MADRID. Desde la penicilina hasta el automóvil o Google son, todas ellas, ideas que marcan un antes y un después. Hicieron posible lo que hasta ese momento era inconcebible y mejoraron la vida de la mayoría de las personas. No siempre fueron resultado de la intencionalidad. El factor suerte es una variable que muchas veces olvidan referir los emprendedores de éxito, aunque hay quien opina que la suerte también se entrena a fuerza de arriesgarse, caer y perseverar hasta conseguir lo que algunas empresas incluyen dentro del apartado de la visión y la misión.
“Quieren conocer el secreto de cómo se pasa de una actividad que emplea a dos personas y requiere muy poco dinero a una empresa que tiene más de 21.000 empleados y factura más de 8 000 millones de dólares al año. Por supuesto, no hay una sola respuesta y la suerte ha influido en parte, pero creo que el elemento más importante fue nuestra visión original”, reconoce el creador de Microsoft, Bill Gates. Sin embargo, ahora que es también filántropo, suele referir en sus encuentros con jóvenes potenciales emprendedores una cosa que le hubiese gustado aprender antes: la verdadera desigualdad. “Cuando Melinda-su mujer- y yo hicimos nuestro primer viaje a África nos quedamos impactados con lo que vimos… Impactó en nuestras mentes que millones de niños estaban muriendo de enfermedades de las que nadie se ocupa, incluso en los países ricos. Pensamos que era lo más injusto del mundo”.
No todos necesitan décadas para darse cuenta de la existencia de las desigualdades. La tecnología ayuda a estar más informados y advierte de los grandes desafíos a los que sigue expuesta la humanidad.
Este es el reto en el que se han embarcado varios jóvenes emprendedores españoles con el que pretenden difundir por todo el mundo los objetivos del Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas e impulsar 18 proyectos que mejoren la vida de las personas en diferentes partes del mundo. Héctor García es el fundador de la iniciativa y CEO de Geographica https://geographica.gs/es/ . Como apasionado de la geografía tuvo la idea de celebrar el V Centenario de la primera vuelta al mundo repitiendo su peripecia, pero esta vez luchando por hacer un mundo mejor. Para ello, se han seleccionado los 17 objetivos de desarrollo sostenible que la ONU estableció en septiembre de 2015: fin de la pobreza; hambre cero; salud y bienestar; educación de calidad; igualdad de género; agua limpia y saneamiento; energía asequible y no contaminante; trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura; reducción de las desigualdades; ciudades y comunidades sostenibles; producción y consumo responsables; acción por el clima; vida submarina; vida de ecosistemas terrestres; paz, justicia e instituciones sólidas; alianzas para lograr objetivos y una décimo octava abierta a las sugerencias por votación popular.
Para cada una de estas causas intentarán reunir un millón de euros surcando los mares de los 5 continentes a partir de agosto de 2019 en un proyecto que han denominado ‘Los18.org: La Travesía Solidaria’ para cuyo arranque están efectuando actualmente una campaña de crowdfunding.
Unreasonable Institute es la mayor aceleradora de alto impacto del mundo con sede en Boulder (EEUU). Su misión es ayudar a los empresarios a escalar sus negocios que han de perseguir soluciones de impacto global. El colaboración con Teamlabs, laboratorio de aprendizaje para emprendedores que está revolucionando la educación en España, acaban de anunciar los 7 proyectos nacionales de impacto social y medioambiental seleccionados para formar parte de la generación 2017 de startups “irrazonables” . Entienden por ello startups que pretenden resolver los grandes problemas del mundo impactando de forma positiva en al menos un millón de personas.
ShowLeap es uno de los proyectos seleccionados. Se trata de un traductor a tiempo real de lengua de signos a voz y viceversa. Su CEO, Emilio Guerra, lo define como “una revolución puesto que permite la comunicación natural entre una persona con discapacidad auditiva y otra que no la tiene”, un problema que padecen alrededor de 70 millones de personas en su día a día. “Sabíamos que sería un proyecto de gran impacto social desde el principio, pero con el tiempo hemos visto que también tiene un gran impacto como proyecto empresarial”, afirma Guerra.
Las empresas “irrazonables" que han pasado por el programa a escala global han conseguido mejorar hasta ahora la vida de 24 millones de personas de 94 países, afirman desde la organización.
Seleccionados entre los finalistas de la European Social Innovation Competition, Beanotherlab es un proyecto de raíz española que persigue acabar con todos los conflictos, tanto a escala global como particular. Integran la organización un grupo multidisciplinar y multicultural de investigadores que tiene su origen en 2012, en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, y se extiende ya por Francia, Alemania, Colombia, México, Brasil o Estados Unidos.
El objetivo es potenciar la tolerancia y el entendimiento entre las personas convencidos de que la autocomprensión propicia la empatía hacia los demás. Para conseguirlo, han diseñado the machine to be another, una especie de máquina de la empatía, en cuyo desarrollo participan antropólogos, neurocientíficos, expertos en realidad virtual, psicólogos, educadores, actores…Basándose en la tecnología y la ciencia cognitiva, ‘la máquina’ posibilita una experiencia multisensorial que permite a los participantes, literalmente, intercambiar los cuerpos, perspectivas y pensamientos. Lo consiguen mediante una serie de estímulos audiovisuales y táctiles que, apoyados con la Realidad Virtual (VR) y juego de espejos, generan la ilusión de situarte en el cuerpo del contrario y experimentar en el propio los sentimientos ajenos. Es lo que ellos denominan embodyment, encarnarse en el cuerpo de otro.
Daniel González, uno de los investigadores integrantes del equipo, lo define como una metodología que funciona con un protocolo del que se derivan tres partes. Al body swuap (intercambio de cuerpos), le sigue la body narrative o narrativas encarnadas. En esta experiencia, quien hace uso del casco de la VR puede compartir actividades o historias de otras personas tal y como ellos las han vivido o narradas por actores. Jóvenes con anorexia, personas transexuales, un inmigrante senegalés y su travesía en la patera, son algunas de las que ya se han contado y que terminaron con lágrimas y abrazos de quienes las escuchaban. La tercera posibilidad, que es la que están desarrollando actualmente, es la librey yourself o experiencias pregrabadas, donde pretenden reunir un banco de historias contadas por personas de todo tipo y de cualquier parte del mundo para compartirlas con otros y las vivan en remoto a través de la Realidad Virtual. “Nuestro principal interés es el uso de la 'Máquina' como una herramienta para ayudar a promover la empatía entre las personas de diferentes contextos sociales, culturales e ideológicos”, afirman.
También con la idea de cambiar la vida de las personas y generar un impacto positivo, surgen estos dos proyectos: Discubre y Outbarriers. Amparadas ambas por La Bolsa Social y en plena campaña de recaudación, la primera consiste en un marketplace online de productos y servicios para personas con discapacidad. Outbarriers, por su parte, ofrece su solución a través de una aplicación móvil sincronizada con una baliza, basada en la tecnología iBeacon. Gracias a ella, las personas invidentes reciben información precisa sobre la ubicación de un local y sus condicionantes para la accesibilidad así como la situación de los elementos físicos o las barreras arquitectónicas. Las balizas ofrecen también datos sobre el tipo de establecimiento del que se trata y la oferta disponible, como el menú de un bar o información turística y cultural. “Nuestra ambición es posibilitar un mundo con igualdad de oportunidades para todos, a pesar de las diferentes circunstancias, y empoderar a personas en riesgo de exclusión por discapacidad” asegura Adrián Martínez Rojas, director general de Outbarriers.