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tras su visita a digital jove

Kyle Cooper, el artista detrás de tus títulos de crédito favoritos

Hasta 350 films y series cuentan con su aportación. El estadounidense vive una intensa relación de larga duración con el cine

10/05/2019 - 

VALÈNCIA. Daban las 11:30 en Digital Jove, el foro dedicado a la creación digital, a las nuevas tecnologías interactivas y a las narrativas transmedia que se está teniendo lugar en el Palau de Pineda de València. Salen de una sala los asistentes a la charla de Kyle Cooper, y también él unos segundos después. Lo hace casi como una estrella de rock. La gente no le deja avanzar porque le pide fotos y autógrafos, una persona le pide que le firme un libro sobre la película Sev7n (David Fincher, 1995). Tiene una entrevista y quiere descansar, así que hay un momento en el que él y la organización deciden cortar por lo sano e ir a la sala de prensa, dónde Cooper dedica unos minutos a contestar a las preguntas de Culturplaza.

- Debes estar extasiado de tanto fan. Entiendo que te incomoda esto más que estar en tu despacho trabajando...
- No, porque ahora no estoy trabajando. Me gusta centrarme mucho en aquello que hago, y si me interrumpen mientras trabajo, me molesto, pero si vengo a València a contar cosas, está bien por mí.

Las peticiones de fotos y de vídeos están completamente justificadas por la brillante carrera de Kyle Cooper. Es el nombre que nunca habías leído y que seguramente, directa o indirectamente, te ha puesto en una pantalla tus títulos de crédito favoritos. Solo en casa, Sev7n, Misión: Imposible, Men in Black, Minority Report, Spider-man, Iron Man, o las series El abogado, American Horror Story, The Walking Dead o Feud, son algunos de los 350 títulos que llevan su firma. Es además, el mentor de la mayoría de sus coetáneos: "creo que ahora mismo en Los Ángeles, la mayoría de gente que trabaja diseñando títulos de créditos para la gran industria han sido contratados por mí en algún momento. Y eso me llena de orgullo". 

Los títulos de crédito es un arte que se valora más con el corazón que sobre el papel. Más allá del mítico Saul Bass, que se encargó las cabeceras para muchas películas de grandes directores como Alfred Hitchcock, Martin Scorcesse, Billy Wilder o Otto Preminger, la autoría y el trabajo que lleva el diseño de estas piezas se suele ignorar con mucha facilidad, ahogadas como un detalle dentro de todo el metraje. 

- ¿Se trata de un arte en sí mismo o depende completamente del film?
- Cuando los títulos de crédito no son una escena más, sino una pieza creada específicamente para estilizar, sin duda es un arte en sí mismo. El problema es que, a diferencia del videoclip, los títulos de crédito deben tener una vinculación con el resto de la historia.

El estilo marcado y singular de Cooper está muy alejado de Saul Bass, y tal vez más cercano a Richard Greenberg. su marca de la casa (si es que se puede tener de eso en una disciplina que demanda piezas muy diferenciadoras) sería el dinamismo a partir de los cortes repentinos de plano, las referencias tenebrosas (que vienen de la influencia que ha ejercido en él siempre el cómic y el cine de género) y un uso muy trabajado del ritmo y de la sincronización con la pieza musical que lo acompañe a los títulos de crédito.

Foto: PROLOGUE

Cooper es un ser al que la industria no descubrió, sino que ha llegado a base de esfuerzo y mucha cinefilia. Su afición por el cine le viene de muy pequeño, de las películas oscuras y de algunos títulos de créditos tan míticos como los de La dimensión desconocida o Alien. Su intención siempre fue la de intentar llegar a ser director de cine o ser el responsable de crear aquellos monstruos que le salían en los cómics que leía y en el cine y la televisión que devoraba. Pero empezó a estudiar Diseño Gráfico, y su manera de meter cabeza en la industria fue desarrollando estas pequeñas piezas. Ahora es uno de los maestros, sino el que más actualmente, de este oficio. "Ha llegado un momento precioso en mi vida en el que puede no importarme tanto el presupuesto del proyecto, sino que decido los encargo que me solicitan en función de si me interesan realmente y si yo puedo aportar algo al film", explica.

Más allá del cine americano

Aunque la carrera de Kyle Cooper se ha centrado en Estados Unidos, desarrolló su tesis doctoral sobre Sergei Eisenstein y el cine soviético, así que cabe preguntarle por cómo ve el cine de habla no inglesa desde Los Ángeles. "Creo que en Estados Unidos la industria se esfuerza mucho en enseñar mucho poderío técnico, y sin embargo en otra partes del mundo el diseño se centra en un discurso más humano, más personal, en el que la espectacularidad importa menos. Eso me gusta. También que las cosas parecen hacerse con más paciencia", explica.

También se le plantea el nuevo paradigma de internet, que es una de cal y una de arena. Por una parte, ahora, a través de Vimeo o YouTube se tiene acceso directo a los títulos de créditos, que con el consumo doméstico anterior se hacía verdaderamente farrogoso, por no decir absurdo, si uno no se disponía a ver la película completa; además de poder descubrir a grandes nuevos artistas: "hay gente que se sobrevalora y utiliza el escaparate para promocionarse más de lo que ha aportado a la película realmente, pero eso es una pequeñísima parte. Internet es muy positivo para la divulgación de los títulos de créditos", comenta. Por otra parte, Netflix ha añadido el botón de "Omitir introducción" que te permite saltar aquello de lo que trabajan, siendo otro signo del consumo audiovisual rápido a través de los ordenadores: "No tiene sentido porque es excesivo: si quieres pasar una escena, simplemente has de coger el ratón, hacer scroll y buscar el momento de la película en el que quieres seguir. Si se hace así con el resto de escenas, ¿por qué no dejarlo así con los títulos de crédito?", sentencia.

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