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profesor de la oxford university

Kevin O’Rourke: "Las medidas de austeridad de Bruselas no han inducido al 'Brexit'"

8/06/2017 - 

VALÈNCIA. Tiene una voz pausada, la calma de quien bucea en las intrincadas raíces de las crisis e intenta justificar el porqué de la desesperación que provocó el crack del 29 en el siglo pasado o la última crisis de 2008. Y lo explica con números y gráficas de colores, con columnas similares a los rascacielos desde cuyas ventanas volaron hacia el vacío las esperanzas de los que lo perdieron todo, entonces, y se estrellaron contra el suelo. La misma crisis que nos ha traído al profesor Kevin Hjortshøj O’Rourke desde la Universidad de Oxford, en Londres, hasta Valencia.

Aquí ha hablado de periodo pre y post crisis del 29, en un seminario organizado por el Instituto Valenciano de Investigación Económica (IVIE) y el Center for Economic Policy Research (CEPR), bajo el título "European Research Workshop in International Trade" (ERWIT). El profesor O’Rourke pronunció la conferencia "When Britain Turned Inward: Protection and the shift towards Empire in interwar Britain". Lo que hemos dicho, el periodo británico de entre guerras o cuando el Imperio "se volvió hacia adentro". 

Y esto es lo que está volviendo a hacer el extinto Imperio Británico tras una crisis profunda, una introspección hacia sus fronteras abandonando Europa. Kevin O’Rourke ya se posicionó hace un año sobre el Brexit -el proceso de retirada del Reino Unido de la Unión Europea- con un “ya te lo dije”. Desde su postura de europeo irlandés, recordó que una globalización excesiva y una inadecuada integración europea podían dejar a la gente de lado. Ignorar esto por mucho tiempo podría tener graves consecuencias políticas, como se ha mostrado histórica y repetidamente: demasiado mercado y poco Estado invitan a una reacción violenta. Y esto es lo que ha ocurrido en el Reino Unido al votar su salida. Pero, ¿qué hay detrás del Brexit? 

–De momento, la primer Ministra británica Theresa May ha amenazado en su Whitepaper -hoja de ruta para comenzar las negociaciones- con el tema de la seguridad. Y, hasta en siete ocasiones, ha dicho en un documento con doce puntos que la colaboración en temas de terrorismo va ligado al resto de exigencias. 

–No es una amenaza creíble el que no vayan a colaborar. Ellos necesitan cooperar con nosotros en seguridad tanto como nosotros con ellos, especialmente tras los últimos atentados en suelo británico -aún no había ocurrido el último…-. El hecho de que nos estén amenazando con ello es síntoma de que están empezando a darse cuenta de que no tienen muy buenas cartas para jugar. Su posición para negociar es muy débil y esas amenazas lo demuestran. 

Foto: EVA MÁÑEZ

–El embajador británico ante la Unión Europea, Ivan Rogers, dimitió en enero cuando Theresa May se reafirmó en una salida dura de la Unión.

–No sé por qué dimitió, pero obviamente, si eres un diplomático de carrera, tienes que estar preocupado, porque se pusieron sobre la mesa varias líneas rojas: “No aceptamos someternos al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. No aceptamos la libertad de movimiento para los ciudadanos europeos. No aceptamos el mercado único europeo. No vamos a pagar el dinero que debemos a la Unión Europea”. Y no creo que esto le gustara a un funcionario que sirve a su país, al darse cuenta de que no habrá acuerdo en marzo de 2019. Y tampoco creo que le gustara estar delante cuando esto ocurra, por lo que no me sorprende que dimitiera.

–May acaba de decir que es mejor un no-acuerdo que un mal acuerdo. ¿Influye en esta postura tan drástica el que se encuentre en campaña electoral?

–En parte es por la campaña y, en parte, porque tiene miedo de perder el apoyo de la parte más conservadora y nacionalista de los tories. Pero la cuestión es que, cuando ha dicho que es mejor no llegar a un acuerdo que tener uno malo, nunca se ha parado a explicar en qué consiste ese mal acuerdo. Por eso, creo que es sólo un slogan y que no significa nada en el fondo. Pero también es un buen indicador para el resto de Europa de que debemos esperar el que no se llegue a un acuerdo. Y por eso trata de preparar a la gente, para el caso de que esto ocurra.

–Entonces, volviendo a su lado económico, ¿un no-acuerdo provocaría un crack en la economía británica en 2019, fecha límite?

–No lo creo. No creo que el PIB cayera en ese momento drásticamente. Por supuesto, supondrá una larga destrucción de inversiones en algún sector, pero no en otros, porque no tendrán competencia del exterior. Lo que es seguro es que la economía británica irá cayendo en los próximos cinco o 10 ó 20 años, hasta quedar por detrás de la europea. Ése fue el error que tuvieron los antiBrexit, cuando dijeron que, al día siguiente del NO a Europa, la economía caería. Pero la economía aún no ha caído… La economía sólo sufrirá a largo término. Incluso el sistema financiero de la City londinense sobrevivirá de momento.

–¿Piensa que el Brexit responde a las medidas de austeridad de la Unión Europea impuestas para hacer frente a la crisis en la zona euro?

–No, porque ello no se ha impuesto en el Reino Unido, que no está en el euro, con lo que nos les ha afectado. Y no creo que los británicos se vayan porque sienten lástima de los españoles. Ellos quieren irse por la emigración del resto de Europa, y están confundidos sobre lo que es Europa y lo que no es Europa. Quieren irse por las políticas de su propio Gobierno, que no ayuda a las clases trabajadoras, que las deja sin derechos sociales y sin medidas de protección social. Fue su Gobierno el que no invirtió en vivienda social ni en servicios médicos. Y mucha gente está sufriendo estas nefastas políticas, con sueldos bajos, trabajos mal pagados, con contratos inseguros de cero horas… Pero no lo explicaron así cuando votaron y el Brexit lo hará peor, porque muchos médicos se irán y mucho trabajadores cualificados se irán. Están preocupados por los inmigrantes europeos, de Polonia y otros países del Este, pero no se dan cuenta de que tienen más emigrantes del resto del mundo. Siempre han tenido la oportunidad de controlar esto, porque es de competencia nacional, pero estaban muy felices de tener una economía con sueldos bajos, antes que invertir en formar a sus ciudadanos a largo plazo. Entiendo que esto lo han hecho porque querían ser competitivos.

–¿Cómo ha podido creer la gente las mentiras del Brexit? ¿Tal vez por falta de cultura o de educación?

–No voy a entrar en eso. Pero la prensa ha hecho mucho daño con toda la campaña a favor del Brexit. Aunque esto no es gratis, alguien había detrás apoyando esa campaña electoral…

Foto: EVA MÁÑEZ

Volviendo a la situación económica, ha estado explicando en su conferencia el crack del 29. Aquí llevamos ya casi diez años desde el crack del 2008, ¿no piensa que los economistas han sido un poco culpables por no ver lo que se venía encima, por no alertar a los gobiernos de lo que podría venir?

–Hay dos cuestiones. Algunos de los economistas que trabajan en el sistema financiero sabían lo que estaba ocurriendo, pero otros no lo podían prever. Podemos culpar a los primeros por la crisis financiera, pero después de ésta hay otros factores: el euro está en crisis, la economía europea ha caído y muchos economistas han discutido las políticas de austeridad impuestas por Bruselas.

–¿Cree que Bruselas lo ha hecho bien con sus mecanismos de estabilidad económica y los rescates financieros?

–Creo que no ha podido hacerlo mejor, porque no hay una verdadera unión económica ni una unión bancaria que facilitara otras medidas. Esto no es un sistema federal, como el americano, donde se pueda imponer todo desde el Banco Central Europeo. Y como el dinero va y viene de todos lados, lo lógico es que hubiera un sistema federal bancario para la Unión Europea. Y ello no ha ocurrido hasta ahora porque los alemanes no han querido o han tenido miedo, seguramente porque aún recuerdan la gran inflación del periodo de entre guerras en el siglo pasado y la falta de control sobre sus propio sistema bancario.

–¿La Unión Europea lo hizo mal comenzando la casa por el tejado al aprobar la unión monetaria antes que la económica? 

–Lo están intentando hacer ahora, pero la cuestión es si los ciudadanos europeos lo quieren. Para ello hay que tomar medidas económicas más valientes, para llegar por ejemplo a un sistema bancario federal, como he dicho. ¿Pero quieren esto los ciudadanos? Tal vez el Brexit nos haga pensar al resto de países lo difícil que es tomar este tipo de decisiones. Aunque siempre será mejor dar un paso adelante y, el que no quiera seguir con el proyecto europeo, que se vaya y que no frene al resto.

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