VALÈNCIA. El calor de un asiento que se acaba de dejar es infraleve. El sonido del roce de los pantalones al caminar es infraleve. El vaho también es infraleve. No lo decimos nosotros, lo dice Marcel Duchamp. “Cuando el humo del tabaco huele también a la boca del que lo exhala, los dos olores se ‘casan’ por infraleve”. Este texto acompañaba la portada que firmó para una edición especial de la revista View en el año 1945, en la que mostraba una polvorienta botella de vino de la que salía humo. Es a través de ejemplos que el artista pudo explicar un concepto que remite a lo posible, aquello casi imperceptible pero que, sin embargo, sucede. “Hablamos de las cosas cotidianas que pasan desapercibidas”. Estas últimas palabras no las firma Duchamp, sino la artista valenciana Inma Femenía (1985, Pego), que parte de este concepto para configurar el mayor proyecto expositivo de su carrera, una de las citas clave de un extraño calendario cultural.
Si bien la inauguración de la exposición estaba prevista para el pasado mes de marzo, la declaración del estado de alarma dejó el proyecto instalado pero sin público. Bombas Gens fue el primer gran centro cultural de València en cerrar sus puertas, la primera pieza de un dominó que en pocos días vio como la ciudad entera bajaba la persiana. Hasta ahora. Los museos vuelven a recibir visitantes en una ‘nueva normalidad’ que para el centro de la Fundació Per Amor a l’Art empieza este sábado 30 de mayo, que reabre con la exposición de Femenía como novedad, un proyecto que lleva meses esperando visita. “Tuve la suerte de poder terminar el montaje, para mí fue un gran alivio”, explica la artista, que vio como el mismo día previsto para su inauguración la ciudad se apagaba. Estos dos meses han supuesto para ella una suerte de 'agosto', un tiempo de menor actividad y mayor silencio que ha aprovechado para investigar desde casa.
Cine, música y literatura en unas semanas de encierro que han dado paso a un desconfinamiento que la ha llevado a reencontrarse con su estudio, un espacio que hacía tiempo que no pisaba y que, aunque no ha cambiado, sí se mira con otros ojos. “Estos días he jugado en el estudio, algo que a veces los artistas dejamos de lado sin darnos cuenta y lo acabas echando de menos. Era yo y mis materiales”, relata Femenía en conversación con Culturplaza. Aunque con un cambio de velocidad, la normalidad se abre paso, una normalidad que por lo pronto pasa por Bombas Gens.
Comisariada por Nuria Enguita -directora del centro- y Julia Castelló, este sábado abrirá sus puertas Infraleve, una muestra que consolida la mirada de una de las grandes artistas de nuestro territorio y en cuyo discurso hay un elemento clave: la luz. Natural o artificial, directa o reflejada, de la ventana o una pantalla. Pero siempre luz. “La luz es el inicio de toda la investigación. A partir de ella empezamos a distribuir la sala”, explica Femenía. Es esa investigación, también, la que nos dirige a un proyecto que puede tomarse como punto y seguido en la trayectoria de la artista, una muestra que engloba sus diferentes líneas de trabajo y, al mismo tiempo, remite a todos aquellos caminos iniciados en los últimos años. “Ha sido una experiencia que me ha llevado a englobar y situar mi trabajo con mucha más claridad. El trabajo se ha consolidado. A veces surgen diferentes proyectos al mismo tiempo, ahora que los veo en conjunto veo como cuadra”.
Y todo cuadra, efectivamente, en Infraleve. Resultado de la investigación de Femenía en torno a la percepción determinada por los medios digitales y la experiencia resultante sobre la realidad física, la muestra se divide en dos secciones: una más instalativa, en la que se trabaja el espacio, y otra en la que se trabaja como la luz afecta a ese espacio. Es en esta segunda, por ejemplo, que acoge Mehr Licht!, una pieza formada por pantallas LED que hace alusión a las pantallas publicitarias gigantes y sus emisiones de luz, o Black Mirror, que remite a la pantalla de móvil apagada. Mientras tanto, la primera sección da la bienvenida al espectador con Transversal, en la que registra digitalmente la luz mediante un escáner para explorar e investiga las posibilidades de la visión de la máquina.
En este recorrido caben las referencias a lo cotidiano, como a los plásticos que protegen los cultivos y que Femenía ve cada día en su trayecto en bici hasta su taller, formas que resultan en la pieza Hold. También referencias a smartphones. Sea como fuere, la tecnología siempre está presente en su discurso, bien sea en el ámbito de lo poético o procesual, un acercamiento que, en cualquier caso, no remite a la moralidad de las nuevas tecnologías, sino que funciona como una constatación de que ahí están. “Siempre se dice: ¿dónde se sitúa [a favor o en contra]? No lo sé, pero sé que están ahí. La obra es ese espacio intermedio que une lo tecnológico y lo humano. Por eso en todas las obras lo material y lo digital está fusionado, haciendo un conjunto. En la exposición lo que quiero es que el espectador sienta ambas”. Y es que en este recorrido también hay un juego de percepciones, generando un choque entre realidad y ficción, ¿es el color sobre la plancha de In Tension un reflejo en el metal?¿es producto de una impresión?
La tecnología da forma así a un juego de sutilezas que es parte de un trabajo que también está condicionado por la propia máquina. “La tecnología evoluciona muy rápidamente. Hace diez años empecé a trabajar con este tipo de conceptos y, poco antes, salió el primer smartphone. Todo ha evolucionado de una manera brutal”, explica la artista. Estos cambios son parte clave de la evolución de sus trabajos, dependientes de unos procesos mecánicos de creación que no son estéticos, ¿les suena aquello de la obsolescencia programada? “Hay proyectos y series en los que, en un momento determinado, me veo limitada y ya no las puedo producir más. Uso materiales industriales no pensados para la impresión, con lo que el cambio de impresoras acaba por hacerlas incompatibles con los materiales que uso. Es una cosa que ya he asumido [ríe] Me gusta, encuentro otros caminos gracias a que me fuerza a abandonar unos".
La visita a la muestra, que convivirá con Hiperespacios y Botánicas, será, eso sí, algo distinta a cómo se había plantado inicialmente, pues estará marcada por unos recorridos predeterminados en los que ha trabajado la propia Femenía para asegurar que el visitante se zambulla en un proyecto que es, sobre todo, una "experiencia sensorial". Y para vosotros, ¿qué es infraleve?