VALÈNCIA (EFE/Carmen Naranjo). Cuando se cumple una semana de los incidentes de Paiporta y de las imágenes de ciudadanos arrojando barro y objetos a los reyes y a los presidentes del Gobierno y de la Generalitat, expertos consultados por EFE coinciden en que la imagen de Felipe VI se ha reforzado, aunque discrepan sobre si supone un "antes y un después".
Era la una de la tarde del domingo 3 de noviembre, cinco días después de que se desatara la Dana que ha provocado más de 220 muertos, cuando los reyes, Pedro Sánchez y Carlos Mazón llegaron a Paiporta, donde vecinos indignados comenzaron a gritar "asesinos" y a lanzarles barro y objetos, como palos. En medio de una gran tensión, don Felipe y doña Letizia permanecieron, cada uno por un lado, escuchando y hablando con los ciudadanos.
Nadie se esperaba lo que ocurrió en Paiporta, han asegurado a EFE fuentes policiales, que destacan la profesionalidad con la que actúa el servicio de seguridad de la Casa Real, del que al menos uno de sus escoltas sufrió una herida en la frente.
Ese día, aseguran las fuentes policiales, los reyes querían hablar con la gente afectada por la catástrofe y se descartó un despliegue, una exhibición de seguridad ante ciudadanos a los que la Dana había arrebatado todo. Pero habían transcurrido cinco días desde la tragedia y los ánimos estaban muy alterados, agregan.
"Será una imagen que les acompañará toda la vida", explica Óscar Álvarez, presidente de la Asociación de Comunicación Política (ACOP) para quien esos incidentes suponen "un antes y un después en toda regla". En su opinión, no había una solución sencilla para afrontar la visita a la zona cero de la tragedia y "el acierto o el error de haber ido a Paiporta en ese momento es algo que se verá con el tiempo. Porque ir era una decisión complicada y no ir era todavía peor".
Pero, asegura, "en el capítulo 1 del manual de comunicación de gestión de una crisis siempre hay dos líneas: una es la transparencia y otra es dar la cara". No contaban seguramente con una crispación tan grande, sostiene, pero hay que dar la cara siempre "aunque en el momento te la partan, porque no se puede vivir de espaldas a la catástrofe, de espaldas a la gente".
Y los reyes hicieron frente a la situación, recalca el presidente de Acop, que destaca el talante "extraordinario" de Felipe VI.
Lo "inédito" del pasado domingo fue que de los gritos se pasó a tirar barro y objetos, lo que demuestra el estado de crispación que se vivió, dice este experto, que destaca la necesidad de hacer "mucha pedagogía" para que no se cruce esa línea.
En opinión del director de la Asociación para el Estudio de las Monarquías Contemporáneas (REMCO), Francisco Beltrán, es "sideral" la distancia que hay entre la imagen de los reyes y la de los políticos en relación a la tragedia de la Dana y después de una visita donde se percibía que las Administraciones estaban "ausentes".
"Felipe VI no ha vivido nunca nada parecido", dice Beltrán, que considera que el hartazgo de los ciudadanos que demostraron los incidentes iba dirigido más a las otras autoridades que a los reyes: "la gente les decía, no es por ustedes". Y por eso cree que no hay "un antes o un después" de estos incidentes para la Casa Real.
Porque, dice Carlos Fuente, exdirector de Protocolo de la Fundación Princesa de Asturias, Felipe VI "ha estado cuando tenía que estar y además, como rey que es, acompañado por quien tenía que estar acompañado, pese a quien le pese". Y el papel de los reyes, en este caso fundamentalmente, es "estar al lado de los ciudadanos y de las instituciones que trabajan para los ciudadanos".
Los reyes volverán: el Ayuntamiento de Chiva ha recibido su compromiso de que acudirán próximamente a esta localidad después de haber tenido que cancelar la visita que tenían prevista después de Paiporta.
Antes, el próximo martes, el rey visitará a las unidades militares desplegadas en la Comunidad Valenciana que trabajan en el rescate, limpieza y recuperación de las zonas afectadas y también al buque militar Galicia, desplazado esta semana para auxiliar en estas labores.