VALÈNCIA. Hace un año que MIOYA abría sus puertas en la calle Ruzafa, impulsado por unos jóvenes emprendedores valencianos, que descubrieron en Londres una idea y quisieron trasladarla a la capital del Turia. Todo sin apoyo externo ni aceleración alguna.

Producto fresco, elaboraciones realizadas a diario, propuesta de comida asiática con variedad para poder cambiar de plato cada día e ingredientes de proximidad se ofrecen en un espacio en el que los clientes pueden optar por sentarse o realizar un take away.

La mayoría de sus recetas son altas en proteínas y bajas en grasas y calorías (idóneas para quien trabaja en la urbe y hace deporte a mediodía, por ejemplo). Pokés, ramen, hot bowls, baos, gyozas, ensaladas o sushi se alternan en una carta que ha evolucionado constantemente desde su puesta en marcha.

A ello le unen una preocupación sincera por el medio ambiente utilizando el menor material plástico posible, siendo gran parte de sus envases reciclables, biodegradables y en algunos casos compostables. 

Además, fueron el primer restaurante en formar parte de Too Good To Go, la aplicación que vende a un menor precio los alimentos antes de que el negocio cierre. Y cada día, a las 22.30 horas, ofrecen lo que les queda a un 50% de descuento para evitar los desperdicios.