El presidente de la Diputación de Valencia afirma no tener miedo al debate sobre el futuro de la institución, pero defiende el papel de la misma
VALENCIA, (EFE). El presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, defiende que más que liquidar estas instituciones provinciales lo que debe hacerse es racionalizarlas y modernizarlas para que los servicios que presten sean los realmente necesarios.
Afirma no tener "miedo" al debate sobre el futuro de las diputaciones y considera necesario elaborar un estudio serio sobre los servicios que prestan éstas y el resto de Administraciones para decidir "quién pensamos que puede prestarlos mejor".
Se muestra convencido de que las diputaciones prestan servicios "absolutamente imprescindibles", especialmente para los municipios más pequeños, pero también cree que hay servicios que actualmente ofrecen y que "probablemente deberían" prestar otros órganos, como la Generalitat.
En este sentido, destaca que la Diputación de Valencia está elaborando una carta de servicios "para clarificar qué servicios presta tanto a ayuntamientos como a ciudadanos" y evitar duplicidades.
Eso no significa quitar servicios de la Diputación, ha aclarado, sino que éstos "los tenga aquel que mejor los puede prestar" y en ese sentido, aboga por emprender "más que un proceso de liquidación", uno de racionalización y modernización de la Diputación.
"Las diputaciones existen, son órganos constitucionales, su eliminación supone una reforma Constitucional y hoy por hoy eso no ha sucedido", ha recordado, y ha dicho que sería "una irresponsabilidad que llegáramos a una diputación, que tiene capacidad de gestión y de ayudar a los municipios, y no ejerciéramos ni exprimiéramos al máximo sus competencias".
El también alcalde socialista de Ontinyent recuerda que las diputaciones "nacen como un primer paso de desencentralización" y considera que se debe "intentar recuperar ese espíritu" para que "sean esa institución que no tiene miedo a descentralizar de cara a los municipios".
También defiende "la colaboración leal" con la Generalitat en aquellas iniciativas que redunden en beneficio de los ciudadanos, como a su juicio es la "xarxa de llibres", y asegura no entender que esta cooperación "natural" sea noticia.
Sí entiende que pueda sorprender a los populares porque, según ha denunciado, en los últimos años habían usado esta institución "como ariete contra la Generalitat" y, en concreto, ha dicho, había una lucha de poder dentro del PP entre el expresident de la Generalitat, Alberto Fabra, y de la Diputación, Alfonso Rus.
Rodríguez asegura que la colaboración con la Generalitat va a seguir existiendo porque lo importante "no son las Administraciones ni de dónde sale el dinero", pues éste siempre sale "del bolsillo del ciudadano que paga sus impuestos".
El presidente de la Diputación de Valencia, quien afirma no haber tenido ningún contacto con su antecesor Alfonso Rus, asegura que la prioridad de la institución van a ser los municipios, y apuesta por recuperar la función de la empresa pública Imelsa como promotora de la economía de los municipios.
Confía en que la justicia resuelva "cuanto antes" la situación de esta empresa, en la que se investiga una supuesta trama corrupta de cobro de comisiones, y espera que no aparezcan otros casos y que la Diputación de Valencia pueda ser "portadora de buenas noticias" y no protagonista de "noticias de tribunales y sucesos".
Para Rodríguez, las diputaciones no deben ser actores políticos, espacio que reserva a "los lugares donde se legisla", sino "gestores de la realidad municipal", y acusa al PP de crear "conflictos artificiales" desde las Diputaciones de Alicante y Castellón por ser las únicas instituciones grandes que gobierna.
Rodríguez apuesta por un cambio en las formas y en el fondo de las políticas de la Diputación, por aumentar la transparencia, reducir el número de planes, acabar con "el clientelismo" anterior y dar autonomía a los municipios para que decidan a dónde destinan los recursos que reciben de esta institución.
Sobre la plaza de toros, la Diputación de Valencia trabaja en la misma línea que el gobierno anterior en cuanto a su gestión, de la que se encarga una empresa privada, y mantendrá la política de potenciar que se celebren otro tipo de espectáculos en este espacio.