumbrados.
En Guakame han creado una experiencia completa. Tanto la comida, como el interiorismo, baños y vestuario. Aunque es un restaurante plant-based no es este su eje principal y es que están constantemente mejorando cada punto de contacto con el cliente y dándole vueltas a su concepto. En su carta podrás encontrar platos que incluyen las versiones veganas del queso, bacon, mayonesa y la tan aclamada Heura, que para quien no conozca la marca, comercializan el sustituto perfecto del pollo.
¿Qué pedir? Los muslitos Texas sin ninguna duda. Se trata de coliflor envueltos en una tempura crujiente de coco y cubiertos de su versión de salsa BBQ. Increíbles. No podrás dejarte ni uno en el plato, palabrita. Dale también a unas croquetas, bien suaves hechas con bechamel de coliflor y Heura (sí, me gusta la col) cubiertas con salsa hoisin. Si aún te queda hueco, yo le daba a una hamburguesa, concretamente a la “Big Mamma”, su nombre lo dice todo. Tiene doble de todo, doble burger, doble de bacon, doble de queso y su salsa secreta de pepinillos. Y siempre siempre, con patatas fritas. Para mojar bien todo el chorreo que ha quedado en el plato.
Ah, por cierto, que la cosa no se queda aquí. Que montan espectáculos durante las cenas, sígueles en redes para enterarte porque son otro rollo. Y por supuesto, no te vayas de allí sin la foto en el baño.