el cudolet / OPINIÓN

Los jinetes de la Marjal: los animales no son mercancías

14/08/2021 - 

En mi peregrinación de murallas hacía fuera recorriendo a pie la València periférica tuve que hacer un alto en el camino. Como repetía una y otra vez en su magazine deportivo el excelente locutor de radio José María GarciaLa noticia publicada por el Consell me dejó atónito. Lo informaba este mismo diario en un avance de lo que se nos viene encima a los que amantamos a animales. Tengo un viejo y testarudo amigo, Salvaque una calurosa tarde de verano se atrevió a confesarme que había aprendido más de los animales en estos últimos años en la reserva, que en toda su carrera profesional. Salva es un hombre sabio. Un filósofo de los fogones. El comentario no tenía desperdicio. Yo, en cambio cada día aprendo más de él. Lo sabe.

Hoy escribo sobre la presente y futura Ley de Protección Bienestar y Tenencia de Animales de la Generalitat Valenciana. Necesaria. A mí personalmente me afecta, y a muchos de ustedes también. Tuve que cruzar la CV-500 para adentrarme en plena Marjal. En el corazón del Parque Natural. Un espacio cuidado y trabajado por los agricultores locales. En el trayecto busqué la dirección del Club de Hípica de El Recatí. Allí entre caballos, paja, palmeras y pinos fui recibido por Juan Gimeno e hijos y su grupo de colaboradores. A los gemelos, los chavales, les tengo mucho aprecio. Uno de ellos, creo que Valentín estaba montado a caballo en el momento de la visita. El otro brother sentado junto a su progenitor esperaban mi llegada.


Saqué mi diario para recabar y anotar información sobre el asunto a tratar. Quería saber de buena tinta lo que opinaban de tal enmienda. Les afirmé que parecía que con esta medida del posible cobro de una tasa, a los animales se les está tratando como una mercancía. A mí particularmente que quiere que les diga, me parece un insulto a la inteligencia. Y más aún escuchar que el supuesto impuesto es para dotar o reforzar con mayor presupuesto los refugios municipales de mascotas abandonadas. Es decir, los que cuidamos de ellos pagaremos por los que los maltratan. Y me pregunté ¿No es posible aplicar una tasa a las empresas que se lucran con la venta de animales para procesarlos y llevarlos a las baldas de los supermercados? Algo parecido a lo de los azúcares.

Hace tiempo escribí sobre esto. Estoy sensibilizado con el tema. ¿Prohibirá València el consumo público del foie gras? Nadie del Consistorio debió leerme. Respeto mucho al que se alimenta de carne y pescado. Hasta los que saborean en el plato la grasa de los chuletones. No entro en la dieta diaria de los demás y no es un artículo para tal menester. No quiero crear ninguna polémica. Tampoco quiero recibir una cornada. Y no quiero hacer sangre. Solo quiero proponer. Ser escuchado. Seguimos charlando sobre caballos. Sobre sus derechos, adiestramiento, educación y actividades deportivas que practican. En la cuadra cuentan con cerca de 25 caballos que miman diariamente, además ofrecer paseos a caballos por todo el Recatí. Y ahí llegó un poco la polémica. Juan Gimeno comentaba en voz alta que en la Devesa han colocado letreros de advertencia de “prohibido” el paso a los caballos. Pensé,¡joder a los caballos les privan de circular por este bello parnaso de la naturaleza y a las bicicletas les permiten circular!

Llegamos a la conclusión de que sobre el Parque, los responsables de la gestión están “privatizando“ el uso al resto de ciudadanos. Creo se están excediendo. Les recuerdo queridos lectores que es suelo público protegido. Realmente la medida no tiene lógica. También hablamos de los derechos ancestrales de la libre circulación y paso de los caballos por las carreteras y playas. De la recogida de excrementos, heces que se destinan con muchos fines, uno de ellos el de dar alimento y sustancia a la tierra de los campos que cultivan las verduras los agricultores de la zona. Me hubiera quedado un poco más de tiempo al costat de estos magníficos jinetes de El Reactí. Por desgracia el tiempo es oro. Les recomiendo si el tiempo lo permite dispongan de unas horas para visitar en plena Marjal este singular Club de Hípica.