VALÈNCIA (EFE). La asociación de amas de casa de un pequeño pueblo rural de Valencia, Alcublas, decidió celebrar de manera especial su veinticinco aniversario y para ello alumbró una iniciativa que ha servido para hacer visibles a las mujeres y crear comunidad a través de una labor tradicional como es tejer.
Las creaciones artísticas del proyecto "Hilando vidas", confeccionadas principalmente con bolsas de plástico recicladas, se han exhibido ya durante dos ediciones en Alcublas y el pasado fin de semana dieron el salto a València, donde se convirtieron en una de las imágenes icónicas del festival Benimaclet conFusión.
Detrás de estas composiciones hay unas setenta mujeres de todas las edades -la más joven tiene 11 años y la mayor, 90- que han tejido metros y metros hasta conformar dieciséis instalaciones, a las que acompañan versos creados por una poetisa del municipio, Ascen Martínez, pues "no es tejer por tejer, hay un mensaje detrás".
La maternidad, el matriarcado, la crianza de los hijos, la violencia machista, la prostitución, la mujer rural y los estereotipos femeninos son algunos de los temas reflejados en estas composiciones, donde las formas y colores se han diseñado especialmente para plasmar los mensajes que quieren transmitir.
"Queremos reivindicar el papel de la mujer en la sociedad, queremos darle visibilidad y denunciar situaciones que la denigran", señala a EFE la comisaria del proyecto, María José Cabanes, una profesora de la Facultad de Bellas Artes nacida en Alcublas que siempre ha trabajado en cuestiones relacionadas con la mujer.
El nombre del proyecto se debe a que "la mujer hila vidas de todos los que tiene a su alrededor sin darse cuenta, es algo innato", señala Cabanes, quien añade que querían implicar a las mujeres del pueblo con algo en lo que son "maestras", como tejer, una actividad que siempre ha estado ligada a ellas, pero al ámbito privado del hogar.
"Decidimos darle visibilidad y protagonismo y sacarlo a la calle", indica Cabanes, para quien uno de los "puntos fuertes" del proyecto ha sido "construir comunidad" en un pueblo pequeño donde todos se conocen, pero en el que esta iniciativa ha permitido volver a reencontrarse.
Además, destaca que han "arrastrado" a más gente, como a quienes les han ayudado a colgar las instalaciones o a las empresas y entidades que han aportado material, e incluso en la segunda edición participaron los alumnos del colegio de Alcublas, que protagonizaron con sus dibujos la instalación denominada "Mi mamá es".
Cabanes reivindica que las tejedoras han sido el alma del proyecto ("aunque tengas una idea y le des forma y color, si no tienes artistas no haces nada", defiende) y destaca la capacidad de trabajo de estas, pues siempre pedían más ovillos y más bolsas para seguir, hasta el punto de que ha perdido la cuenta de la cantidad de material utilizado.
La mitad del proyecto está en los poemas, que reflejan su filosofía y exponen, por ejemplo, que las mujeres han ido "tejiendo la vida sin darse cuenta", a través de tareas silenciosas y no reconocidas , y llevan "acumulado en el ADN" todo lo que sus predecesoras les han precedido les han ido dando, señala a EFE Ascen Martínez.
Las protagonistas de estas creaciones aseguran que ha sido "emocionante" llevarlas a València, "una cosa grande", pues han traído a la capital "una pedacito" de ellas, de un trabajo elaborado muchas veces en las largas tardes de invierno, cuando en este pueblo de interior apenas viven unas 400 personas.