VALÈNCIA. La victoria de Pablo Casado en el congreso del PP celebrado este fin de semana ha incrementado de forma notable los nervios en la cúpula del partido en la Comunitat Valenciana. El apoyo mayoritario de la dirección a Soraya Sáenz de Santamaría, quien salió derrotada, ha emborronado algunos de los planes que se habían trazado desde el entorno de la presidenta regional, Isabel Bonig.
Uno de ellos, sin duda, es el de la candidatura a la Alcaldía de València, un proyecto en el que la líder de los populares sí venía implicándose en primera persona. Así, su preferencia para encabezar la lista en los últimos meses había quedado clara: el actual portavoz municipal, Eusebio Monzó, debía ser el encargado de asumir esta responsabilidad.
En ese momento, el presidente de la Gestora de València, Luis Santamaría, y el portavoz europeo del PP, Esteban González Pons, habían quedado apeados de la carrera por distintos motivos. El primero, que venía trabajando en el Cap i Casal bajo las órdenes de Bonig con el encargo de revitalizar el partido, fue descartado por la propia líder regional que evidenció su preferencia por Monzó. En cuanto al segundo, causó baja voluntaria al transmitir a Mariano Rajoy su deseo de continuar en Bruselas -a todas luces con un puesto destacado- en la legislatura que se reiniciará con las elecciones de 2019.
Ahora bien, la victoria de Casado puede haber modificado el escenario de forma nada desdeñable. De entrada, el posicionamiento claro de Luis Santamaría en favor del ahora nuevo líder en el proceso le ha reivindicado internamente. De hecho, la victoria holgada de Casado en la capital ha puesto de manifiesto que el presidente de la Gestora ha hecho un trabajo notable en los distritos. Un movimiento que no le rehabilita directamente como posible candidato pero que le deja en una posición mucho mejor de la que venía ocupando.
En cuanto a González Pons, que no se posicionó públicamente en el proceso congresual, la victoria de Casado también podría variarle su hoja de ruta. El acuerdo que el exconseller pudiera tener con Rajoy no tiene por qué servir con el nuevo presidente del PP si las exigencias del guión así lo requieren. Más aún cuando los puestos de cabeza en las listas europeas pueden apretarse por la necesidad de incluir a 'pesos pesados' del partido que han tenido protagonismo en el congreso. Así pues, no puede descartarse que si Casado considera que González Pons es la mejor opción para la Alcaldía de València, acabe apostando por el exconseller.
Del resto de aspirantes en liza, la opción más sólida que quedaba en pie en los últimos meses era la diputada María José Catalá quien, si bien no contaba con el respaldo de Bonig para esta empresa, tenía posibilidades de recoger algunos apoyos en Génova al ser una aspirante más reconocible para el electorado y para los afiliados que el independiente Monzó. No obstante, no puede decirse que la victoria de Casado haya favorecido sus opciones dado que gozaba de más apoyos del sector 'sorayista' como el diputado Rubén Moreno.
Unas disquisiciones que, pese al estado de nervios que se respira especialmente en el Cap i Casal, no parecen haber llegado todavía a Madrid dado que Casado y su equipo se encuentran ahora sumergidos en el diseño de la dirección del PP que debe dar a conocer el jueves tras la reunión que tenga con Sáenz de Santamaría mañana.