VALÈNCIA. Fumiferro, ese restaurante de humo y brasas, que habla del nuevo Cabanyal que tanto nos gusta, ha cumplido un año. Y lo ha hecho como mejor sabe: poniendo la carne sobre el fuego. Con motivo del primer aniversario, los socios (Álex Ordiñana, Adrián Collado y Andrés Gimeno) ofrecieron una cena especial, de concepto informal, con abundante comida y bebida. Si bien los invitados no sabían qué esperar de la noche, más allá de que se les pidió ir de etiqueta "pero no mucho", las sonrisas se estamparon en los rostros una vez que se abrieron las puertas de la casa marinera de Vicent Ballester.

Un ambiente distendido, mesas retiradas para poder caminar por todo el local y comida servida en bandejas a modo de catering. En la parte posterior, las brasas funcionando a pleno rendimiento, y acceso al patio trasero. No faltaron los clásicos, entre ellos el pollo cajún, una brocheta macerada durante 24 horas que define muy de qué va su cocina. También le confirieron importancia al pulpo, la burrata y hasta a la comida japonesa, gracias a la presencia de un puesto de Sushi Events que cocinaba frente al público. La velada también estuvo amenizada por una actuación musical, carcajadas sinceras y una clientela familiar que habla de un interesante presente y un mejor futuro.