VALÈNCIA. Juan Luis Hortelano se ha convertido en un referente del ecosistema emprendedor valenciano tras ser director durante cinco años de Plug and Play Spain, con sede en València, la versión española de aceleradora nacida en Silicon Valley. Meses después de dejar su puesto al frente del programa -que ha pasado a orientarse a verticales y relación con grandes empresas- está centrado en su proyecto Blinkfire.
La 'startup' valenciana cerró recientemente una ronda de inversión de 1,6 millones de dólares en la que participó Dick Costolo, ex CEO de Twitter . Hortelano ha visto crecer el sector en la ciudad y el desarrollo de un espacio, la Marina de València, donde ellos mismos intentaron instalarse hace un lustro, pero sin éxito.
- ¿Por qué hay gente empeñada en que València sea el Silicon Valley del mediterráneo?
- No creo que sea solo València. Si vamos a hemeroteca los últimos diez años, recurrentemente aparece Málaga con el proyecto Málaga Valley en el que han dilapidado millones. Barcelona ha intentado posicionarse como el Silicon Valley europeo e incluso hasta Madrid. Es normal que alguien quiera tratar de posicionarse como el paradigma de la tecnología y la innovación en el mundo y en València, además, ocurre que el clima es similar, como si tuviera que ver con la creación de un ecosistema.
El clima es parecido, la California de Europa, y es verdad. Yo cuando iba me alojaba en San José en el Hotel Valencia y parecía que estabas en casa. Los políticos y la prensa, a todos nos gusta jugar con las analogías como el Google español. Es un 'problemita' el tratar de copiar algo y además desde la ignorancia. Pensando que se puede copiar un ecosistema que ha tardado bastantes décadas en constituirse. No es simplemente coger el polígono Vara de Quart o la Marina y meter startups.
En Silicon Valley se ha dado una evolución desde los años 30-40. Desde los años 70 fue cuando empezó a crecer fuertemente y es algo que no se puede copiar. No se trata de poner el cartel de 'somos el Silicon Valley de Europa'. En Europa también se ha intentado e incluso en Estados Unidos. Nueva York ha intentado ser el Silicon Valley de la Costa Este.
-La Educación y la investigación son dos pilares básicos del modelo de Silicon Valley. Aquí hubo un ERE en el Príncipe Felipe y, ¿en Educación estamos igual?
- En España tampoco podemos estar muy orgullosos del sistema educativo en general, tanto en las primeras fases como a nivel universitario. No tenemos universidades en los primeros puestos de los ranking a nivel mundial, en el informe PISA estamos en la cola de Europa. Y eso sin entrar al tema del inglés, que es absolutamente vergonzoso.
Yo creo que la base y la clave de montar un ecosistema potente primero es darle tiempo, tener paciencia y hacer un pacto de educación. La clave en Estados Unidos fue tener un modelo educativo claro y crecer alrededor de Stanford o Berkley e investigar a partir de la educación.
En la Educación de España debería primar el inglés y se nos está dando fatal y nos falta tener universidades top porque son los que atraen a los mejores estudiantes que investigan, crean producto, que crean empresas, que invierten en otras empresas y crean el ecosistema. Esto es lo que creó Silicon Valley junto con las cantidades ingentes de dinero que aportaba Defensa de Estados Unidos.
En València deberíamos de pensar en generar nuestro ecosistema con sus pros y sus contras y tratar de ser nosotros. Eso es lo que ha estado intentando hacer durante los últimos años por gente del ecosistema, no por parte de los políticos. Sin embargo, hay cosas en las que no podemos meter mucha mano, como la Educación. Los políticos no deberían cambiar cada cuatro años los sistemas, la universidad debería acercarse a la empresa, dejar de reducir el gasto en I+D, en investigación, en centros de investigación, intentar recuperar a la gente buena que está fuera y los hemos formado aquí. Todo esto ayudaría al ecosistema pero de aquí a 15 o 20 años.
- ¿Por qué somos tan de corto plazo?
- Porque los políticos son de corto plazo y están pensando en sus elecciones. Tampoco conozco la política de otros países pero sí otros sistemas educativos y no han cambiado prácticamente en 40 o 50 años. En España se debería hacer algo al respecto con los cambios del sistema educativo, que no han dado resultado. Tal vez que la Educación esté transferida a las comunidades autónomas sea un problema.
- En España se han realizado varios tipos de inversiones como el Fond-Ico, pero muchos business angels se han quejado. ¿Es un buen sistema?
- Yo creo que en España tenemos diferentes modelos. Está Enisa, Fond-Ico, CDTI,.... Ninguno es perfecto, hay parte de fraude, hay parte de aprovechamiento del sistema y se conoce, pero todas las ayudas que hay en España a nivel público son positivas aunque se pueden mejorar mucho. Lo hagas como lo hagas vas a tener quejas, de una parte o de otra. Si eres muy exigente al final se queda mucha gente fuera. Si eres muy laxo la gente abusa del sistema. En Estados Unidos, al margen de la inversión que hicieron en Defensa, no tienen mucha ayuda pública pero tienen mucho capital. Aquí se ha tratado de compensar con el capital público y aunque puede ser más eficiente no es algo malo.
- ¿Tiene sentido lo que se quiere hacer en la Marina de València? ¿Poner tanto empeño en ese tramo?
- Yo creo que, más que buscar puntos concretos, se debería apostar por la ciudad y no solo por una parte, pero está bien que haya determinados polos de atracción. Al final si hubiese un crecimiento importante la Marina no podría acoger a todas las startups o empresas interesadas. Es verdad que desde el punto de vista de la ciudad el utilizar un espacio infrautilizado y con potencial yo creo que tiene todo el sentido del mundo.
El enfocarlo a un clúster tecnológico es algo que ya intentamos hace cinco años desde Plug and Play cuando nos reunimos con el Gobierno anterior cuando intentamos acceder a uno de los edificios de la Marina. Fue algo que no funcionó y si hubiésemos entrado ya llevaríamos cinco años de adelanto. Pero me parece estupendo que ahora se cree alrededor de la Marina ese polo.
- Hablando de épocas pasadas, ¿los eventos como Emtech o Techtour eran buenos para València?
- Claro. Obviamente una de las partes más importantes del marketing de una ciudad para venderse exteriormente es la realización de eventos que sean capaces de atraer a gente importante del sector y no solo porque les paguen. Si traes buenos contenidos la gente acude. Creo que el Gobierno anterior esa parte la trabajó bastante bien y se fomentó el impulso de eventos con una vertiente internacional, algunos más nacionales pero con mucho atractivo, y efectivamente el algo que echo de menos.
Es verdad que hemos pasado por una crisis, por un cambio de Gobierno que tiene otra visión y otra forma de apoyar el emprendimiento. No estamos hablando de fastos como la Fórmula 1 y la America's Cup, eran eventos en los que si se mide el retorno eran buenos para el sector. En estos últimos cinco años València se ha posicionado como el tercer hub español cuando antes solo se hablaba de Madrid y Barcelona. Ahora sí que somos un ejemplo. Cuando hablas con el resto de España reconocen la labor de València como comunidad y como ciudad y solo nos falta poner un poco la pica en Flandes para que nos reconozcan sobre todo en Europa. Que empezamos a sonar para gente de Londres, de Amsterdam, de París o de Berlín.
- ¿Y eso cómo se consigue?
- Al final al sector público le interesa que pueda venir una empresa alemana y que monte un subsidiaria como hemos hecho con Blinkfire, que no es una empresa instrumental sino que tienes ingenieros, parte del equipo de gestión está en València y piensas que es un buen lugar para montar una empresa. En ese aspecto, Vit Emprende lo ha estado haciendo muy bien porque ha vendido las ventajas que tenemos hacia fuera.
No hablo del clima y la calidad de vida. Hablo del acceso a buenos ingenieros, por ejemplo, pero queda mucho por hacer. ¿Por qué se van las empresas a Barcelona y Madrid? Se podría hacer mucho mejor. Nosotros en Blinkfire vamos a contratar a una persona de Londres con un sueldo de València. Allí hay miedo al brexit, es de otro país europeo y a nivel de salario va a estar por debajo de una persona de Madrid y Barcelona pero el coste de vida no es el mismo. Una parte importante a la hora de traer gente aquí es la parte psicológica de cuando a uno le bajan el sueldo. Si te bajan el sueldo y en vez de pagar 2.000 euros por una casa a una hora de Londres estás a diez minutos en bici y pagas una tercera parte puedes hacer ver que no es lo que ganes sino lo que te queda a final de mes.
- Vit Emprende ha optado por dinamizar y no tanto por las ayudas. ¿Es más efectivo?
- Se pueden hacer las dos cosas. El Ayuntamiento ha dado algunas ayudas pero Vit Emprende ha acertado con la política de dinamizar y tratar de que rememos todos en la misma dirección. Lo que se está haciendo muy bien es el hacer un poco más de presión, tratar de hacer un poco de lobby. Es verdad que los últimos años, y con ambos gobiernos, el tema del emprendimiento tenía buena fama pero económicamente no teníamos un impacto importante aunque sí que podía quedar bien para la foto porque estaba de moda.
Ahora se está viendo que es un modelo que va a tener una mayor importancia, crea empleo, valor y tiene ciertas ventajas respecto a otros modelos productivos como la sostenibilidad o la creación de empleo juvenil. Lo que está haciendo Vit Emprende es posicionarnos como un interlocutor válido para hablar de problemas en el sector como los beneficios para inversores, subvenciones a contratación o el traer gente de fuera.
- ¿Ayuda que un cargo político como la concejala de Desarrollo Económico Sandra Gómez se posicione tan claramente a favor de las startups?
- Me parece sorprendente y me alegra. El que sea una persona joven y que entre sin muchos vicios adquiridos, creo que ayuda. Si al final conoces el sector y tienes interés en conocer el resto es cuando puedes valorar la importancia que tiene. A mí me parece estupendo que Sandra haya visto el potencial. Y sí, no deja de ser sorprendente que veamos a los políticos apoyarnos porque no estamos acostumbrados, pero debería ser lo normal con todos los sectores.
- ¿Se está posicionando València para recibir a startups de Barcelona?
- Ineludiblemente se va a posicionar. El problema que veo en Barcelona con las startups es que están todos callados y hay miedo a hablar. Todos tenemos un sesgo, porque con las startups que hablo el 95% de los emprendedores que hablo son anti independencia aunque se sientan muy catalanes. Y es porque lo ven desde el punto de vista económico de empresario y sabemos todos que va a haber un daño. Puedo confirmar y corroborar que hay varias startups que se han cambiado la sede a València o están en proceso. Con València tienen cierta afinidad y cultura y aunque no seas nacionalista València cae mejor que Madrid.
Va a haber un grupo de startups que acabarán viniendo a València y no solo eso, también el talento. Hay gente cansada de la inseguridad y otros que iban a realizar contrataciones y se les ha caído ya sea por miedo o desconocimiento. No es un problema tan grave pero entiendo que el que viene de Francia pues decide irse a otro sitio. Por esa parte, para el ecosistema catalán es un palo importante y va a haber un cierto beneficio para València sin duda. Igual que ha pasado con la Caixa y el Sabadell, en el sector va a ser más positivo que negativo para València.
- Se ha constituido una Asociación de Startups Valencianas. ¿Era necesaria?
- Yo de por sí soy anti asociaciones porque creo que no es fácil montar una con peso y sobre todo es complicado encontrar a las personas adecuadas que empujen en el mismo sentido y, sobre todo, que no haya intereses comerciales detrás. Cuando he estado involucrado en asociaciones muchos estaban más pensando en su negocio que en apoyar el bien común. Dicho esto, la asociación parte en gran medida del trabajo hecho por Vit Emprende.
También la preside Raúl Martín, con el que tuvimos una buena relación cuando estaba en Ivace. La gente que está detrás es muy válida pero es difícil hacerla útil y que crezca aunque era necesaria. El sector tiene que acabar teniendo un interlocutor válido para hacer lobby y sentarse con las instituciones. La asociación, si conseguimos que todo el mundo empuje, puede ayudar.
- Algunas personas se preguntan, ¿cómo puede ser València una de las ciudades que atraen a más Erasmus y no conseguir retener talento internacional?
- Lo del Erasmus probablemente sí es por el clima y por la fama que tiene València de fiesta y de ciudad agradable, cómoda para vivir. Una UPV o una UV, aunque no estemos en el top, tienen buena fama. Se juntan todos estos aspectos y no son tan diferentes de los que se deberían de aplicar a las startups. Tienes talento, tienes universidades, buen clima y un coste de vida bajo. Sí que es verdad que viene mucha gente de Erasmus y cuando trabajan se acuerdan de València intentan volver a trabajar aquí o tienen cierto apego a la ciudad. Ayuda a la imagen internacional. El reto es convertir a la València profesional en lo que es la València universitaria.
- ¿Debería haber más profesores emprendedores en la Universidad? Porque al final eso una de las cosas que más valoran aquellos que pasan por Stanford.
- En el modelo educativo hay tantas diferencias que tratar de copiar a Stanford no tiene sentido. Tienen un fondo millonario impulsado por los estudiantes que han pasado por ahí y que les ha ido bien con sus empresas. Hace poco alguien pagó el pabellón entero de baloncesto. Tú te vas a Stanford aunque sea un curso y todos los profesores son profesionales dedicados a full time a su negocio y que pasan por allí de vez en cuando. Eso es lo que hace que la universidad se acerque a la empresa porque el que te da clases sabe lo que necesitas para trabajar en su sector. Aquí, el modelo profesor universitario sigue siendo demasiado burócrata y alejado de la empresa.
También es verdad que cuando se montan spin off de la universidad, de cara a los inversores tiene peor imagen porque los contratos con los profesores tienen más dificultades para encajar con la realidad. En la UPV, donde conozco a la gente de startup UPV, se han ido dando pasitos y han estado picando pero tendríamos que bajar más abajo. Yo he ido a dar charlas a universidades y muchos estaban allí porque les daban créditos y solo uno quería montar algo.
Eso no pasa en Estados Unidos. También verdad que tienen esos ejemplos a los que copiar y muchos en segundo de carrera deciden salirse y montar su empresa. Yo recomiendo a la gente que acabe la universidad, es un periodo vital también, y con 19 años o 20 salirte a montar tu empresa normalmente no acaba bien. Pero la universidad deberíamos acercarla más a la empresa, no sé si con un mayor porcentaje de profesores externos. Yo voy encantado cuando me llaman y a los alumnos le gusta cuando alguien les habla del mundo real, pero se queda en lo anecdótico. Hay que bajar abajo y cambiar la educación. En Blinkfire contratamos ingenieros que salen de la carrera y hay un choque cultural y emocional de estar calentito en tu clase a trabajar en una empresa.
- Ha estado algo más de dos años en Plug and Play. ¿Cuál es el balance?
- Plug and Play continúa y Rubén y yo estamos en el equipo de inversiones. El balance es super positivo. Empezamos hace cinco años con el primer programa de aceleración y en principio solo era para dos. Invertimos en 70 empresas, hemos conseguido posicionar la marca Plug and Play en España cuando no la conocía casi nadie y ahora compite de tú a tú con las mejores.
Cuando firmamos el acuerdo con Plug and Play era el día que salía España y Rajoy en la portada del Wall Street Journal. Era un momento delicado para la economía y Saeed apostó por España. Hace cinco o seis años el ecosistema emprendedor en València no tenía nada que ver con el de ahora. Había muy poquito. Estaba Business Booster, había poco movimiento alrededor de la inversión pero cinco años después vemos que las startups vienen mejor preparadas. Desde el primer programa hasta el último hemos tenido que ir cambiando los contenidos y la ayuda que al principio era muy necesaria al final era menos potente.
Cada vez era más difícil atraer a startups con potencia por lo que vimos que empezaba a darse un agotamiento en el sistema de aceleración tradicional. Entre eso y que cada vez la percepción era que les ayudabas menos sumado a la percepción negativa por malas actuaciones de aceleradoras, nos costaba. Y como somos una empresa con ánimo de lucro, en nuestro caso vimos que cada vez nos costaba más encontrar startups de calidad y empezaba a ser más complejo el retorno de la inversión.
Además, Plug and Play había decidido ir hacia verticales y era algo con sentido. Las startups podían validar su negocio con grandes corporates, encontraban antes inversores y bueno, viendo que en Estados Unidos había tenido mucho sentido porque mejoraba el ratio de clientes y financiación, decidimos dar el cambio y focalizar en la parte de verticales.
- ¿Qué piensa Saeed Amidi de València?
- El mantener operaciones como lo hace es que confía en la ciudad. Siempre que venía se sorprendía del nivel de las startups, de presentaciones y nos decía que no teníamos nada que envidiar a las de Estados Unidos. Pero él es uno de los convencidos de Estados Unidos, cuando otros no necesitan salir de sus 20 kilómetros de radio, hay mucho talento fuera. Y yo creo que está contento porque la inversión que se ha hecho aquí va a ser rentable.
- Hay corporates con sus propios programas de aceleración.
- Yo creo que no viene nada para quedarse. Las cosas empiezan siendo tendencias, se convierten en moda, se pervierten y luego acaba quedándose lo que funciona. Y ha pasado con el emprendimiento y con las aceleradoras. Y eso pasa con las tecnologías y con casi todo. Está claro que las grandes corporaciones tienen que acercarse a las tecnologías, ya sea por miedo o por querer innovar. Hace un par de años o tres había mucho marketing, muchas RSE, arrimarte a lo que está de moda, pero las grandes corporaciones lo que necesitan es que haya interacción entre trabajadores y startups y, creo que lo está haciendo muy bien Bankia.
- Hay quien sigue diciendo que el auge del emprendimiento es una burbuja. ¿Seguimos en esas?
- Ha habido un boom de un par de años y llegamos al pico de aceleradoras, de viveros empresariales, de programas. Ahora estamos en el momento de estabilización. Yo creo que ha venido muy bien para que no se vea tan mal lo de emprender. No podemos pretender que todo el mundo emprenda y ahora hemos llegado a un punto de más equilibrio.
- ¿Ha madurado el sector en el área de la inversión?
- Por supuesto. Antes la excepción era que viniera un fondo internacional a invertir en una ronda grande y con eventos como el South Summit, que ha traído a inversores top, ha cambiado. Ahora casi cualquier fondo internacional te abre las puertas y te valora un proyecto español. Antes todo era decirte que solo invertían en Alemania, Francia o Estados Unidos. Yo he oído decir a un señor en San Francisco que solo invertía al que podía ir a ver en bicicleta, otros que solo invertían donde había vuelo directo y de San Francisco a España no hay. Pero todo esto ha cambiado. Además, los casos de éxito ayudan a que se nos tome cada vez con más seriedad y es más sencillo acceder a inversiones a nivel global.
- Muchos opinan que las startups crean modelos precarios, es posible que por conflictos como los de Deliveroo.
- En general, las empresas de economía colaborativa pueden dar esa imagen. Sin embargo, a nivel de empleados de las startups, para nada estamos hablando de trabajo precario. En Blinkfire tenemos ingenieros, con salarios por encima de la media, y no hemos despedido a nadie en cuatro años. Pero la economía colaborativa, con los modelos de trabajo actuales, dan esa sensación. No sé si explotan o no pero serán los juzgados quien deba decirlo. También es verdad que los mini jobs están muy penalizados en España aunque Telepizza y Domino's llevan 25 años con moteros part time. Yo creo que, de todas formas, poner en el saco de las startups a la mal llamada economía colaborativa demuestra mucha ignorancia porque hay que separar conceptos. Pero a pesar de todo se deben de poner de acuerdo en esto porque se lleva por delante a empresas como Eslife, que lo estaban haciendo medianamente bien y se le cortaron las alas.
- Blinkfire cerró recientemente una ronda de inversión de 1,6 millones.
- Tras cerrar la ronda de financiación estamos en la fase de crecimiento. Ahora somos 15 en valencia y 15 en Chicago pero tenemos clientes importantes en todo el mundo y con ingresos que casi nos hace sostenible como empresa, por eso la ronda no fue muy grande. Pero sí va a ayudarnos con la expansión por países como Alemania, Austria o Suiza. Empezamos muy bien con Estados Unidos y España pero queremos crecer a nivel europeo y estamos muy contentos de poder demostrar que una empresa global se puede crear en València. No somos una software factory para Chicago sino que está repartido a partes iguales. Tenemos inversores de España, Estados Unidos y Europa. y queremos contribuir a la imagen de que se pueden hacer proyectos chulos con una base importante desde València.