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el ex alcalde se retira de la primera línea política

Joan Ribó: "Nuestro gobierno se aproximó a sus expectativas pero nos faltó tiempo"

5/03/2024 - 

VALÈNCIA. El ex alcalde de València, Joan Ribó (Manresa, 1947), anunció la pasada semana su intención de retirarse de la primera línea política y presentar su renuncia como concejal del Ayuntamiento. Tras ocho años gobernando la ciudad, es hora de hacer balance, y aunque el ex primer edil admite que "las expectativas nunca se cumplen al 100%", señala que el gobierno que dirigió entre 2015 y 2023 se aproximó a ellas "en lo fundamental". "Nos ha faltado tiempo", asume: "Pero si dijimos que íbamos a hacer A, no hemos hecho -A".

Ribó se enorgullece de haber hecho a València Capital Mundial del Diseño y Capital Verde Europea, y de que se haya ido "convirtiendo en una referencia en muchos ámbitos". También de haber dirigido un gobierno "con las manos limpias". Admite las críticas que, desde la izquierda, llegan por no haber ido más allá en las políticas municipales. Por eso dice arrepentirse de "no haber sabido darle velocidad a algunos temas", de "no haber tenido una posición más contundente" en otros y de haberse obsesionado, a última hora, con reducir todavía más la deuda (la redujo en dos tercios) y no haber dedicado ese dinero a más inversiones. 

Por otro lado, señala la turistificación y la falta de vivienda como principales problemas de la ciudad, pero asegura que no existían cuando accedió a la Alcaldía. Y cree que la izquierda perdió las elecciones municipales, como en muchas otras ciudades, principalmente porque "la gente no votó pensando en València, sino pensando en otras cosas".

Sobre todas estas y otras cuestiones, el todavía concejal de Compromís en el Ayuntamiento de València mantiene una entrevista con Valencia Plaza en el despacho del grupo municipal antes de presentar su renuncia, que se hará efectiva en el próximo pleno municipal.

Foto: EDUARDO MANZANA

- Muchos dicen que la política es desagradecida, ¿lo cree ahora que se aparta de la primera línea?
- (Suspira) A ver, yo no lo veo así. ¿Es desagradecido un trabajo cualquiera? La política es un trabajo en el que estás un tiempo. Yo a la política me he dedicado de muchas formas, más tiempo fuera de las instituciones que dentro. Y ahora cuando me deje esta, continuaré trabajando en política como un ciudadano más.  No creo que sea desagradecida, la política no me ha hecho nada malo en especial. Tampoco le he pedido grandes cosas. Sé que la política tiene sus juegos. Es dura; no es como el boxeo pero se le parece. Sabemos que es así, pero no la encuentro desagradecida.

- Gobernó la ciudad ocho años. ¿Cuál fue el momento más duro?
- Sin duda, la pandemia de covid. Nos vimos en situaciones muy nuevas que no sabíamos cómo afrontar. La gente cuando habla de la covid recuerda que le encerraron en casa, pero yo no, yo recuerdo venir a trabajar todos los días. Pero la situación de ver a gente trabajando de manera intensiva y a tanta gente con problemas fue duro.

- ¿Y el momento más satisfactorio para usted?
- Hay bastantes. Fue satisfactorio que València se convirtiera en Capital Mundial del Diseño, Capital Verde Europea, que la ciudad se vaya convirtiendo en una referencia en muchos ámbitos en los que yo estaba trabajando. Hay una cosa divertida: tras las elecciones que Rita Barberá ganó en 1991, se hizo un carril bici de un kilómetro como máximo que no venía ni iba a ningún sitio. El hecho de ver que la ciudad se aproxima cada vez a ciudades como Copenhague o algunas ciudades alemanas, ver que es cada vez una ciudad más habitable ha sido para mí una gran satisfacción.

Foto: EDUARDO MANZANA

- Cuando llegó a la Alcaldía tenía unas expectativas, ¿las ha cumplido?
- Sí, pero es cierto que las expectativas han ido cambiando. Por poner un ejemplo, en estos momentos la máxima angustia de la ciudad es la turistificación y la falta de vivienda. Ninguna de las dos eran preocupaciones de primera magnitud cuando llegué, sino que se han generado durante estos años.

Pero hay un elemento que me parece importante: nosotros entramos con las manos limpias y nos vamos con las manos totalmente limpias. Hay que decirle a la ciudadanía que la gente de izquierdas sabemos trabajar con las manos limpias y que la gente de izquierdas somos capaces de ponernos de acuerdo. Lo hemos conseguido. Evidentemente supone problemas, pero da muchas riquezas. Yo no puedo llegar donde llega el Partido Socialista porque no pienso como ellos. Y viceversa. Eso ha dado riqueza a esta ciudad.

- ¿Cree que el gobierno que lideró ha cumplido lo que esperaban los votantes de izquierdas?
- Mira, sí y no. Las expectativas nunca se cumplen al 100%. Íbamos en el camino de cumplirlas. Pero lo que es cierto es que si dijimos que ibamos a hacer A, no hemos hecho -A. Nos hemos aproximado a A. ¿Me hubiera gustado aproximarme más? Sobre todo, a más velocidad. Lo que más me ha preocupado era que no pudiéramos conseguir las cosas más rápidamente. Los plazos y las necesidades de control en el Ayuntamiento son muy agobiantes. Pero en lo fundamental, nos hemos aproximado. Nos ha faltado tiempo, evidentemente, pero es cierto que la covid nos frenó mucho tambíen. Estuvimos año y pico de alguna manera pensando en otras cosas.

Foto: EDUARDO MANZANA

- Su gobierno no fue capaz de poner solución al turismo desmesurado ni la falta de vivienda. O en Urbanismo: se quedaron grandes planes sobre la mesa como el PAI de Benimaclet, tan importante para Compromís, o el PAI del Grao, que ahora el gobierno del PP y Vox podrán reformular con sus propios criterios. ¿Entiende esas críticas, que llegan sobre todo desde la izquierda?
- Sí, lo entiendo perfectamente. Pero quiero que la gente de izquierdas intente mirar a hace ocho años. La turistificación no era un problema, se ha hecho porque València ha aparecido como una ciudad más apreciada y que figura a nivel internacional como una de las ciudades mejores para vivir. Esto ha tenido un efecto positivo y otro negativo. Pero nosotros no lo habíamos previsto.

Sobre la vivienda, nos pasa lo mismo que en Madrid, Barcelona o Shanghai. Las soluciones pasan por ciudades como Viena, Copenhague y países con una socialdemocracia que se ha preocupado por esto. Pero las viviendas no se construyen en dos días. Realmente es un tema por el que hemos de apostar seriamente.

- Ahora que abandona el Ayuntamiento, ¿de qué se arrepiente?
- En primer lugar, de no haber sabido darle velocidad a algunos temas. En otros casos, de no haber tenido una posición más contundente y haber dicho: "Esto se ha de hacer". Y por otra parte, que se nos ha dicho, es que bajamos mucho la deuda del Ayuntamiento, pero quizá, visto en perspectiva, tendríamos que haber dedicado más dinero a inversiones que a amortizar deuda, pensando sobre todo en el tema de la vivienda. Pero es cierto que esta posibilidad apareció en el último año y medio, así que tampoco tuvimos gran margen para hacerlo. Pero ahora habría que tenerlo en cuenta.

Foto: EDUARDO MANZANA

- ¿Por qué cree que la izquierda perdió las elecciones?
- Se ha de recordar que 17-16 ha sido el resultado de las últimas tres elecciones. En las dos primeras ganó la izquierda, y la última la ha ganado la derecha. Ha sido una diferencia muy pequeña. Ahora bien, para mí el elemento fundamental de las últimas elecciones fue que la gente no votó pensando en València, sino pensando en otras cosas. Por desgracia, lo que ocurrió en València, pasó en otros sitios como Zaragoza y otras zonas de España. Pero evidentemente, también puede que la gente me viera un poco mayor, no lo sé, es posible que sea verdad que no supimos llegar adecuadamente.

- ¿Cree que las disputas públicas entre los socios perjudicaron la imagen del gobierno?
- Creo que no fundamentalmente. En un gobierno de coalición, cada partido necesita su propio perfil, hablar a su propia gente y diferenciarse. Estas cosas son relativamente normales, no creo que fuera un elemento decisivo. La gente sabía perfectamente de que, si hubiéramos vuelto a ganar, hubiéramos llegado a un acuerdo igualmente. Hay diferencias, como es normal. Si yo tengo diferencias conmigo mismo de una semana a otra, pero no fue un elemento determinante.

- ¿Cómo cree que se ha visto desde fuera su liderazgo como alcalde?
- No sabría decirte cómo se ha visto desde fuera. Personalmente, he intentado gobernar de manera que la gente pudiera desarrollar sus propias características. En ningún momento se hizo un planteamiento excluyente. Cuando entré en la Alcaldía, recuerdo perfectamente que los trabajadores y las trabajadores que quisieron, se quedaron, y los que quisieron, se fueron. Muchísimos funcionarios se quedaron y trabajaron conmigo de manera muy positiva y muy leal. He tenido trabajadores públicos con mucha cualidad que saben trabajar con gente de izquierdas y de derechas.

Yo no hice como otros alcaldes de izquierdas en el Estado, que llegaron y cambiaron a todos sus jefes de servicio. Yo no hice eso, mantuve a todos, y quien ha querido conforme el tiempo se ha ido cambiando. Quise mantener una línea de no ruptura en la función pública y creo que ha funcionado. Es cierto que alguna persona puso alguna pega, pero no me preguntes quién porque no te lo diré. Ahora cambiaría alguna persona que retardó determinadas cosas.

Foto: EDUARDO MANZANA

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