VALÈNCIA. El primer fin de semana de abril tendrá lugar el congreso extraordinario del PP que servirá para encumbrar al gallego Alberto Núñez de Feijóo, único candidato, como nuevo presidente nacional de la formación popular. Confirmado ya que no habrá rival, el interés se concentra en conocer cuál será la nueva dirección que diseñará el flamante líder de esta fuerza política.
Parece obvio, y así lo admiten distintos dirigentes populares, que Andalucía (con Juan Manuel Moreno Bonilla al frente) y Madrid (con Isabel Díaz Ayuso al mando) tendrán un espacio importante reservado en la cúpula del partido.
En cuanto a la Comunitat Valenciana, en los últimos días ha emergido como figura referencial el eurodiputado y exconseller Esteban González Pons, elegido por Feijóo como presidente del Comité Organizador del Congreso (COC) y probablemente el valenciano más influyente en la órbita del nuevo presidente. Es por ello que se espera que pueda ocupar algún puesto de relevancia -probablemente simbólica- en el futuro organigrama, aunque a priori no determinante en la gestión del día a día.
En este sentido, de todos es sabido que la presencia en el COC suele descartar a sus beneficiarios de un puesto relevante en la Ejecutiva. Así, el presidente del PPCV, Carlos Mazón, situó a su afín -y también de Teodoro García Egea- Macarena Montesinos en este órgano. Es decir, que Feijóo podría descartarla posteriormente para la dirección pese a que día de hoy todavía ostenta un cargo en la cúpula.
El puesto en la Ejecutiva también tiembla en el caso de Vicente Betoret y Salomé Pradas, afines a Casado que podrían quedar al descubierto en esta renovación de la cúpula popular. También lo tendrán difícil, aunque con posibilidades, otros dirigentes valencianos del 'casadismo' como César Sánchez o Belén Hoyo, quienes expusieron sus dudas de la deriva del partido en los momentos previos a la gran catástrofe.
En este sentido, fuentes populares opinan que dirigentes del pasado como la ex presidenta regional Isabel Bonig o el ex líder provincial José Císcar tendrían nombres que aportar en la nueva dirección, lo que dejaría en mal lugar a Mazón y a la propia secretaria general, María José Catalá, salvo que consiguieran también introducir sus propuestas.
Ahora bien, ¿caben en el mismo paquete los nombres que proponga González Pons con los que señalen Mazón y Catalá? Es posible, pero de toda esa fina lectura en el organigrama depende que el resultado del congreso sea satisfactorio o no para la dirección del PPCV, que se encuentra en ascuas a la espera de la decisión de un líder sobre el que no tienen una capacidad clara de influencia.