Somos Raro, el restaurante que ha conquistado los paladares valencianos con su propuesta desenfadada, divertida y sin etiquetas reinventa la temporada con una nueva carta repleta de platos frescos que continúa con su viaje por los sabores del mundo, sin dejar de lado la esencia de la cocina valenciana que tanto les caracteriza.
Con una carta ideada para ser disfrutada con la manos y un formato pensado para compartir, desde Somos Raro invitan al comensal a descubrir y saborear las nuevas propuestas sin prisas y a la orilla del Jardí del Túria. Todo ello sumado a los clásicos de la casa que representan un juego constante entre lo cercano y lo lejano donde destaca ese toque ‘raro’ que los hace únicos.
“Con una cocina de autor relajada y sin normas, que bebe de los viajes que hemos hecho durante todos estos años, los recuerdos y el producto local, reivindicamos la gastronomía valenciana desde una mirada contemporánea y libre. Para este verano hemos ideado nuevas propuestas que acompañan a las de siempre, y además presentamos un nuevo menú ‘Bocados’ que es un recorrido por lo mejor de nuestra casa con el propósito de que nuestra esencia perdure a pesar del paso del tiempo”, reconocen Sergio, Ibai y Sara.
Nuevos platos trotamundos pero con raíces locales
Entre las novedades destaca la Alita César, un bocado inesperado que versiona la clásica ensalada en formato de taco: alita de pollo campero deshuesada, servida en una hoja de lechuga crujiente con una sedosa salsa césar casera y verduras encurtidas que aportan frescura y acidez. Una entrada directa al universo Raro: sabrosa, divertida y lista para comerse con las manos.
Otra de las joyas de esta temporada es la ensalada de tomates del Perelló, un homenaje al sabor puro del verano. Se presenta con una base de stracciatella cremosa, salsa macha con un guiño mexicano, botarga que suma umami marino y migas de panko que rompen la textura en boca. Un plato que mezcla la tradición de la huerta valenciana con toques viajeros sin perder la esencia.

Las clòtxinas valencianas también se reinventan esta temporada con un viaje al sudeste asiático: llegan al vapor, bañadas en leche de coco, con notas cítricas y albahaca fresca en una versión Thai que realza su sabor sin taparlo. Un plato delicado, aromático y profundamente veraniego.
Uno de los hits de la carta, la ‘Coca de Dacsa’ de atún Balfegó, vuelve con una nueva combinación: sobre la base crujiente y tostada de maíz se sirve una jugosa carrillera desmigada, aliñada con mostaza, pimientos asados y queso ahumado. Un bocado intenso, meloso y lleno de matices, que mezcla técnica, tradición y sabor de calle.

Menú bocados: una ruta sin mapa para disfrutar este verano
El menú ‘Bocados’ es una invitación a descubrir la esencia del restaurante a través de siete pasos pensados para compartir, disfrutar y dejarse llevar. La experiencia arranca con su icónica croqueta carbonara, cremosa por dentro y crujiente por fuera, con guanciale bien marcado y una yema curada que le da un punto extra de intensidad. Le sigue la ya mencionada ‘Coca de Dacsa’ de atún Balfegó, para continuar con un montadito de steak tartar, servido sobre una base de polenta frita con un toque de raifort que aporta carácter. Después llega la Alita César y para continuar viajando sin moverse de la mesa, aparece el brioche de cordero, tierno y especiado, acompañado de salsa de yogur, pico de gallo y cilantro fresco. Como último bocado salado, el mini bikini de carrillera, cocinado al estilo birria, con mayonesa de chipotle y queso comté: un sándwich pequeño pero lleno de sabor, jugoso y contundente.

Para cerrar el recorrido, un postre que resume la filosofía del lugar: el tiramisú de cremaet, una versión muy valenciana del clásico italiano, con el aroma del café, el licor y esa textura que reconforta desde la primera cucharada. El menú estará disponible todos los días de apertura tanto en servicio de comidas como de cenas, a un precio de 30 euros por comensal (bebida y café no incluidos).
Éste se suma al ‘Menú para no pensar’ de 32 euros, una propuesta ideada para quienes confían en la cocina y se entregan a la experiencia de Somos Raro. Con estos menús no hace falta decidir nada: solo sentarse, abrir el apetito y dejar que lleguen los bocados uno a uno, como una sorpresa constante.