Yakitori es un plato japonés (pájaro asado a la parrilla) pero en realidad es mucho más que eso, es una forma de entender la gastronomía y la sala
Cumpleaños feliz el de Hikari —la taberna japonesa de Jose Miguel Herrera, Nuria Morell y Clara Vidal. Feliz porque tan solo un año después ha encontrado su público (y un apunte: ¡que no hay colas!) y su público un restorán divertido, vibrante y cosmopolita. Y es que no son tantas las casas de comida donde la comida sea una excusa: Hikari lo es.
Un año después, el bar “japo” de carrer dels Tomasos anda más afinado que nunca y acaban de ampliar la carta con costillas de cerdo estilo Nagasaki, tataki de presa ibérica, sakura ebi (camarón frito) y una nueva versión de su milhojas de Yuzu. Me encantaron los “camaroncitos” —un plato tan castizo (y tan nuestro) del mercado de Cádiz frente a la plaza de las Flores y, sin embargo, también habitual en la cultura japonesa, y que se sirve como aperitivo en izakayas y yakitoris: su nombre viene del color rosa transparente casi blanco que tiene ese camarón, parecido a la flor del cerezo (Sakura) en su florecimiento (que se llama Hanami).
Hay un proverbio japonés que dice “Mil árboles que crecen hacen menos ruido que un árbol que se derrumba”, y así funciona la bonita forma de ver la vida (y la gastronomía, pero la vida es más imporante) de Jose Miguel y Nuria. Paso a paso. Disfrutando el viaje.
Qué suerte tiene València.