Ni croissant, ni ensaimada… los esparteros son los dulces tradicionales originarios de la provincia alicantina que el Horno y Pastelería Vicente Raimundo lleva elaborando en la capital valenciana desde hace quince años.
De masa consistente, en boca recuerdan a los conocidos bollos mallorquines con forma de espiral. Ambos dulces cuentan con el saïm o sagí como ingrediente protagonista en su elaboración. Ahora bien, al saborear un espartero, las papilas se despiertan y el sentido del gusto se pone a trabajar gracias al sabor inconfundible de la canela.
Sobre la superficie del bollo, se espolvorea una pizca de azúcar para conseguir la capa dulce y crujiente que tienen tras ser horneados. Una vez colocados en la vitrina, solo queda elegir: espartero sencillo, o esparteros rellenos. Ofrecen desde sabores clásicos hasta novedosos, los rellenos de chocolate son un reclamo.
Estos esparteros pueden encontrarse en los diferentes establecimientos de la familia Raimundo: desde el más conocido de la capital, ubicado en la calle Àngel Guimerà, hasta el más reciente abierto en la calle Jeroni Munyós. También, en los locales de Benetússer, Catarroja o Massanassa.
Los esparteros son los grandes aliados de un vaso de leche, de una horchata fresquita, de un chocolate caliente en invierno, o de un café de vuelta a la deliciosa rutina.