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entrevista con el director general de la gestora española de credit suisse

Javier Alonso (Credit Suisse): "La bolsa subirá mientras los beneficios crezcan"

27/04/2018 - 

VALÈNCIA. Credit Suisse celebró recientemente su encuentro anual en la 'city' local con sus clientes de la Comunitat Valenciana donde no son pocos los que canalizan sus inversiones a través de esta reputada firma. Este diario quiso conocer más en profundidad lo que supuso el acto y para ello habló con Javier Alonso, director general de Credit Suisse Gestión, la gestora de instituciones de inversión colectiva de Credit Suisse. A continuación la charla mantenida:

-¿Cuáles fueron las líneas maestras del encuentro anual que celebraron recientemente en València con sus clientes?
-Uno de los principales temas tratados fue el fin de la expansión monetaria. Y es que tras un periodo prolongado de estas políticas, vamos a asistir a un ajuste en las valoraciones de los activos por el incremento de la tasa de descuento. Además, después una fase de inflación de los activos y de deflación de rentas, que ha provocado burbujas y desigualdad económica social, se producirá un ajuste económico de gran calado. Por otro lado, mientras los beneficios crezcan, la renta variable se mantendrá en la buena senda. Pero desde Credit Suisse Gestión creemos que si EE UU. revisa este crecimiento, habrá un cambio de tendencia.

-¿Qué inquietudes les trasladaron los asistentes al evento?
-Una de las inquietudes tratadas fue la evolución de los tipos a largo plazo, que ahora mismo es la principal fuente de riesgo. Como segundo tema destacaríamos el fuerte endeudamiento de los agentes en China, y en tercer lugar, los acontecimientos geopolíticos: la guerra comercial, los procesos electorales en Latinoamérica así como una hipotética depreciación de las divisas emergentes.


-¿A qué retos se enfrenta la banca privada en general y la valenciana en particular?
-Hasta ahora ha primado la banca privada de red. Pero esto va a cambiar, dando paso a una mayor importancia del contenido y del valor añadido. La gestión y el asesoramiento de calidad requiere una inversión en recursos humanos y en tecnología que solo se puede acometer si los clientes aprecian dicho servicio, y por tanto, están dispuestos a pagar por ello. Y es que los clientes mayoritariamente invierten en fondos de inversión por la ventaja del traspaso fiscal con diferimiento, por tanto, no conocen en profundidad el activo.  

-Hablando de banca privada, ¿se han calmado ya definitivamente las aguas en torno a las sicavs y los temores a un endurecimiento de sus requisitos?
-Mientras que en otras jurisdicciones no se cuestiona la naturaleza de las sicavs, en España existe un debate demagógico en torno a estos productos. Se trata de vehículos de inversión, que como muchos otros, permite el diferimiento fiscal. Un ejemplo de productos con estas ventajas fiscales son los fondos de inversión, que no tributan al hacer un traspaso. Además, como verdaderas instituciones de inversión colectiva que son, las sicavs no discriminan a los inversores: cualquiera puede invertir en estos productos. El debate en torno a las sicavs se ha politizado, lo que puede llegar a repercutir de manera negativa en la inversión extranjera y en el desarrollo de la industria. Por ello, lejos de sembrar dudas sobre estos vehículos, debería transmitirse seguridad jurídica para profesionalizar la gestión y así contribuir de manera indirecta al desarrollo del MAB y del MARF.

-¿Cómo ve el patio bursátil a la vista de que factores como el Brexit y las imprevisibles decisiones de Donald Trump siguen ahí?
-El presidente Trump está siguiendo la tradicional estrategia del palo y la zanahoria, entendemos que para negociar la compra de su deuda con China y Japón -no solo la que no renovará la Reserva Federal, sino la que debe emitir para financiar un déficit del 10% en los tres próximos años-. Para sentarse en la mesa de negociación, debe hacerlo de forma global, y de ahí vienen sus presiones comerciales. El Brexit es un tema más delicado. El resultado del referéndum es un paso atrás en los procesos de integración económica y social. Desde Margaret Thacher, con el gran milagro económico, fruto de la liberalización de la economía, era impensable semejante decisión, ejemplo de discriminación intergeneracional.


-¿Cuál es su visión sobre la marcha de los mercados de renta fija?
-Es un mercado que ha estado apoyado por los bancos centrales, lo que ha influido tanto en el nivel de los tipos como en los volúmenes de los flujos y en el stock. En renta fija se dan valoraciones paradójicas y el riesgo no está retribuído. Posiblemente una de las mayores burbujas de la historia económica conocida. El problema es que, a pesar de que aflore la inflación, en un mundo tan endeudado los tipos no pueden subir mucho y previsiblemente viviremos un ciclo de "stagflación" ya que hemos adelantado crecimiento futuro para poder salir de la crisis a costa de un menor potencial.

-¿Para cuándo barajan la subida de tipos de interés del BCE?
-No esperamos subidas de tipos del BCE próximamente. Así como Estados Unidos está tratando de disponer de armas monetarias para afrontar la recesión, para que una vez que el ciclo se agote se pueda bajar los tipos de interés, creemos que ese momento coincidirá con una ralentización mundial que obligará al BCE a políticas semejantes a las que hemos visto con el Banco del Japón, de compra de deuda corporativa y financiera.

-¿Cómo se puede obtener rentabilidades en esta coyuntura de tipos cero?
-En un contexto de tipos cero se puede obtener rentabilidades asumiendo más riesgo vía dividendos sostenibles, dónde la retribución represente la mitad de los flujos de caja libres. Esto es a través de los futuros de dividendo, tan desconocidos por muchos inversores, o de híbridos con calls cercanas que se comportan como flotantes.

-Para terminar, ¿descarta ver una paridad euro/dólar?
-Hay una opinión generalizada que nos lleva a pensar que el comportamiento de una divisa depende de los diferenciales de tipos reales, y no es cierto. Los diferenciales de inflación, crecimiento y desequilibrios macroeconómicos pesan más. Descartamos la paridad euro/dólar y creemos que el dólar no se apreciará a medio plazo. Además, EE UU siempre afronta las recesiones con un dólar débil. El sobreendeudamiento tampoco juega a su favor.

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