La Generación Z está redefiniendo el panorama laboral con sus expectativas salariales y de trabajo, desafiando a las empresas a adaptarse. Estos jóvenes trabajadores traen consigo una serie de expectativas únicas que están moldeando el futuro del empleo.
En cuanto a las expectativas salariales, busca paquetes competitivos que reflejen no solo sus habilidades, sino también el valor que aportan a la empresa. Además, valoran enormemente la transparencia en cómo se determinan los salarios y la equidad en la remuneración. Quieren sentir que las políticas salariales son justas y claras, y que reconocen adecuadamente su contribución al éxito de la empresa.
"Generación Z Y Millennials parecidos, pero no iguales. Tienen diferencias notables"
Respecto a las condiciones laborales, priorizan el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, buscando empleos que les permitan mantener un estilo de vida saludable y satisfactorio. La flexibilidad laboral, incluyendo opciones de teletrabajo y horarios adaptables, es altamente valorada. Además, este grupo busca empleos que se alineen con sus valores personales, ofreciendo un sentido de propósito más allá de la compensación económica. No contemplan otras opciones.
En un vs a vis de Generación Z vs. Millennials, vemos que son parecidos, pero no iguales. Tienen diferencias notables. Éstos también valoran la flexibilidad y el equilibrio entre la vida laboral y personal. Sin embargo, la Generación Z añade el propósito claro en su trabajo. Los Millennials fueron pioneros en la búsqueda de trabajos significativos, pero la Generación Z da en esto un paso más allá. No solo lo quieren, sino que están consiguiendo que sus empleadores estén alineados con sus valores, lo que está propiciando un impacto tangible y positivo en la sociedad.
Las empresas ya han aprendido de los Millennials la importancia de una cultura empresarial sólida y de ofrecer trabajos que vayan más allá de las tareas diarias. Han comprendido que, para atraer y retener talento, es esencial proporcionar un entorno de trabajo que promueva el desarrollo personal y profesional, y que ofrezca flexibilidad y balance entre el trabajo y la vida privada. No obstante, con la llegada de la Generación Z, estas estrategias deben evolucionar para satisfacer expectativas aún más altas en términos de transparencia, equidad y propósito.
Las empresas enfrentan el desafío de adaptarse a estas nuevas expectativas. Deben ajustar sus políticas y prácticas para atraer y retener talento, lo que incluye innovar en los beneficios ofrecidos, en las oportunidades de desarrollo profesional y en fortalecer a las empresas en un mercado laboral en constante evolución.
¿Hay otra opción que adaptarse? La respuesta corta es no. Las empresas no tienen otra opción más que adaptarse si desean seguir siendo competitivas y atractivas para los nuevos talentos. Ignorar las expectativas de esta generación no solo resultará en una alta rotación de empleados, sino también en la pérdida de talento clave que podría impulsar la innovación y el crecimiento dentro de la organización.
Podemos tener muchas opiniones sobre ellos y sobre su modo de ver el mercado laboral, ausencias al trabajo, no presentación en las entrevistas previas, muchas preguntas, teletrabajo exigido, horarios adaptados… La pregunta es: ¿Y por qué no? Es necesaria plantearse y si realmente la empresa no puede adaptarse a eso. No solo atraerán el nuevo talento, sino que también fortalecerán a las empresas en un mercado laboral en constante evolución. No solo es una cuestión de competencia, sino una inversión en el futuro del negocio.
Judit Almela es responsable nacional de Interempleo Recruitment.