El experto advierte que los mercados están cada vez más centrados en las elecciones presidenciales de Estados Unidos del próximo 3 de noviembre
MADRID. Las acciones de todo el mundo han caído junto con el crédito mientras los inversores se han dirigido de nuevo a los activos refugio, principalmente al dólar, al yen japonés y al franco suizo. Sin embargo, estos movimientos no han sido de gran magnitud y no han cambiado de forma significativa el patrón que las cotizaciones han seguido en las últimas semanas.
El euro se encuentra de nuevo en el centro del rango mantenido desde agosto frente al dólar americano, fluctuando entre los niveles de 1,16 y 1,19 unidades. Las divisas de Europa Central han sido las grandes perdedoras, debido al temor existente de que estos países se vean especialmente afectados por la segunda oleada de la pandemia.
Los mercados están cada vez más centrados en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que se celebrarán la primera semana de noviembre. La opinión general parece apuntar a que un triunfo demócrata (consiguiendo la presidencia y el senado) sería positivo para los activos de riesgo y negativo para el dólar.
La publicación el próximo viernes de los índices PMI de la actividad empresarial de octubre en la zona euro será el principal acontecimiento de la semana. Por otra parte, el aumento de nuevas medidas restrictivas y confinamientos locales ha introducido algunos riesgos, lo que podría provocar más medidas de alivio por parte del BCE.
Tal y como esperábamos, las negociaciones del Brexit se estancaron la semana pasada, aunque Boris Johnson se retractó de su amenaza de alejarse. La libra esterlina se movió en gran medida en línea con el euro, por lo que, claramente, los mercados aún esperan que se alcance algún tipo de acuerdo. Esta semana no se publicarán demasiados datos que permitan ver movimientos, por lo que estaremos atentos a la evolución de las cifras del Covid-19 en Reino Unido y a la posibilidad de un nuevo confinamiento, que podría ser un duro golpe para la libra.
El recrudecimiento de los datos de Covid-19 en la mayoría de países de la Eurozona y la reimposición de cierres locales perjudicaron la semana pasada el sentimiento por el euro. Los datos del PMI que se publicarán el viernes tienen una importancia adicional. Serán el primer indicador del impacto económico que están dejando los cierres parciales y las medidas restrictivas. Una caída del número compuesto por debajo del nivel 50 (que indica la expansión) presionaría al BCE para desarrollar más medidas de alivio, y, en ese contexto, esperaríamos que el euro cayera.
Los datos de las ventas minoristas de EE.UU. que conocimos la semana pasada fueron muy fuertes a pesar de que aún no se han renovado las medidas de estímulo, aunque las elecciones presidenciales -que se celebrarán en la primera semana de noviembre- están empezando a eclipsar los datos económicos (que, en cualquier caso, serán escasos esta semana). Las encuestas muestran una ventaja mayor y más estable para los demócratas que la que tenían en 2016, lo que debería dar tranquilidad a los activos de riesgo. El último debate presidencial del jueves será crucial esta semana para los inversores.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury