VALÈNCIA. (EFE). El catedrático Joan Romero entiende que la reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana "no es posible" a día de hoy, porque entre otras cosas no existe la "voluntad política" de llegar a un acuerdo, pero sería "muy deseable" que, mientras tanto, se avance en reformas de leyes.
En su comparecencia de este miércoles ante la comisión de Les Corts que estudia una amplia reforma del Estatuto de Autonomía, el exconseller se ha mostrado "escéptico" con la reforma estatutaria, que a su juicio debería enmarcarse en la reforma constitucional, aunque en ambos casos lo ve "muy difícil, por no decir imposible".
Para Romero, sería conveniente "actualizar" la norma valenciana y abordar los cambios producidos desde la reforma de 2006, pero en estos momentos no se cumplen las "condiciones objetivas" para ello, pues un Estatuto es "un acuerdo político con asistencia técnica", y ese acuerdo no se da ahora ni reúne las mayorías necesarias.
Ha hecho un llamamiento a los políticos a crear "espacios de indefinición", es decir, a sentarse a trabajar en la reforma sin tener un "escenario final predeterminado", pues de lo contrario no habrá acuerdo, y sabiendo que hay que evitar "tacticismos" y que "todos tienen que perder algo", como se hizo con la Constitución.
En su opinión, los ámbitos en los que habría que poner el acento son la reforma de la ley de planta, la consideración de las áreas metropolitanas, los espacios rurales desfavorecidos y el cambio climático, así como incorporar "una nueva generación de derechos" sociales y culturales al Estatuto.
"Todo lo que puedan incorporar será bueno, porqué dará durabilidad y estabilidad", ha indicado Romero, quien también se ha mostrado partidario de incorporar al Estatuto la segunda descentralización, la local, y "tal vez" la ley Electoral.
El catedrático de Geografía Humana ha dado cinco razones de por qué no puede prosperar ahora la reforma estatutaria: la primera, por el momento político (faltan pocos meses para las elecciones autonómicas y locales, lo que resta "sosiego"), y la segunda por el clima de "polarización" de la política, que dificulta acuerdos.
Las otras razones son la "pulsión recentralizadora" del Gobierno central y de las sentencias del Tribunal Constitucional; que tener un Estatuto más prolijo "no es garantía" de buena gobernanza, y que no se puede hablar en propiedad de competencias exclusivas en los Estatutos, pues el modelo de funcionamiento del Estado es vertical.
Finalmente, ha reivindicado la necesidad de coordinación y de cooperación institucional, cuya ausencia es "el gran déficit" en el actual Estado compuesto, y ha considerado que cuanto más se "rearmen" los valencianos en el Estatuto, más argumentos tendrán para hablar con otras esferas de gobierno sobre políticas públicas.