VALÈNCIA. Con motivo del análisis de la evolución del sistema de innovación de la Comunitat Valenciana del año 2014 al 2021, el lunes tuvo lugar en la sede de la CEV (Confederación Empresarial de la Comunitat) la presentación de dos estudios elaborados conjuntamente por Redit (Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana) y un equipo de investigadores del departamento de Economía y Ciencias Sociales de la UPV (Universitat Politècnica de València).
La exposición de la investigación fue realizada por el catedrático de Economía Aplicada de la Universitat Politécnica de València (UPV) Francisco Mas Verdú. Además, Gonzalo Berenguer, el director de Redit, introdujo la exposición del estudio, y Fernando Saludes, presidente de Redit; Salvador Navarro, presidente de la CEV; y Andrés García Reche, vicepresidente ejecutivo de la AVI (Agencia Valenciana de la Innovación), se encargaron de clausurar el encuentro.
Pese a que en el ejercicio 2021 la inversión en I+D se vio incrementada un 25% sobre el año 2014, alcanzando así la cifra de casi 1.300 millones de euros, la Comunidad Valenciana presenta una reducida dimensión del sistema de innovación, una baja interconexión entre sus componentes y poca presencia en el tejido del sector privado y empresarial. “El diagnóstico es compartido y consensuado”, declaró Francisco Mas.
“Estamos mal, pero estamos mejor que en la edición de 2014”, comentó el catedrático. “Nos encontramos en un momento de cambio”. La Comunitat Valenciana fue la región española que experimentó un mayor crecimiento en el Índice Regional de Innovación de la Unión Europea en el periodo 2014-2021, y superó en 3,5 puntos porcentuales la media española. Además, en relación a los estándares de la Unión Europea, la solicitud de diseño y de marcas en el territorio valenciano está en una actual posición de liderazgo.
La Comunidad Valenciana está por debajo de la media en colaboración entre las empresas, los centros tecnológicos y el resto de agentes. Pero la competitividad, lo que resulta relevante en este sector, no viene dado solo por la interconexión en él, sino por la combinación de la inversión y la colaboración. “Hay zonas, como Madrid, que a pesar de tener poca colaboración, alcanzan una alta competitividad debido a la inversión. Y otras en Reino Unido, donde están por debajo de la media en inversión I+D, y la consiguen a través de la colaboración”.
Para mejorar la productividad hay que incrementar la capacidad de absorción de las empresas. “Y en la Comunidad Valenciana ya ha mejorado. Pero, las dos caras de la moneda: ¿ha incrementado lo suficiente?”. El estudio también demuestra que las empresas están absorbiendo más personal dedicado a la I+D, lo que indica que el mercado está demandando mano de obra especializada y que es posible cubrirla a nivel regional.
“La repercusión de los institutos tecnológicos es un referente para nuestras empresas. Tenemos por delante retos y tenemos que afrontarlos invirtiendo en innovación”, manifestó Salvador Navarro. El presidente de la CEV transmitió un mensaje positivo, aunque hizo hincapié en continuar con el camino ya recorrido. Navarro instó a universidades públicas, privadas, institutos tecnológicos, sindicatos y empresas a alcanzar un objetivo en plena globalización.
Fernando Saludes, destacó que el periodo actual está marcado por la crisis económica de 2008 y por la pandemia. “Los resultados se deben al empuje de la iniciativa privada y al impulso público, ya que sin el incremento de programas para empresas gestionados por las principales agencias financiadoras esto no hubiera sido posible”. Por último, Andrés García habló de la importancia en las sinergias entre innovación y ciencia. “Que no os engañen, este país tiene solución si su corazón, que es la innovación, funciona”.