La consellera de Igualdad, más Servicios Sociales y Vivienda, fue muy taxativa cuando se reunió a principios del pasado mes de mayo con varios colectivos feministas nada más conocerse la inscripción en registro público de la organización 'Hombres Maltratados' con el consentimiento y el impulso de Vox y de la consellera del ramo Elisa Núñez que pertenece al partido ultra. Cada cual es muy libre de montar lo que le venga en gana, vaya por delante: salvo organizaciones que hagan apología del fascismo y de la dictadura, por eso el Gobierno ha ilegalizado la Fundación Francisco Franco de la que ya no se acordaba casi nadie. Pedro Sánchez, en este y otros muchos casos, es muy hábil en resucitar fantasmas para entretener a las masas... Hay que decirlo todo.
¿Hay hombre maltratados? Sí. Pero se da la circunstancia de que quienes son asesinadas, atropelladas, arrojadas por el balcón de la casa, violadas, ultrajadas a base de golpes y todo de todo tipo de humillaciones psicológicas son las mujeres, víctimas de sus parejas o exparejas. No voy a explicar ahora los fundamentos teóricos de la violencia de género derivada de una estructura ancestral como es el patriarcado. Vox se ha inventado eso de la “ideología de género” por chinchar, y por añoranza de una sociedad estática en la que los roles hombre/mujer estaban perfectamente delimitados. Negar la violencia machista y contraponerla a una violencia 'hembrista' es simplemente un ejercicio bucólico, de algo que nunca existió.
Camarero juró y perjuró que las líneas rojas estaban bien claras en las políticas contra el maltrato sexista y que se iban a aumentar los recursos en un porcentaje sustancioso, incluidas campañas y talleres de prevención. Y, a lo que vamos, que “Hombres Maltratados” no iba a recibir ni un euro de subvención pública: se publicó en varios medios regionales.
Joan Baldoví, portavoz en Les Corts de Compromís, ha denunciado esta misma semana que “Hombres Maltratados” ha previsto que un 75% de sus ingresos sean de fondos públicos y que van a recibir del Consell más de 30.000 euros. No tengo por qué dudar de la palabra de Baldoví: es fuente solvente y no creo que se invente una fake news tan alegremente. Si la consellera Núñez les sopla esa cantidad, doña Camarero quedará a los pies de los caballos, como farsante y mentirosa: no creo que eso le vaya a gustar en absoluto, más aún tratándose de uno de los rostros más centrados y contemporáneos del Consell. Por eso la nombró Carlos Mazón vicepresidenta segunda, para contrarrestar la vicepresedencia primera que está en manos de Vicente Barreda (Vox). Cruz de navajas.
Del mismo modo que si el jefe del Consell no hace algo con el proyecto de crear una Ley de Concordia (acientífica, ahistórica) seguirá los pasos que la de Aragón, recurrida por el Gobierno ante el TC. Otro pollo, que es justo lo que nos conviene en estos momentos de financiación asimétrica desviando más euros para Catalunya con tal de que Illa sea president. Una foralidad de tapadillo.
Yo sé que hay muchos hombres que piensan que lo de la violencia de género es un invento de las “feminazis” y eso se debe en parte, solo en parte ojo, a la escasa empatía de determinados grupos feministas hacia todo el mundo que no comulgue con sus discursos y emblemas. También sé que un beso no consentido de tres segundos en un ambiente de celebración se transmuta en un plis/plas en agresión sexual. No me importa decirlo. Vox bebe de estas cosas, de los excesos verbales y gestuales. Pero fundamentalmente se nutre de un discurso machirulo, rancio y tabernario que persiste a pesar de los pesares. “Os vamos a follar como a conejas; sois todas unas putas”: chicos universitarios de un colegio mayor. Razón de más para que el PP tenga la obligación absoluta de frenarles en seco. Caspa, la mínima.
Nadie de la élite del PP acudió al festín de lo de Ayuso y Milei: estaban celebrando el Día de la Música, hasta salió Feijóo tocando no sé que instrumento. Milei estuvo hace semanas en Madrid en una cumbre auspiciada por Santiago Abascal: sintonía absoluta, la misma que exhibe ahora la presidenta de Madrid, jugando además en el terreno de la Política Internacional. Un trallazo contra el Gobierno puesto que es misión esencial del mismo conducir los intereses estratégicos del país en el exterior... ¡Y contra el PP¡ Conclusión nada original : Ayuso alberga la expectativa de relevar a Feijóo si éste no barre en las próximas elecciones. Leo análisis sesudos de que Ayuso quiere amarrarse más voto ultra. ¿Más aún? El PP debiera resolver a la voz de ya esta empanadilla de Mósteles. Habrá más tardes de gloria. Ayuso: la mosca cojonera del centro derecha, una suerte de híbrido entre Giorgia Meloni y Margaret Thatcher. Híbrido o híbrida.