Ismael, maestro y amigo

Conocí al profesor Ismael Quintanilla, Facultat de Psicologia de la Universitat de València, en el año 1982. Yo asistía a un curso de Marketing Estratégico, donde él impartía Comportamiento del Consumidor. Fue el profesor que más me impactó.

La empresa en la que yo trabajaba, Grupo Iber, crecía aceleradamente y necesitábamos poner orden en algunas áreas, especialmente en comercial y marketing, por lo que me pidieron que propusiera algo, y no se me ocurrió nada mejor que contactar con él e invitarlo a participar en un seminario con los responsables de nuestra red comercial. Aquel curso aún hay quien lo recuerda, fue un jarro de agua fresca en nuestra empresa, además de una fuente de entusiasmo, vitalidad, creatividad, humor, ilusión y pasión en nuestra organización, todo bajo una gran profesionalidad y sabiduría.

Y ese fue el principio de una gran amistad. Yo tenía 24 años, él diez años más. Mi admiración hacia Ismael era, es, y seguirá siendo inmensa.

Ismael fue una fuente de inspiración para mí, con él descubrí a muchos autores de psicología social y de las organizaciones sobre los que luego teníamos apasionadas discusiones, especialmente cuando yo intentaba llevar algunas teorías a la práctica y las cosas no salían como esperaba.
Con el tiempo me he dado cuenta de que era yo el que fallaba, y no sus teorías y propuestas.

De sus libros, en los que se combinan magistralmente teoría y práctica, hemos aprendido mucho, y siempre nos han ofrecido multitud de ideas para implementar en nuestras empresas u organizaciones.

Ismael ha tenido una gran influencia en el desarrollo intelectual y profesional de muchísimos psicólogos y, fruto de su relación con el profesor Mollá, de muchos economistas. Esa influencia se ha reflejado en nuestra mejora profesional, y también en la de las empresas y organizaciones en las que hemos trabajado o dirigido. Y, como consecuencia, en la mejora de la sociedad valenciana, una de sus grandes pasiones: gastronomía, paisaje, fiestas y el Valencia CF, aunque sin duda, su máxima pasión eran Cat y David.

En muchos foros suelo decir que el director general es un vendedor. Un vendedor de ideas, proyectos, ilusión, pasión, futuro... y para eso debe ser un buen comunicador, y en esa faceta, también somos muchos los que hemos aprendido de Ismael, un gran comunicador, un maestro de la comunicación.

Ismael te doy las gracias por haber sido mi maestro, por todo lo que me has aportado, y especialmente por haber sido mi amigo.

Joan Mir es director general de Anecoop S Coop