VALENCIA (VP). “Más o menos hacemos todos lo mismo: medir para reconocer patrones de comportamiento, gestionar y premiar”, dice José Luis Orós, CEO de Pensumo. La solución que ofrece su startup es bastante novedosa. Consiste en un sistema de fidelización para los comercios que lo que hace es incentivar la repetición de compra a través de microaportaciones a un plan de ahorro que se abre a nombre de cada usuario.
Se trata, pues, de un modelo de negocio B2B2C donde confluyen la complicidad de los comercios, de las compañías aseguradoras y de los clientes. El acuerdo lo tienen suscrito con Allianz Zaragoza, lugar de origen y por donde han empezado a operar y, en el tiempo que llevan de rodaje, han conseguido la adhesión de 100 comercios y 1.900 usuarios.
Cada vez que un cliente visita uno de los establecimientos adheridos, tiene la opción de destinar un 3% del importe total consumido al plan de ahorros que antes habrá contratado con Allianz. Como ventaja, destaca Orós que se trata de un plan de ahorro líquido y garantizado, es decir, que puedes rescatar el dinero cuando te venga en gana y no hay rendimientos negativos.
José Luis Orós tuvo clara la oportunidad de negocio, tanto que dejó un puesto de trabajo “donde era el rey del mambo”, convencido de que el sector Seguros estaba llamado a eclosionar con el uso de las nuevas tecnologías. No obstante, se aseguró primero de que había un mercado, 9 millones de usuarios, solo en España, con planes de pensión.
Sumando el progresivo envejecimiento de la población, la incertidumbre del sistema de las pensiones de cara al futuro y lo difícil que resulta para muchos reservar una aportación mensual para un plan de ahorros, el producto de Pensumo puede catalogarse de oportuno.
El de José Luis Orós es un ejemplo, pero las circunstancias y el largo anquilosamiento del sector empiezan a arrojar muchas soluciones interesantes en el que ya se conoce como Insurance & Tech (Insurtech). La tendencia es similar a la que están experimentando todos los sectores: personalización de los productos, agilización de los procesos, mayor interactuación con los clientes y beneficios compartidos (win-win). Todo ello apoyado en la digitalización de las empresas. Para impulsar su desarrollo nació el año pasado Mundi Lab, un programa pionero especializado en startups innovadoras en Insurance&Tech.
Su programa, abierto actualmente a la recepción de candidaturas, es una iniciativa de la alemana Munich Re, la compañía de reaseguros más grande del mundo. La creación de Mundi Lab es uno de los pilares de la estrategia de innovación del grupo en los mercados de España, Portugal y Latinoamérica.
“Nos distinguimos de otro tipo de aceleradoras en que no participamos de las empresas que impulsamos ni tampoco ofrecemos dinero, por eso cogemos equipos que ya tienen cierta tracción y les ayudamos a revisar su modelo de negocio y a enfocar el producto para dar respuesta a las necesidades reales de los clientes”, aclara Corinne Jiménez Bejar, program manager de Mundi Lab.
Su confianza en el sector es plena, partiendo de que queda mucho por hacer si quieren despejar las nubes de extinción. “Hasta ahora, la relación habitual de las aseguradoras con los clientes se restringía al pago de las cuotas o a esos malos momentos en los que había que reclamar los servicios de la compañía para resolver un problema.
Pero el mercado ha cambiado y los clientes exigen un trato más personalizado. Han surgido productos nuevos que tienen mucho valor para los usuarios, como puede ser el iphone o un dron, ya no quieren pólizas generales y estimativas sino que cubran exactamente el valor de sus bienes y exigen que se les bonifique por una buena praxis”, son solo algunos de los ejemplos de adaptación que requiere el sector citados por Corinne Jiménez.
En esta nueva filosofía, es también clave el concepto de prevención. En Mundi Lab han sido acelerados proyectos como el de Wefitter o Social Diabetes. El primero permite a los usuarios que se esfuerzan por llevar una vida sana obtener bonificaciones en sus seguros de salud. Se trata de una plataforma que promueve la actividad física y los hábitos de vida saludables registrando sus ejercicios. Acumulan así puntos canjeables por regalos, descuentos o promociones.
En cuanto a Social Diabetes, nació como una startup en el sector Health destinada a ayudar a gestionar la enfermedad a personas con diabetes, un problema que “en sus distintos tipos, afecta al 30 % de la población”, aclara María Jesús Salido, CEO de la empresa.
Hasta ahora las compañías aseguradoras excluían de sus pólizas a las personas que padecen esta enfermedad, “pero claro, cribar a un 30% de la población dispuesta a pagar por garantizarse un futuro, era una renuncia muy alta así que, cuando descubrieron que con nuestra aplicación los pacientes estaban perfectamente controlados, nos propusieron acuerdos de colaboración y fue cuando entramos en el programa de Mundi Lab”.
La plataforma de Social Diabetes dispone de una aplicación móvil que los pacientes pueden descargarse al precio de 15 euros al año y que les va lanzando señales de alerta, y de una web para los médicos que les permite tenerlos monitorizados en todo momento. “Es una manera de dar entrada a los diabéticos en las aseguradoras y, para éstas, un modo de controlar el comportamiento y la evolución de los clientes”, dice María Jesús.
También los comparadores de precios sirven de indicativo de la fuerza renovada del sector. Ya lo anunciaba Rastreator en su último estudio: “Internet y los comparadores online de precios se consolidan como un canal fundamental para acceder y ordenar información y comparar diferentes ofertas de seguros…Del mismo modo, como canal de contratación de seguros, este año ha experimentado un crecimiento de más de 12 puntos porcentuales: hasta un 64,3% asegura haber recurrido a internet para suscribir una póliza”. El mismo informe observaba el crecimiento del sector en todos los ramos, especialmente entre los seguros de Vida Riesgo”.
Y aunque Corinne Jiménez reconoce el mérito de los comparadores en la dinamización del sector, entiende que la revolución va más allá de una guerra de precios. “Se trata de ofrecer valor añadido, de buscar soluciones disruptivas con las que el cliente sienta que de verdad sale ganando”. Habrá que seguir, pues, midiendo objetivamente y gestionar bien los datos para, después, humanizarlos. Pero nos adentramos ya en terrenos del Big Data.
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