VALÈNCIA (EFE). Investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) participan en el proyecto europeo PRISMA, centrado en el desarrollo de una bomba de insulina más pequeña, exacta y sin catéter, lo que le haría "especialmente útil" para la población infantil con diabetes tipo 1.
El trabajo del equipo de investigación del Instituto de Automática e Informática Industrial (ai2) de la UPV en el proyecto se centra en el desarrollo del software y hardware de la nueva bomba, según ha informado a EFE la institución académica.
También en la integración de los algoritmos de control unihormonales (solo insulina) y multihormonales (insulina+glucagón), que computarán el flujo de infusión de la misma, un ámbito en el que este equipo lleva trabajando casi dos décadas.
El trabajo, financiado por la Unión Europea y que tendrá una duración de tres años, se enmarca en el proyecto europeo PRISMA (Micro-Mechanical Pump for Next Generation Insulin Delivery Systems), coordinado por la Universidad Técnica de Dinamarca.
Se trabaja en una bomba de insulina comparativamente más pequeña y más exacta que las que hay ahora mismo en el mercado y que, además, no necesite catéter, lo que la hace especialmente útil para la población infantil con diabetes tipo 1.
El nuevo sistema de bomba parte de un material que se desarrolló previamente en el proyecto FET-OPEN BioWings, el cual tiene capacidad para bombear cuando se estimula eléctricamente.
“Dicho material permite eliminar toda la parte mecánica de las bombas de insulina y, por tanto, reducir su tamaño y conseguir un mejor control del flujo”, explica Jorge Bondia, investigador principal de PRISMA en el ai2.
Así, el objetivo principal del proyecto será diseñar una nueva bomba de insulina, más pequeña que las que existen actualmente, con más capacidad y mejor control que las que están ahora mismo a disposición de los pacientes de diabetes tipo 1.
Se comenzará construyendo una bomba de una sola cámara, esto es, solo de insulina, y luego se pasará a la fabricación de una bomba de dos cámaras, es decir, para la administración de insulina combinada con glucagón.
Además, el proyecto validará técnicamente en el laboratorio la exactitud de flujo que tienen las nuevas bombas, según las mismas fuentes.
“El hecho de que no tenga catéter y sea más pequeña la hace especialmente útil para niños, ya que son pacientes más difíciles de controlar y, por tanto, los que más se pueden beneficiar de esta tecnología. La diabetes tipo 1 se suele detectar a edades muy tempranas”, explica Bondia.
Además, el investigador comenta que el hecho de que la nueva bomba tenga más capacidad para incorporar una segunda cámara, será especialmente interesante para controlar situaciones, por ejemplo, de ejercicio físico.
“Diversos estudios han demostrado que en dichas situaciones se necesita un control con infusión de glucagón, además de insulina”, explica Bondia.
Está previsto que el proyecto PRISMA abra el camino para lanzar una empresa emergente que posibilite acuerdos a largo plazo con grandes fabricantes de dispositivos médicos para la integración de esta nueva tecnología en la nueva generación de bombas de insulina simples y combinadas.