El hospital nació como la gran estrella del programa del Partido Popular de colaboración público-privada en materia de Sanidad, y el PSPV, con Carmen Montón a la cabeza, lo reconvirtió en buque insignia de su apuesta por lo público. Dos años después de la reversión y así están las cosas en el Hospital de la Ribera
VALÈNCIA.-«Estábamos muy contentos con la atención que teníamos con la empresa privada y ahora también lo estamos». Esta es la afirmación de María, ama de casa y paciente del departamento de salud de La Ribera, hasta marzo de 2018 gestionado por Ribera Salud. Dos años después, el hospital de Alzira sigue en primera línea política por haber sido el primer departamento en España gestionado al completo con el modelo de concesión. Desde entonces, la evolución de los resultados del área de salud acapara atenciones al pasar a la gestión pública tras casi veinte años en manos de una empresa privada.
Durante todo este tiempo, el debate sobre si la atención era mejor o peor ha sobrevolado el departamento. A ojos de sus pacientes, la calidad es más o menos la misma independientemente del modelo. «Los médicos son los mismos que antes», apunta Ricardo, pensionista. A partir de ahí, salen a flote algunas cuestiones particulares. «Han mejorado los tiempos de atención en consulta», señala Enrique, maestro jubilado. «Nosotros notamos peor la espera pero, frente a una urgencia, la atención es igual», asegura Ana, educadora social.
Fue en abril de 1997 cuando se ponía la primera piedra en la Comunitat de un modelo que, a lo largo de su vida, ha acumulado tanto defensores como detractores y al que Alzira dio nombre por ser su laboratorio. Le seguirían los departamentos de Manises, Dénia, Elx-Vinalopó y Torrevieja. Y es que las concesiones al completo llegaron a ser gestoras en su conjunto la Sanidad Pública de una quinta parte de la población. Todos en el punto de mira de la reversión desde que el Gobierno del Botànic se pusiera al frente de la Generalitat en 2015 al entender sus dirigentes que salud y ánimo de lucro no pueden ir unidos en el ámbito público.
Gestado bajo el Gobierno de Eduardo Zaplana, el modelo está basado en el pago de una cantidad fija anual por cada uno de los habitantes del departamento, aunque con unos pliegos algo confusos que a lo largo de los años han ido enmendándose en comisiones mixtas. A pesar del complejo punto de partida que todas las partes consideran mejorable, el modelo otorga la agilidad de una contratación privada que, en el caso de La Ribera, no ha contado con el interés de la Administración por saber si realmente beneficia o perjudica al sistema, tanto asistencial como económicamente.
* Lea el artículo completo en el número de marzo de la revista Plaza