Champagne para un nuevo año

Gurbujis Weekend

Pues parece que sí, va terminando la Navidad y ha pasado un año más. Brindando siempre, claro, por el futuro, pero también por el pasado que es bonito. Con mucho champagne en fin de semana mágico en la memoria. 

| 06/01/2023 | 3 min, 28 seg

Que toca hablar de los chicos Á la Volé. Geniales genios en lo de traernos el gurbujismo más especial y desconocido que enseguida se hace querido. También con unos cuantos naturis, sus tentadoras bandas raras y algún que otro evento. Pero por encima de todo, nos llega muy adentro la periódica quedada champañera en la preciosa Segovia. Porque es momento de amistad exaltada sin rubor. De conocernos, hermanarnos y emborracharnos de alegrías varias. Y de aprender y aprender, por supuesto. Con los más grandes productores a los que escucharías eternamente. De expertos, distribuidores, periodistas y taberneros. Jornadas para absorber vivencias, emociones y cultura que hoy concentramos en algunas copas que queremos destacar para celebrar estas fiestas por aquí. 

Empezando con Bertrand Gautherot y dos de sus etiquetas. El Blanc d’Argile Brut Nature 2019 (Vouette et Sorbee). Chardonnay de Chablis que se expone con cero miramientos. Mirando al sol para deshacer el frío con un abrazo que lo convierte en afecto. En tiempos de vendimia que, aunque tarden, terminan por crear realidades. Armónico y con la sequedad más amable. Limonares de precisión con la justa tensión para mantenernos alerta ante la venida de unos blinis con caviar de camelar.

Viajamos al pasado con el Fidéle Brut Nature 2009 (Vouette et Sorbee). Temporada de amores y calores bien colocados en su botella. Nacarados que emergen con la fuerza de los sabios. Los acunados en el conocimiento, el saber estar y la elegancia. En erguida postura de fuera postureos, porque aquí todo es absolutamente verdadero. Promesa realizada con certezas tan certeras que son acierto asegurado al lado de unos mejillones a la crema. 

Las cosis de Laval y tal 

Vamos ahora con Vincent Laval y algunas de sus cosis. Como el Georges Laval Les Chênes 2018 (Georges Laval). Blanco de blancas tratado con cariño para que sea él mismo. Mimoso, cremoso y saleroso que también domina los suelos que aportan. Relucientes de blanco y tiza, pintando en escuelas sin rechinar. Lo importante, que deja poso con su pose de moda. Un desfile por la mejor de las mesas en la que no falta mantel ni unas medianoches de ahumados.

Es momento para el muy personal Vincent Laval Cumières Rosé Brut Nature (George Laval) que otea el sur con pasión contenida. Porque es finura y señorío, tío. Con porte de altura, traje a medida y zancada larga y firme. Forma que conforma lo precioso en creciente verticalidad. Gema engarzada como colgante de rubí. Reflejos de amor y porvenir con todo tipo de comida y ahora con una barquita de riñones que son higadillos. 

Terminamos con unas copitas del gran David Léclapart, como las de su David Lèclapart L’Apôtre 2014 (David Leclapart). Artesanía elaborada con manos de dedos delicados y nada azucarado. Viñas viejas que se hacen únicas al rozarnos los morritos. Aromas a hechicera lindeza. La belleza que te hace la envolvente porque es tan exigente como vehemente. Redondeces en perfección que te completan como tu otra mitad engrandeciendo cada bocado del pâté en croûte.  

El David Léclapart L’Aphrodisiaque 2016 (David Léclapart) pone el broche final como sólo él sabe. En compendio compendioso que posee todo lo hermoso. Sobriedad y moderación. Seducción encantadora llenita de cosas interesantes. La vuelta a tradiciones parentales. Mentes juveniles que se asientan para que la excelencia sea posible. Con ensamblaje de pagos que se dan por bien pagados cuando son bebidos con un escabeche de pajarito y ostras en el plato.   

Así recibimos 2023 como siempre, con sus incertidumbres, esperanzas e ilusiones. Pidiendo un poco para darle mucho. Con ideales tan excesivos como somos y seremos para que cada uno de sus días sea único y eterno. 

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