MADRID. Históricamente, el endurecimiento monetario ha provocado un aumento de los impagos con un desfase de unos nueve meses. Sin embargo, la situación actual es diferente. La débil creación de crédito tiene menos impacto inmediato en la economía debido al exceso de ahorro y a la fortaleza del mercado privado. No obstante, esperamos que el reciente endurecimiento monetario afecte a la calidad del crédito a medida que la economía se ralentice, lo que daría lugar a refinanciación, márgenes más estrechos y menor demanda.
En Estados Unidos prevemos desplazamientos de depósitos de los bancos más pequeños a los más grandes, junto con cautela por parte de estos últimos, lo que se traducirá en una menor creación de crédito. La exposición al sector inmobiliario comercial se concentra principalmente en los bancos estadounidenses más pequeños, lo que podría causar más tensiones, aunque el rentable sector energético ofrece cierto alivio.
En Europa atisbamos menos retos debido a la estabilidad de los depósitos, especialmente en comparación con Estados Unidos. La exposición al sector inmobiliario comercial se encuentra principalmente en los bancos nórdicos, con los típicos eslabones débiles de la periferia. Ya se aprecian signos de tensión. En EE UU, las tasas de impago de los préstamos superan actualmente a las de los bonos, debido principalmente a que las empresas optan por intercambios en apuros para los vencimientos de 2024, lo que podría dar lugar a impagos efectivos más elevados.
Los impagos de alto rendimiento también están aumentando tanto en Estados Unidos como en Europa, mientras esperamos picos del 5,5% y del 4%, respectivamente. La liquidez del mercado se enfrentará a una prueba importante después del verano, cuando los bonos con vencimiento en 2024 necesiten refinanciación.
Elisa Belgacem es estratega senior de crédito en Generali Investments