El Valencia CF negocia desde hace meses la renovación del contrato del jugador argelino Sofiane Feghouli. Su agente, Antar, y su comisión son los grandes impedimentos para cerrar el trato. El representante del futbolista exige, además del salario del jugador, una cantidad importante anual de varios cientos de miles de euros para él, en concepto de comisión por la renovación. Esta práctica no la realiza el representante del argelino como excepción sino que la usan todos los agentes que operan en el fútbol español
VALENCIA. El fútbol mueve cada año cifras altísimas de millones de euros. Los principales beneficiarios de ese dinero son los futbolistas que reciben salarios desorbitados que ellos generan con el espectáculo que es el deporte rey. Sin embargo, los jugadores no son los únicos que ganan mucho dinero del fútbol. Al lado de cada futbolista siempre hay un representante o intermediario, imprescindibles para el negocio, que cobran cantidades altas por cada operación. Por ello, la Agencia Tributaria ha puesto el foco en cada operación y pelea para que las comisiones que cobran los agentes sean abonadas por los futbolistas, no por los clubes como ocurre hoy en más del 90% de las ocasiones en España.
Mendes, Toldrá, Quilón, Carvajal, Petón, Bronchetti, Raiola, Zahavi... Todos ellos son apellidos muy conocidos dentro del mundo del fútbol. Son los agentes más importantes que trabajan en España, algunos por todo el mundo, y son apoyo constante de los grandes y medianos clubes. Hacienda ha puesto la lupa en los contratos que firman cada temporada con los cientos de jugadores que representan.
La reglamentación FIFA recoge que los agentes tienen derecho a percibir hasta un 10% del contrato que firme un futbolista con un club. Es decir, si un futbolista pacta un contrato por cinco temporadas con un salario bruto de un millón de euros, el total del contrato será de cinco millones de euros y al agente le corresponderían 500.000 euros más.
Hasta ahora, ese pago al agente lo están realizando los clubes y es ahí donde Hacienda no está de acuerdo, ya que entiende que quien debe abonar esa cantidad es el futbolista. La clave está en que el representante trabaja para el jugador y es éste quien debe pagarle por sus servicios, según entiende el organismo dependiente del ministro Cristóbal Montoro.
Hacienda cree que de la manera actual los jugadores no realizan correctamente su retribución, ya que esos 500.000 euros que recibe el agente deberían ir unidos a los cinco millones de salario, y por tanto el jugador no pagaría impuestos —concretamente, el de la renta— conforme a cinco millones sino a cinco millones quinientos mil euros.
Ése es el punto del debate y donde Hacienda entiende que se escapan muchos millones de euros cada temporada hacia otros países porque, además, muchos agentes facturan a los clubes desde empresas extranjeras y por tanto no cotizan en España por operaciones que se realizan aquí.
Según fuentes internas de la Agencia Tributaria, fue en una investigación que se le hizo al Atlético de Madrid en 2015 cuando detectaron que esta manera de proceder de los clubes, la de pagar ellos directamente a los agentes, en algunos casos porcentajes más altos de los estipulados por FIFA, es totalmente habitual en el mundo del fútbol. Y decidieron ponerle freno. Tanto es así, que estas mismas fuentes afirman que ya existe un criterio reciente por el que Hacienda exige a los clubes que sean los futbolistas los que abonen las comisiones a los jugadores para que éstos no se ahorren ninguna cantidad.
De hecho, Hacienda tiene previsto exigir las cantidades adeudadas de los futbolistas por los años no prescritos. La investigación y el informe sobre este asunto es de 2015, por lo tanto podrían exigir a los jugadores las cantidades que entienden se adeudan desde 2011. Las cantidades adeudadas sumarían muchos millones de euros.
La intención de la Agencia Tributaria es acabar con ese modelo de operaciones. Sin embargo, éste no es un asunto tan sencillo porque muchas veces las relaciones entre los clubes y los agentes es buena debido a las muchas operaciones que realizan en el tiempo. Ahí, los clubes devuelven los favores a la hora de pagar las comisiones. Por ello, pese a las restricciones que Hacienda quiere aplicar, siempre quedan recovecos legales que posibilitan el pago desde los clubes hacia los representantes, generándose una batalla legal que está todavía por dirimir.
De hecho, como asegura Pablo Romá Bohorques, director de Roma Bohorques Abogados Tributarios, «en 2015 se ha producido una novedad importante. En la actualidad, está permitido que el agente de un jugador pueda ser contratado por el club para una transacción entre éstos dos últimos siempre y cuando el jugador preste su consentimiento. Esta situación, no prevista antes de 2015, está contemplada tanto por el nuevo Reglamento de intermediarios de la FIFA, que entró en vigor el 1 de abril de 2015, como por el Reglamento de Intermediarios de la Federación Española de Fútbol.
Con este nuevo esquema, si se ha pactado que la retribución del intermediario que interviene en la operación debe de quedar satisfecha por el club, entendemos que Hacienda no podrá considerar este pago como retribución del jugador». Ante este nuevo escenario aparecerá una confrontación, ya que los representantes tienen firmado un contrato de exclusividad con sus clientes, los futbolistas, para ser ellos quienes negocien con sus clubes, habiendo aquí una incompatibilidad evidente al no poder defender en una misma negociación a un club y a un futbolista. Además, se entiende que el club siempre tendrá a profesionales más que competentes preparados para cada negociación.
Al respecto, el colectivo de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), entiende que el representante del deportista presta sus servicios al jugador, por lo que sus honorarios corren a cargo del deportista, y aunque se haya pactado que el club los pague debe entenderse que los paga por cuenta del jugador.
Para el portavoz de Gestha, José María Mollinedo, en la práctica, este criterio encarece el importe de la contratación del deportista por el club, que le debe reconocer unas retribuciones íntegras adicionales e ingresar unas mayores retenciones del trabajo, de forma que el rendimiento adicional del jugador, neto de impuestos, coincida con los honorarios totales de su representante que el club ya ha pagado por cuenta del deportista.
Por eso, este criterio no implica que el club pague ninguna cantidad más al jugador porque ha destinado esa mayor retribución a pagar al representante por cuenta del jugador. Es decir, el jugador no tendrá importantes divergencias fiscales, al contrario que el club, al que se le exigirá unas mayores retenciones del trabajo del jugador.
«En cuanto al impuesto sobre sociedades del club, los gastos deducidos del pago al representante deberán ajustarse con la mayor retribución del deportista. Mayor impacto tendrá el IVA de los honorarios al representante, que el club no podrá deducirse porque quien lo soporta realmente es el jugador. Es de esperar que los clubes planteen una batalla judicial en contra del criterio de la AEAT», según Mollinedo.
Hacienda lleva años investigando la manera en que los deportistas de élite pagan sus impuestos y hace tiempo que puso su foco en el fútbol. Los contratos multimillonarios de jugadores como Neymar o Messi, que han sido procesados penalmente, están sirviendo para que los futbolistas y sus asesores se tomen muy en serio sus cotizaciones a la Agencia Tributaria. Pese a ello, este asunto genera discordia y los agentes siguen intentando escapar, la mayoría por resquicios legales, de una normativa que el Ministerio de Hacienda quiere hacer impermeable.