VALÈNCIA. Este domingo Compromís pudo disfrutar de la que ha sido probablemente su mayor satisfacción en las últimas semanas: el alcalde de València, Joan Ribó, mejoró en un concejal su resultado de 2015 y continuará al frente del Cap i Casal con el apoyo del PSPV-PSOE durante cuatro años más. Una victoria ajustada frente al bloque de derechas conformado por PP, Ciudadanos y Vox, y especialmente sufrida debido a la pérdida en las urnas del tercer aliado del bloque progresista, Unides Podem-EUPV, que no logró pasar la barrera del 5%.
Pero, más allá de este éxito, el ambiente general tras la resaca electoral en la coalición no parecía este lunes demasiado alegre. La convivencia entre las dos fuerzas mayoritarias de la coalición, Bloc e Iniciativa, atraviesa una de sus cíclicas crisis que, en esta ocasión, viene acompañada además de una tormenta interna en la formación nacionalista.
El otrora responsable de Organización del partido Llusmi Campos, mano derecha además del exlíder y presidente de Les Corts, Enric Morera, publicaba en las redes sociales este lunes un largo mensaje apelando a la "humildad". Todo apunta a que el recado va dirigido a la actual dirección del Bloc capitaneada por Àgueda Micó, que tiene el respaldo de otros referentes como el conseller Vicent Marzà o el síndic en Les Corts, Fran Ferri.
Semanas atrás, Morera fue ungido como presidente de Les Corts venciendo las reticencias precisamente de este sector y gozando del apoyo de Mónica Oltra -en otros momentos rival- y del socialista Ximo Puig. Días después, este diario informaba de que el presidente de Les Corts fichaba como asesor a Paco García, uno de los dirigentes de Iniciativa que no había logrado escaño en Les Corts en lo que parecía un guiñó de Morera al sector de Oltra.
Con estos antecedentes, no resulta extraño el ruido de sables en la coalición tras los comicios. Compromís, al margen del éxito en València, solo puede sacar pecho de su crecimiento en Alzira y Manises en lo que se refiere a grandes municipios, y ya algunos se miran de reojo desde las patas mayoritarias para ver cómo le ha ido al socio: en este caso, Iniciativa se ve mejor que el Bloc, quien siempre ha presumido de su músculo local. La pérdida de Sagunto o, como algunos señalan maliciosamente, la victoria por mayoría absoluta del PP en L'Ollería, municipio de la coordinadora general de la formación nacionalista, Àgueda Micó, dejan -para algunos- en evidencia al partido más fuerte de Compromís.
Así, aunque atendiendo al respaldo obtenido en los municipios la diferencia con 2015 no ha sido excesiva -de 15,23% a 14,46%-, el amplio crecimiento del PSPV -de 24,7% a 31,3%- ha castigado notablemente a Compromís al presentar una gran diferencia de resultados. Los alcaldes socialistas han vencido con más claridad, algunos aspirantes de este partido han logrado el vuelco y la representación en las diputaciones ha sido mayor. La coalición valencianista, por su parte, ha perdido fuelle en Alicante mientras que en Valencia se ha mantenido sin más.
No obstante, el resultado concreto no parece ser lo más importante dentro del clima de Compromís, sino el uso que hacen en la coalición de ese resultado. Este mismo domingo, Mónica Oltra subía a celebrar el éxito de Ribó y bailaba sonriente en un escenario en el que no aparecía ningún alto cargo de la nueva generación del Bloc en primer plano. Una imagen que para más de uno resultó representativo de un relevo futuro: y es que hay quien ya ve a la vicepresidenta del Consell como relevo de Ribó para la Alcaldía de València en 2023.