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directora general de universidades

Josefina Bueno: "No nos podemos permitir que los universitarios sean un colectivo pobre"

4/11/2015 - 

VALENCIA. Defender la investigación, revalorizar la universidad y acabar con el empleo precario de los estudiantes recién salidos de la carrera. Estos son algunos de los objetivos que se plantea la directora general de Universidades de la Conselleria de Educación, Josefina Bueno

Esta profesora llegó al despacho hace dos meses convencida de poder cambiar la situación de la Educación en la Comunitat, un aspecto que ha vivido de primera mano durante más de dos décadas como profesora titular de Filología Francesa en la Universidad de Alicante.

Ha sido directora del Secretariado de Extensión Universitaria y Vicerrectora de Extensión Universitaria de la Universidad de Alicante y antes de entrar a la dirección general era la Directora de la Sede Universitaria de la Ciudad de Alicante.

-Se sabía de la falta de financiación y la deuda con las universidades pero, ¿se encontró con algo que no esperaba?

-Me he encontrado muchas cosas que no me esperaba pero no son para decirlas ahora. Cuando esta historia acabe igual escribo un anecdotario. Yo nunca había venido a la Conselleria. Era una profesora de universidad y me han pasado cosas como desde que no conoces el edificio a que no sabes en qué despacho vas a estar. Solo sabes que vienes de una universidad y que vas a trabajar para las universidades valencianas.

-¿Qué le motivó a aceptar este cargo?

-Creo que las personas deben pasar por diferentes ámbitos profesionales. Y a mí, profesionalmente, la vida me ha deparado este cargo.  Es profesional porque yo soy una profesora, una investigadora, y voy a ocuparme de la gestión y de la política universitaria, de las universidades valencianas, con lo cual es otro ámbito de mi profesión pero que lo veo desde otra perspectiva.
- ¿Qué le gustaría cambiar del sistema actual? ¿Hacia donde va el modelo del nuevo equipo de la Conselleria?

-Sí que hay un modelo y parte de ese modelo es el que firmaron en el pacto del Botánico que es, por ejemplo, primar el sistema público. Así en estos momentos, o al menos es el compromiso del actual equipo de la Conselleria, aunque no es darle regalos a la universidad pública sino revalorizarla. Por ejemplo, en investigación. No es mentira decir, por ejemplo, que el grueso de investigación de la Comunitat Valenciana sale de las universidades. Es tan necesario como acceder a un índice de natalidad que nos permite tener ese relevo generacional que la sociedad necesita.

-¿Alguna bajada de tasas a la vista?

- Somos muy conscientes de priorizar una serie de elementos que hasta ahora en mi opinión se habían primado poco. Hay que seguir con el tema de ayudas y tendiendo a hacer que las tasas universitarias sean más baratas para aquellas personas que tienen mayores problemas económicos. Es compromiso de este equipo conseguir más ayudas, más becas y por lo tanto tender hacia una disminución de las tasas universitarias. Pero es verdad que eso no se puede hacer de la noche a la mañana.

Ojalá viviéramos en un país como un país como Alemania, que no tiene tasas universitarias, o como Francia, donde el precio medio de un grado son 300 euros. Vivimos en un país donde la desigualdad es el mayor problema y no solo es económica, también de medios. Estamos planteando varias hipótesis. Una de ellas es a corto plazo hacer una especie de franja, como la declaración de hacienda, para que aquellas personas que están en el primer escalón las tasas sean más reducidas.

Nos planteamos si hacer una rebaja para cualquier estudiante, sea cual sea el ingreso familiar, o si atendemos a las personas que más lo necesitan. Eso no quiere decir que desechemos la reducción de las tasas universitarias. Pero hablamos de medidas prioritarias. Con lo cual ésta es la reflexión a la que nos está llevando el estar dos meses. Lo más prioritario es que según los ingresos familiares no todo el mundo pague las mismas tasas universitarias porque queremos democratizar la universidad. 

-¿Licenciatura, grado o 3+2?

-A mí no me gusta el 3+2. Es decir, creo que, además, no me gusta porque me da la sensación de que se banaliza el grado con una formación básica que todo el mundo va a tener y por lo tanto se revalorizarán esos dos años posteriores. Ya estamos en un sistema de master donde estamos hablando de una competitividad enorme y donde al final, al estudiante le cuesta más caro. Yo hice la licenciatura en cinco años, tenías la formación completa para desarrollar una profesión y luego se bajó a cuatro años. El imponer ese 3+2 irá en detrimento del estudiante porque al final lo que has hecho es cubrir una primera etapa con tres años. Esa etapa no se va a valorar porque es muy básico. El paso de cinco a cuatro ya fue una reducción de créditos y de conocimiento. De cuatro a tres se hace para hacer indispensable esos dos años más que suponen una inversión más en la vida universitaria. A mí ese modelo no me convence porque devalúa el grado y obliga al estudiante a un 3+2 y en estos dos últimos años tendrá que desembolsar una cantidad superior.

-¿Cuál es la postura respecto a las universidades privadas?

-No hay una filosofía imperativa ni una imposición. Ahora mismo tenemos cinco universidades públicas y cuatro universidades privadas. Y por lo tanto, las que están van a seguir estando. La Comunitat Valenciana tiene un sistema grande y complejo, digo complejo porque tiene muchas universidades numéricamente hablando y porque tiene universidades públicas y privadas compartiendo un territorio. Si bien es cierto que no todas las universidades privadas se han creado con las condiciones con las que se crearon las universidades públicas.

Pero están ahí y conviven dentro del sistema. Lo coherente es que se distingan por su singularidad. Por eso en un tema de mapa de titulaciones, a la hora de planificar estudios, se tiene que tener en cuenta la diversidad del territorio y la singularidad de los estudios a implantar y la inserción laboral de esos estudios, tanto para privadas como para públicas. Las universidades públicas y privadas puedes coexistir en un mismo marco geográfico, pero tienen que convivir en igualdad de circunstancias y oportunidades y tienen una responsabilidad, ofrecer la mejor formación y garantizarles una salida profesional digna. 

-¿Cómo se plantea que tengan que pagar las universidades privadas por hacer prácticas en hospitales públicos? ¿Han hablado con ellas?

-Yo creo que lo que tiene que hacer la Conselleria no es hablar con todas las universidades sino marcar una hoja de ruta y eso es en lo que estamos. Hay una PNL para que se aborde las prácticas en temas hospitalarios. Ahora mismo, es verdad que hay una situación en medicina pero también en otras especialidades como psicología, enfermería, también en FP, que son unos estudios que requieren obligatoriamente unas prácticas.

Esas prácticas deben estar reguladas numéricamente. Habrá que hacer una ordenación y ver cuántas plazas hospitales para prácticas tenemos y los estudiantes que hay. En mi opinión, se tiene que asegurar a los estudiantes de centros públicos que tengan garantizada sus prácticas hospitalarias.

De cara a las universidades privadas tendremos que hacer esa conjunción en el que se hará un reparto y ya veremos si tienen que pagar y cómo tienen que pagar para que los estudiantes de pública y privada puedan tener prácticas en condiciones de igualdad. Las plazas en centros hospitalarios son las que son y la oferta hay que ordenarlas de alguna manera pero siempre primando los derechos de los estudiantes de la universidad pública, que es el servicio básico.

 -¿Debe replantearse la universidad el mapa de titulaciones para estar en línea con la demanda empresarial?
-La universidad no puede estar siempre al servicio de la moda el empleo. La universidad es la formación superior y tiene que garantizar el conocimiento. Tiene que garantizar estudios como la filosofía, investigación básica como la física cuántica. Hay un conocimiento que no tiene por qué tener una salida empresarial. Ahora bien, es cierto que en los últimos años han proliferado estudios en univerisdades públicas y privadas pensando que el mercado de trabajo iba a absorver a esos egresados y egresadas y no lo ha hecho.

Por lo tanto, esos estudiantes se encuentran con un mercado laboral saturado y que hace que se deprecie el título y pasas a cobrar el 50% de lo que podrías cobrar. La Conselleria también tiene la obligación de no saturar el mercado. Las familias están invirtiendo en la formación de sus hijos e hijas para que cuando salgan tengan un empleo digno. Si saturamos el mercado de determinadas profesiones de moda y que han ido proliferando como estudios. Hay que evitarlo. La universidad no puede ser víctimas de las modas. El conocimiento no está de moda, es lo único que nos hace ser como somos y proliferar. Y luego están las salidas laborales.


-¿Habría posibilidad de reducir las plazas en las carreras que están de moda?

-Creo que la postura más razonable no es quitar ni reducir sino ordenar los estudios de nueva creación. Que mantengamos lo que tenemos pero no sobredimensionemos lo que está por venir. No se trata de posturas a corto plazo.

-¿Contempla la posibilidad de implantar un sistema en el que las empresas ayudaran con donaciones a las universidades privadas?

-Veo poco probable eso. En España, nuestro sistema de país hace que la inversión del sistema privado sea ínfima. Eso hace que prácticamente, el sistema universitario público descanse en el Estado. También creo que se valora poco a nivel de sociedad el papel de las universidades. ¿Qué representa la universidad en una sociedad? Valoramos a un buen futbolista, un buen cantante, pero valoramos a una persona que se dedica a la carrera científica.

Alguien que a los diez años va a obtener un resultado y que se beneficiará gran parte de la sociedad. ¿Quién piensa en la importancia del sistema migratorio? Son temas que son tan importantes para nuestra convivencia, y sin embargo la sociedad en general. La ciencia no vende, la ciencia no te da votos. En mi próxima campaña voy a dedicar un 30% a la ciencia y la gente pensará que hay otras cosas más importantes.

Creo que hace falta ese ejercicio de valorar la aportación de la universidad a nuestra vida cotidiana. Habría que hacer la reflexión de que nos aporta la universidad a nuestra vida cotidiana. Tanto a la que va a la universidad como a la que no pero que seguramente sobre los temas que se investigan en la universidad le ha sacado provecho. 

-¿Cuál es la ruta del pago que se adeuda a las universidades públicas?

-Para el 2016, está contemplada esa refinanciación que se hizo con los pagos que se debían. Yo creo que esa deuda que faltaban 93 millones, ya hay 53. Lo que no está presupuestado en 2016 gira en torno a unos 30 millones. Estamos haciendo los pagos de manera regular y la sensación es que de esta conselleria se quiere cumplir con este compromiso. De todas formas, eso no exime a que estamos en una comunidad autónoma está infrafinanciada y esto resiente la educación. Yo soy optimista y en el futuro la Comunitat Valenciana tendrá que financiar su educación igual que el resto. desahogo.

-¿Cuál sería la primera medida a tomar si se aumentara la financiación?

-A mí me gusta decir que la ciencia está de luto por unos recortes brutales en años anteriores. Pero, sobre todo, porque tanto las universidades como los centros de investigación no han visto incorporados los investigadores que se jubilaban. Tenemos plantillas precarias porque donde se jubilaban 70 catedráticos ahora hay personal contratado con un carrera investigadora más pobre.

Eso supone una merma en la investigación de las universidades que luego se ve refleda en los ranking. Eso es una medida urgente. Pero esto tiene que ir de la mano con la concienciación de que no nos podemos permitir un recorte en ciencia. Pero eso es algo que debe saber un político, una persona que va al mercado, mi madre y mi tía. En un país donde no hay una investigación pionera es un país que no puede ser rico, no puede ser sinónimo de progreso. Lamentablemente, para la legislatura anterior y para el Gobierno a nivel nacional, la ciencia y la investigación no es lo importante.

El modelo de éxito social es el que pega un pelotazo, el que se queda con el dinero ajeno y no el médico de prestigio, el investigador del prestigio. No se ha primado la universidad porque los estudiantes piensan que con un grado van a cobrar menos que una persona sin él, y eso desincentiva y deprecia la carrera universitaria, el sistema universitario, la carrera investigadora y eso no se soluciona con una buena financiación.

No nos podemos permitir que la gente que sale con 22 años de la universidad cobre 400 euros. Que los jóvenes universitarios sean un colectivo pobre. ¿Cómo hemos llegado a esto? Pues seguro que por alguno de estos motivos estoy aquí, por cambiar esta situación que la hemos creado entre todos. Tenemos una deuda con nuestra juventud enorme y que va a pasar factura. La gente que se ha ido ya los hemos perdido pero la gente joven que está aquí con una situación laboral pésima y que no puede independizarse, no puede tener hijos, no pueden pensar en irse de vacaciones y viven pensando en que sus padres y madres vivan muchos años. Tenemos entre todos, universidades y empresas, garantizarles unas salidas laborales dignas.

-¿Y eso cómo se consigue?
-Fundamentalmente tomando conciencia de ellos. Yo ya me he entrevistado con Maria José Mira, la secretaria autonómica de Economía. Y justamente ya estamos hablando para como podemos universidad y Servef, universidad y trabajo, cómo podemos entablar relaciones para una mejor inserción laboral de nuestros universitarios. Así se hace. Pensando que yo sola no lo puedo solucionar, las universidades no somos compartimentos estancos. Tenemos que hablar con el empresariado. La universidades tienen que hablar entre ellas y plantearse la inserción laboral como un criterio sobre el que trabajar. Y eso también tendrá que actuar en el mapa de titulaciones. 

-¿Alguna otra medida a tomar?

-También queremos actuar sobre las feminización y masculinización de las carreras universitarias. Las feminizadas son las carreras de la enseñanza y del cuidado. Tú ves una foto de la sociedad, una maestra, una mujer, alguien al cuidado, una mujer, un informático, un hombre, un  político, un hombre.

En carreras masculinizadas o feminizadas esto puede provocar peores condiciones laborales porque las mujeres cobran menos que los hombres. Si yo tengo una sociedad que tiene carreras masculinizadas y feminizadas, cómo sé que esto no va a provocar peores condiciones laborales. Chicos y chicas tienen que ocupar con naturalidad todas las carreras. Y para conseguir esto, por ejemplo, sería a empate de beca, el criterio de desempate es el género menos representado. En algunos será el chico y en otros la chica. Es un criterio de desempate que busca conseguir una sociedad más igualitaria. 

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