VALÈNCIA. (EP) La Conselleria de Hacienda y Modelo Económico ha licitado la rehabilitación del Palacio de Calatayud, ubicado en la calle Micalet, 5 de València, que permitirá recuperar más de 3.800 metros cuadrados de uso administrativo en pleno centro histórico de la ciudad. Las obras durarán tres años y contarán con 7,5 millones de presupuesto.
La reforma pone en valor los restos arqueológicos que se han encontrado durante la realización de las actuaciones y rescata las estancias principales respetando su ornamentación original. En el proyecto se busca tanto la funcionalidad como la armonía entre los usos del patrimonio valenciano y su recuperación, fomento y valorización.
Los trabajos arqueológicos previos realizados en el Palau de Calatayud sacaron a la luz un muro de época romana que conserva parte de su revestimiento de placas de mármol, posiblemente de la cantera valenciana de Buixcarró.
"Se trata de un hallazgo de incalculable valor, pues nos introduce en el ámbito de los grandes edificios monumentales que rodeaban el Foro de Valentia entre los siglos I y II", ha explicado Isa Castelló.
Este muro, además, fue utilizado a lo largo de la historia, de modo que se conserva hasta el momento una altura superior a los 2,25 metros y, sobre él, se mantienen reformas de épocas posteriores que muestran cómo distintas culturas y civilizaciones vivieron en el mismo espacio que ha llegado hasta nuestros días.
También se descubrió una parte de la trama urbana antigua, cuya modificación en 1800 coincide con la construcción de la actual Casa Vestuario. "Se han verificado las antiguas alineaciones de la calle Micalet, que provenían de muchos siglos atrás, y se ha confirmado que la antigua línea de fachada se encuentra bajo la actual calle, de modo que la anterior era mucho más estrecha y con una orientación que coincide con la de otros restos de la ciudad romana de València", ha apuntado la directora general.
Además, en la pared medianera con la Casa Vestuario se ha descubierto el antiguo muro, que alcanza dos plantas de altura, construido con la técnica del tapial y que data del siglo XIV. Gracias a su gran valor patrimonial y plástico quedará finalmente visible e integrado en el futuro edificio de la administración autonómica.
El edifico también alberga uno de los mayores conjuntos de pavimento Nolla de la Comunitat Valenciana, que ahora será restaurado. Estas piezas de mosaico, que cubren un total de 414 metros cuadrados del edificio, son un material muy apreciado por su riqueza cromática, originales formas y excepcional durabilidad.
Al acometer la intervención para el estudio arqueológico del Palacio de Calatayud salió a la luz todo este conjunto. Los suelos revestidos de pavimento Nolla estaban ocultos bajo una capa de gres y otra de suelo laminado, que se superpusieron a lo largo de los años. Una vez retirados estos dos recubrimientos, aparecieron las pequeñas piezas de mosaico, que se encuentran en diferente estado de conservación, aunque la mayoría está cubierta del pegamento empleado para la instalación de los suelos, que ahora se retirará para rescatar y pulir las piezas Nolla.
En el Palacio de Catalayud también se han realizado catas en las molduras que decoran las estancias. Unos trabajos que han revelado que posiblemente el material original que las recubría en algunos casos era pan de plata y, en otros, pan de oro, si bien el paso del tiempo hace que prácticamente haya desaparecido. El objetivo es recuperar estas molduras para poder apreciar su aspecto y prestancia originales.
Las obras de restauración también han sacado a la luz la estructura de una posible pequeña capilla, con forma de oratorio recubierto de madera y seda, que había sido tapiada y que está ubicada en uno de los despachos principales, que mira a la calle Micalet y a la plaza de la Virgen.
El Palacio de Calatayud, propiedad de la Generalitat, tiene su acceso principal en la calle Micalet y ocupa gran parte de la manzana formada por esta calle y las adyacentes (calle Santo Cáliz y calle Horno de los Apóstoles). Su situación, cerca de la sede de Presidencia, de la Vicepresidencia primera, de Les Corts y de la Conselleria de Hacienda lo convierten en un espacio óptimo para su uso administrativo.
El conjunto del Palacio de Calatayud, obra del arquitecto Juan Luis Calvo Catarineu, nunca ha sido objeto de una intervención unitaria, sino de una suma de intervenciones puntuales de mayor o menor envergadura. El paso del tiempo y el deterioro de las instalaciones provocó grandes carencias de funcionamiento en el edifico, sobre todo en materia de seguridad y accesibilidad.