Presentación de los programas extraescolares de Salamanca, en septiembre de 2023.ELCHE. La empresa ilicitana Ilitia Mediterránea, gestora de múltiples instalaciones deportivas y cafeterías de espacios públicos por toda España, ha presentado concurso de acreedores voluntario con una deuda de 2,5 millones de euros. La empresa no tiene masa activa y lleva varios años en causa legal de disolución, algo que no le ha impedido presentarse a múltiples licitaciones hasta hace escasos meses. La mercantilvenía acumulando años de pérdidas, pese a que en los ejercicios 2022 y 2023 disparó sus ingresos, fruto de haber ganado muchos concursos.
Sin embargo, en los últimos meses, Ilitia acumula una serie de malas noticias con la rescisión de varios contratos de gestión. En el caso de la provincia de Alicante, quizás el más conocido sea el de la pisicina de Calp, donde se les rescindió el contrato de gestión de la instalación, o en Cuenca, donde el ayuntamiento ha iniciado ya el procedimiento para la rescisión del contrato a Ilitia, que era la empresa concesionaria de la Escuela Municipal de Voleibol tras los incumplimientos por parte de la misma en lo previsto en los pliegos y en el contrato, principalmente el impago de los salarios de los monitores. Algo parecido ocurrió con las instalaciones deportivas de la Universidad de Alcalá de Henares.
Los problemas que han acarreado estas rescisiones también se han producido en la gestión de las cafeterías de 58 institutos públicos de la Comunitat Valenciana. O, por ejemplo, en la cafetería del centro social Alameda del Mar de Orihuela.
Como ya publicara Valencia Plaza, todo comenzó a cambiar para Ilitia Mediterránea en 2022. Primero realizó una ampliación de capital de 166.000 euros en abril, que cabe suponer que permitió reequilibrar el balance (aún no ha aprobado las cuentas de 2022), y que introdujo en su capital a un nuevo socio, puesto que la firma comunicó al Registro la pérdida del carácter de unipersonalidad ese mes. Y en la recta final del año, se llevó una cascada de adjudicaciones, incluida la gestión de la cantina de 58 institutos públicos de la Comunitat Valenciana.
Durante esta etapa también es cuando se adjudica la piscina municipal de Calp tras dos años cerrada o el hogar del pensionista de La Vila, y además gana concursos en dos universidades públicas de Madrid, la Universidad de Alcalá y la Universidad Rey Juan Carlos, en ambos casos para asesorar a los centros en la programación de actividades deportivas, o con el Ejército del Aire, que le ha encargado la gestión de las actividades lúdicas y culturales en el centro recreativo de la base aérea de Los Llanos, en Albacete. El Ayuntamiento de Salamanca se adjudicó en septiembre de 2023 los programas de deporte escolar y los juegos para los estudiantes matriculados.
La escalada de Ilitia Mediterránea en pocos meses ha sido tal que, sea por acumulación de adjudicaciones o por la debilidad de su balance hasta el pasado ejercicio (la empresa facturó 140.000 euros en 2021, cero en 2020, y contaba con ocho empleados temporales por toda plantilla, algo que se multiplicó en 2022, (625.000 euros de facturación y 14 empleados), ha sufrido importantes tensiones de tesorería: varios empleados de sus distintas concesiones han acumulado meses de retraso en los pagos de las nóminas, algo que se reveló meses después cuando la misma empresa informó de la puesta al día de los pagos.
Toda esta situación ha implosionado en los últimos meses de 2023 y los primeros de 2024, lo que ha llevado a la mercantil a multiplicar sus deudas, hasta los 2,5 millones -según el anuncio del concurso de acreedores- y a la declaración del mismo, en julio de este año.
El concurso de acreedores voluntarios es una figura contemplada en la nueva Ley Concursal a la que recurren muchas empresas para reestructurar su deuda. Durante este periodo, la firma debe preparar un plan de negocios y llegar a acuerdos con los acreedores, validado extrajudicialmente, para garantizar los pagos.
