VALÈNCIA (EFE). El Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de València, está desarrollando diversas investigaciones sobre el linfoma dirigidas a buscar nuevos biomarcadores de imagen y biopsia líquida y mejorar el conocimiento de los mecanismos implicados en la génesis y progresión de estos tumores.
El objetivo es identificar precozmente a los pacientes que vayan a requerir de nuevas opciones de tratamiento, así como el conocimiento de los mecanismos moleculares implicados en la génesis y progresión de los distintos tipos de linfomas, a través de tecnologías de secuenciación de nueva generación, informa el Incliva.
El estudio se realiza desde el Grupo de Investigación en Síndromes linfoproliferativos, enmarcado en el grupo de Oncología traslacional, que tiene como investigadora principal a María José Terol Casterá, en coordinación con el Grupo de Investigación en Trasplante hematopoyético, también de INCLIVA.
Los linfomas presentan un comportamiento clínico variable, abarcando desde linfomas más indolentes de crecimiento lento a más agresivos, de crecimiento rápido.
El tratamiento estándar de primera línea para pacientes con linfomas agresivos se basa en esquemas de quimioinmunoterapia multi-agente, típicamente con rituximab, ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona, conocida como (R-CHOP).
Con este tratamiento, el 60 %-70 % de los casos alcanzan remisiones prolongadas, que se traducen en una curación de la enfermedad. No obstante, aproximadamente entre el 30 % y el 40 % de los pacientes se muestran refractarios a dicho tratamiento o recaen tras una respuesta inicial.
En ellos, la respuesta a tratamientos posteriores de rescate, incluido el trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos, es limitada y el pronóstico es muy adverso, con una supervivencia mediana de 6 meses.
Estos pacientes constituyen un nicho de necesidad de búsqueda de nuevas opciones terapéuticas, entre las que destacan la inmunoterapia, en especial el tratamiento con anticuerpos biespecíficos que acercan los linfocitos T a las propias células tumorales facilitando su destrucción, y la terapia CART, que consiste en la modificación genética de estos linfocitos T para redirigirlos frente al tumor y favorecer la destrucción del mismo.
Los estudios iniciales apuntan a que ambas opciones de tratamiento son capaces de curar al menos un 40 % de estos pacientes, hecho que no sucede con ninguna de las terapias previas.
La incorporación de las nuevas técnicas de imagen (radiómica) analizadas mediante inteligencia artificial y su potencial asociación con biomarcadores moleculares (biopsia líquida) permite identificar con mayor precisión y de manera precoz aquellos pacientes que no van a responder a los tratamientos convencionales y van a requerir de nuevas opciones terapéuticas.
Es este escenario en el que el Grupo de Investigación en Síndromes linfoproliferativos de Incliva está desarrollando sus proyectos.
Una de las líneas investigación es la búsqueda de biomarcadores de imagen y biopsia líquida aplicados a la estratificación pronóstica de los pacientes con linfoma tratados con inmunoquimioterapia y con terapia CART, con el fin de identificar precozmente a los pacientes que vayan a requerir de nuevas opciones de tratamiento.
La segunda línea de investigación se centra en el conocimiento de los mecanismos moleculares implicados en la génesis y progresión de los distintos tipos de linfomas, a través de la aplicación de tecnologías de secuenciación de nueva generación, vinculada al proyecto de Medicina de Precisión Genómica en neoplasias linfoides (PREGENLINF), liderado por Elías Campo, en el que se encuentran implicadas ocho comunidades autónomas y con financiación de la UE.
En dicho proyecto se pretende analizar de manera precisa el perfil molecular de diversos tipos de linfoma con el fin de identificar los principales mecanismos implicados en su aparición y también favorecer la aplicación de terapias específicas personalizadas dirigidas al perfil molecular de cada paciente.