VALÈNCIA. La industria alimentaria trabaja a pleno rendimiento para garantizar que sus productos llegan a los consumidores en estos tiempos de crisis por el coronavirus. Pero también instaura medidas y protocolos para evitar la expansión del virus y posibles contagios en unas fábricas en las que fijar el teletrabajo es incompatible con la producción.
Este es el caso de la empresa valenciana Huevos Guillén, una compañía que ha visto como en los últimos días su producto incrementada intensamente la demanda y se convertían en un bien preciado en la sociedad. Un producto de primera necesidad que se hace indispensable en la cesta de la compra. "Nos encontramos en una situación de alta demanda, pero tenemos garantizado el suministro y los precios de nuestros productos no se han incrementado", explican desde la empresa a Valencia Plaza.
La compañía, que se encuentra en plena transición hacía una producción 100% alternativa, ya ha reforzado medidas para prevenir los contagios entre sus empleados y ha puesto en marcha un Plan de Contingencia en las granjas, centros de clasificación de huevos y en sus oficinas en donde sí han promovido el teletrabajo. Además, se ha dotado de guantes, geles y mascarillas en todos los centros del grupo.
A nivel operativo, en las granjas y centros de clasificación de huevos se han establecido dos turnos de trabajo por separado para "evitar el contacto directo entre las personas trabajadoras tanto a la entrada como a la salida", al tiempo que se han restringido las visitas externas de personas ajenas a la producción. Pero no solo eso, sino que también se han limitado las visitas del personal técnico entre los diferentes centros productivos con el objetivo de evitar "la posible propagación del virus, asegurando siempre el buen funcionamiento de la producción", puntualizan.
Sus centros se encuentran trabajando con "la máxima capacidad productiva", subrayan, y "todo el personal está en sus puestos de trabajo para garantizar que el producto sale de las instalaciones de forma ágil para abastecer los puntos de venta situados en toda la geografía española". Y es que, pese a todo, su producción es "la misma que antes de la crisis".
"Disponemos de un censo de gallinas determinado, y con este censo obtenemos una producción en docenas, que no podemos aumentar en el corto plazo. La producción se adecúa a los pedidos que diariamente nos realiza nuestro cliente", subrayan desde la empresa. Tampoco prevén aumentar o disminuir la plantilla y garantizan que "todos sus suministros de materias primas están asegurados".
"Estamos ya en momento de incremento de la demanda de huevos frescos. No hay desabastecimiento y el producto está llegando a diario con normalidad a las plataformas logísticas para su distribución en los supermercados", inciden.
Por otro lado, Huevos Guillén ya dispone de un plan de limpieza y desinfección aprobado por la autoridad sanitaria, adecuado para combatir cualquier riesgo biológico, tanto en los procesos como en los producto y empleados, pero ante un virus especialmente contagioso han extremado las precauciones. De este modo, se ha establecido un protocolo especial para reforzar la desinfección dentro de los centros de clasificación de huevos.
Este protocolo especial afecta a todas aquellas zonas que sean susceptibles de contacto humano, utilizando productos desinfectantes de características específicamente virucidas. Un refuerzo que se realiza tras la limpieza y desinfección habitual, y en los momentos de cambio de turno. Como medidas específicas dirigidas al personal, además del lavado de manos rutinario, se han instalado puntos de desinfección con geles y la disponibilidad de ropa específica desechable (monos y guantes). Todo ello, para seguir trabajando día a día y ofrecer sus productos al gran público, pero dando seguridad a su plantilla.
La compañía cerró 2018 con un incremento de sus ingresos del 4% hasta los 191,8 millones de euros, pero redujo sus beneficios por la caída de los precios de venta en el sector y la subida de las material primas. En 2017 decidió reformular su sistema de producción e iniciar una conversión de sus granjas ante "la creciente sensibilidad social por el bienestar animal y el aumento de la demanda de huevos ecológicos, camperos y de suelo".