Casa La Abuela cumple 75 años. Y lo hace con la segunda generación (Pepe Reig) todavía al frente y con Ricardo Reig Insa, nieto de los fundadores, en la gerencia. El restaurante inició su recorrido en la calle Reina de Xàtiva en 1950, de la mano del matrimonio formado por María Pastor Ferri y Manuel Reig Sanchis, naturales de Ontinyent y Albaida.

Este aniversario de 2025 tiene una indiscutible solera ya que Casa La Abuela celebra tres cuartos de siglo en manos de la misma familia fundadora, con el mismo nombre y en idéntico emplazamiento. Además de con la misma aspiración culinaria y con un mismo plato estrella, el arròs al forn. En el local presumen de cocinar este suculento guiso todos los días del año que Casa La Abuela abre sus puertas. Sin excepción. El encargo puede ser una cazuela pequeña o una grande hasta para quince o veinte personas. Aunque no solo de arroz al horno puede presumir Casa La Abuela. Su carta está atenta a los productos de proximidad así como a las carnes y pescados de calidad. Y en los postres suelen estar presentes otras dos preparaciones autóctonas, la monjàvena o el arnadí.

Casa La Abuela piensa festejar sus 75 años con una publicación: una revista cuyos ejemplares se regalarán en el local. La publicación reflejará la historia del restaurante, rica en anécdotas y curiosidades porque por Casa La Abuela ha pasado toda Xàtiva y miles y miles de clientes de todas partes; de valencianos del pueblo de al lado hasta una excursión de noruegos; de madrileños curiosos del arroz horneado a andaluces expectantes ante esta preparación...

Casa La Abuela tiene dos etapas. Desde 1950 hasta finales de los años sesenta, fue una casa de comidas de ambiente muy casero y bodega que dispensaba vino a granel. La clientela del restaurante era, mayoritariamente, la formada por trabajadores de la zona puesto que la calle era entonces poco menos que el polígono industrial de Xàtiva: un espacio repleto de talleres profesionales (mecánicos, carroceros, carpinteros...). Había muy cerca dos licoreras, dos molinos de arroz y una fábrica de jabón. También era el sitio preferido de los ferroviarios, de cuando Xàtiva era punto de repostaje para las últimas máquinas de vapor. Manuel Reig falleció en 1960. En 1967, uno de los tres hijos, Manolo, asume la dirección de la cocina y actualiza la carta. Además, el local se moderniza y adopta la estética sesentera de la época. María, que había continuado ayudando en los fogones, se jubilaría en 1988. Antes, en torno a 1982, la familia decide dar un paso muy importante: reformar el local para reponer lo antiguo. Se recupera el aspecto original de la casa, del siglo XIX, aunque mejorado con una decoración costumbrista, vigas de madera a la vista, azulejo... Otro de los nietos de María, José Reig, fue el cocinero titular de la casa de 1997 hasta 2015.