Una exposición muestra la influencia del dibujante norteamericano en el cómic underground
VALÈNCIA. A Jack Kirby lo conoces sin saber quién es. Es un nombre que ha quedado solo para los libros de historia del cómic, pero fue un ídolo y no poca gente tiene que buscar su nombre en internet para averiguar quién es realmente. A la sombra de Stan Lee, Kirby fue el creador de algunos de los personajes más influyentes de Marvel como son Los Cuatro Fantásticos, Capitán América, Thor, X-Men o Hulk. Desarrolló decenas de ideas, tanto en Marvel como en DC, y constituye uno de los creativos más prolíficos del género.
Jack Kirby murió y su leyenda no se “endiosó”, sino todo lo contrario, se fue apagando. Sin embargo, las tramas extravagantes de sus últimas historias y el trazo desenfadado que dio en primicia las texturas psicodélicas, han quedado para el recuerdo de muchos ilustradores e ilustradoras, que se reúnen ahora en la exposición colectivo La influencia de Jack Kirby en el cómic underground, que se inaugura hoy mismo en la sala expositiva del estudio No Land Tatoo Parlour en València.
A pesar de no estar en una galería, la muestra ha conseguido reunir obras de algunos de los artistas valencianos muy sonados en la actualidad, como pueden ser Mik Baro, Zoraida Zaro, Elías Taño, Paula Carrizo, Narcís, o Don Rogelio J, siendo este último el comisario y promotor de la exposición. La idea era reunir ilustraciones o cómics que, de alguna manera, mostraran la influencia o la referencia de Jack Kirby en su esencia: “se trata de ver cómo ha determinado, tanto para bien como para mal y en distintas medidas, la obra de Jack Kirby en nuestra obra, porque el cómic underground tiene siempre muy en cuenta nombres como Daniel Clowes o Richard Corben, pero creo que muchos hemos crecido con las historias de Kirby y lo tenemos en nuestro imaginario visual”, cuenta Don Rogelio J.
Esta relación que plantea la muestra, es a su vez un desafío a la propia historia del cómic. El underground, a través de las revistas europeas y las historietas de ciencia ficción, se crearon como contestación al trabajo de dibujantes como Kirby, cuando el cómic de superhéroes era el único género que interesaba -comercialmente hablando- a las grandes editoriales de cómic: “es difícil establecer una relación directa a lo que fue el cómic underground en la época de Kirby y lo que es en la nuestra: entonces sí que era una contestación, pero creo que el cómic alternativo actual tiene mucho más que ver con las historia de Kirby que con aquella contestación”. Se refiere, indiscutiblemente, al trazo, el grafismo, y la creatividad del dibujante, que también fue autor de serie brillantes y alternativas que fracasarían comercialmente pero que se han convertido, con el tiempo, en obras de culto. De paso, se adelantaría a algunas de las líneas que seguiría luego el mundo de la psicodelia, casi de manera primigenia.
Es importante destacar que, en esta última etapa, el dibujante construyó historias mucho más arriesgadas, como El Cuarto Mundo o Destroyer Duck. Aunque la relación que se ha querido dibujar en esta muestra tiene más que ver, no tanto con la temática, sino con la concepción de libertad que respiraban aquellas historias y que ahora se desarrolla en el cómic underground, entendiendo la experimentación en la narración de las historias creadas por el dibujante. “En la muestra hay ilustraciones que poco tienen que ver con el grafismo de Kirby, pero que de alguna manera siguen como referencia, también hay obras que se ríen de su propio imaginario. Hacemos esta exposición sobre la influencia de Kirby como podríamos haberla hecho sobre Hergé, porque los dibujantes ahora manejamos una cantidad de referencias muy amplia”, explica Don Rogelio J.
La muestra servirá, de paso, para reivindicar la propia obra de Jack Kirby, que muy poco tienen que ver con sus adaptaciones al cine. Las películas de la factoría Marvel, en las que su compañero Stan Lee siempre hacía un simpático cameo, resumen 20 o 30 años del desarrollo de un personaje (“con sus momentos mediocres y sus momentos de genialidad”) en una trilogía de seis horas de duración en total cuyo super éxito poco tiene que ver con la creación del propio autor. En la memoria visual contemporánea, pocos jóvenes tienen en mente los dibujos y casi todos sus adaptaciones a la gran pantalla: “eso se nota en la propia exposición, en la que hay una diferencia clara entre los artistas más mayores, que crecimos con la referencia de Kirby, y los más jóvenes, que lo han tenido que descubrir después de buscar un poco en la historia del cómic”, concluye el impulsor de esta exposición, que será visitable hasta principios de junio.