No sabía yo que fue precisamente en Pascual y Genís donde se comenzó a suministrar la vacuna contra el cólera en València, corría el año 1884 y fue cosa del doctor Jaume Ferrán. No pinta la cosa tan optimista ahora mismo en cuanto a vacunas, la verdad.
En fin, que hay que seguir y uno de los que no para (esa familia es puro corazón hostelero) es Jose Tomás, que nueve años después de abrir Q'Tomás de la mano de su padre Tomás Arribas en Convent de Santa Clara lo traslada al local que hasta ahora ocupaba Sierra Aitana aprovechando el doloroso cierre total que la gastronomía que la Comunitat Valenciana está viviendo. Compartirá acera (ajá) con Llisa Negra de Quique Dacosta; la vida es rarísima a veces.
Se intuye un restorán dedicado al producto (con especial mimo a la carne, Jose trabaja con uno de los ganaderos más interesantes del panorama: Urbano de Fruto), con la cocina abierta al comensal, las brasas al punto y el habitual magisterio con el producto del mar. Yo estoy deseando, así que nos sentamos con el niño.
¿Por qué este traslado nueve años después?
Nos planteamos el cambio por dos motivos: en primer lugar, la situación que estamos viviendo a causa de la pandemia; resulta muy complicado afrontar todos los costes que conlleva mantener nuestros locales cerrados sin ayudas suficientes.
Aunque la decisión definitiva han sido las ganas de que evolucione nuestra cocina: con este nuevo local pretendemos hacer una firme apuesta por el producto de temporada y de calidad, próximo a la filosofía de la cocina de kilómetro 0.
resulta muy complicado afrontar todos los costes sin ayudas suficientes
¿Era demasiado grande el local?
Nuestro local era idóneo para aquellos clientes que buscaban una comida especial en fechas señaladas, es por eso que habían días que nos faltaban mesas o incluso teníamos que hacer dobles turnos, como puede ser en festivos, Navidades o Fallas.
Lo cierto es que, gracias a esta dimensión, nuestros clientes durante la pandemia se han sentido seguros en nuestro restaurante por las dimensiones que presenta y respetar la distancia entre comensales.
Para poder seguir dando lo mejor de nosotros y seguir con la misma gestión hemos tenido que mantener una infraestructura de 150 comensales pero con un 30% de aforo, lo que ha conllevado a repercutir en muchos gastos adicionales que no esperábamos.
¿Cómo será el nuevo proyecto?
Nuestro objetivo es darle un lavado de cara a ‘Q’Tomas?’ sin perder su esencia, tenemos mucha ilusión. Vamos a traer los mejores productos de la lonja de Dénia, Gandia y Cullera para potenciar los sabores del Mediterráneo con ligeros toques que representan nuestra cocina, siguiendo la escuela de mi maestro, padre por castigo, Tomás Arribas.
La estética del local irá de la mano del gran diseñador Julio Guixeres. Hemos confiado en él para plasmar el carácter de la personalidad presente en nuestros platos. El restaurante girará entorno a nuestra cocina a la vista para disfrute del cliente, sin trampas ni cartón.