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geografía lúdica

La afición por los juegos de mesa y rol siguen creciendo en València

29/08/2022 - 

VALÈNCIA. Cuando descubres algo por primera vez siempre te impresiona. Nunca antes había jugado a un juego de rol, jamás en mi vida. Era algo para mí totalmente nuevo. Vampiro fue el primer juego al que jugué; o más bien, el primero al que vi a la gente jugar. Me sorprendió mucho el poder de la imaginación colectiva; con sus normas, clanes, historia y mitología. Hace años que no he vuelto a jugar a un juego de rol. 

Algo parecido me pasó, y supongo que mucha más gente, con los juegos de mesa. Catan fue un juego que me encantó, y desde ahí, he ido jugando a algún juego y disfrutando con la experiencia de aprender las reglas, el funcionamiento interno y pasarlo genial con más personas interesadas en ese mundo. 

Hoy me zambullo de lleno en el mundo del juego de mesa, el rol, los wargames y demás para rastrear cómo está la afición en València, su historia y desarrollo. Jose Luís Viadel, alías Worf, es un avezado jugador, un apasionado del tablero, miembro del Club Dreadnought, Pinto Cortina, 11. 

Me sorprende el nombre de la asociación. “El nombre Dreadnought proviene del primer juego de estrategia que se compró en el grupo de juego original, un dreadnought es un tipo de barco de guerra que se utilizó principalmente durante principios del siglo XX”, explica Viadel. “Este juego lo compró uno de los socios durante un viaje a Londres a principios de los años 80”.

Viadel lleva muchos años en el mundo del juego, conoce a la perfección cuál ha sido su desarrollo en la ciudad; desde las asociaciones hasta la producción de juegos. “En mi caso todo comenzó en 1990, cuando conocí a unos compañeros de instituto que jugaban a rol, a partir de ahí fui metiéndome poco a poco en el mundillo, íbamos rotando por las respectivas casas de nuestros padres, cada semana en una”, recuerda. Lleva casi toda la vida, o por lo menos toda la vida de jugón, dentro del club, lo cual le da una perspectiva muy amplia. “Yo entré en el Club Dreadnought en 1992, junto con algunos de mis compañeros de instituto que he comentado antes, de hecho seguimos allí desde entonces”. 

Cuando todo estaba por hacer aquí, al principio de los años 90, Viadel llegó al mundo del juego. Cuando todo estaba naciendo y la afición comenzaba a asentarse entro los más jóvenes, creando un nuevo estilo de jugar en un tablero. Algo nuevo y sorprendente. “Estos inicios fueron una época apasionante porque todo era nuevo, como no había mucha oferta se exprimía todo lo existente, se creaban juegos y, al no ser muy grande la afición, nos conocíamos todos”, relata.

Como todo estaba por crearse, Viadel participó en todo. Los pilares del sector eran de barro y él, junto a más personas, los cimentaron hasta lo que conocemos ahora. “Ser consciente de estar participando en la construcción de esta afición, primero desde el Club Dreadnought, luego como encargado de la tienda de juegos Ludomanos, y posteriormente también como encargado de la apertura y puesta en marcha durante sus primeros años de la tienda Games Workshop Valencia (actualmente Warhammer Valencia)” 

Otra de las asociaciones que componen la geografía de juegos de rol y de mesa en València es Valentia Lúdica, Olimpia Arocenas Torres, 42. Hablamos con Pili Escribá, miembro de la Junta Directiva de la Asociación sobre sus inicios, pero sobre todo de su renacimiento tras la pandemia. “Nuestra asociación nació, o mejor dicho renació, por culpa de la pandemia”, señala. “A raíz de ella, hubo un abandono de muchos miembros del antiguo club, ya que tuvimos que cerrar nuestras puertas varios meses. Pero algunos aguantamos el bache, seguimos con las actividades online y refundamos la asociación en 2021 como Valentia Lúdica, mejorando algunos aspectos organizativos”

La época de encierro tuvo alguna parte positiva, al menos para descubrir los juegos de mesa y encontrar una nueva pasión. “No todas las consecuencias de la pandemia fueron negativas, puesto que muchas personas comenzaron a jugar a juegos de mesa durante el encierro y, a partir de la bajada de la peligrosidad del Covid, se incorporaron en masa a nuestro proyecto lúdico”. En dicha refundación, con la llegada de nuevos socios, la asociación creció. “El actual grupo está configurado tanto por “jugones”, que han pasado por multitud de asociaciones y clubs desde los años 80 como por nuevas generaciones de chavales, que descubren el hobby y sienten curiosidad por conocernos”

Volviendo al Club Dreadnought, la asociación lleva desde 1984 con vida, algo increíble y muy valioso por la cantidad de personas que han pasado por sus locales. Sin embargo, sus inicios estuvieron más cerca de la creación y colección de maquetas. “En sus inicios el interés principal del Club Dreadnought fueron los juegos de estrategia y simulación histórica, ya que muchos de los miembros originales eran también muy aficionados al maquetismo y se reunían frecuentemente a charlar en tiendas de maquetas”. 

Hubo un momento donde las necesidades propias del juego forzaron la creación de un espacio para su uso, pudiendo dejar allí los juegos. “Las principales dificultades de este tipo de juegos en su momento eran la duración de las partidas y el tamaño de las mesas de juegos, inviables en aquel momento, salvo que tuvieras una habitación dedicada en exclusiva en casa para dejar montado el juego. Por ello se animaron a alquilar un local para poder dejar montados los tableros permanentemente, y así jugar tranquilamente sin molestar a las familias”, señala. 

Club Dreadnought

El crecimiento de la asociación como la espuma tuvo dos puntos clave, según apunta Viadel. “Varios de los socios eran muy echados pa'lante y movieron cielo y tierra para hacer esto posible.  El hecho de tener un local en marcha hizo que se corriera la voz y fuesen apareciendo más aficionados, con lo que se ampliaron las actividades, de juegos de estrategia se pasó a jugar a juegos temáticos y rol. Muchos de los socios eran estudiantes, así que esto ayudó bastante a ampliar la afición”.

La actual afición de mucha gente a los juegos de mesa, se puede comprobar fácilmente yendo a cualquier tienda y viendo cómo se venden los juegos, o acudir a un salón del cómic, y ver espacios enormes dedicados a los juegos de mesa repletos de gente de todas las edades. Debemos también señalar cuáles han sido los juegos que han generado esa tendencia tan positiva para el mercado del juego de mesa y el crecimiento de las asociaciones. 

“Está claro que juegos como el Catán (Los colonos de Catán) fue uno de los juegos europeos o “euros”, como les solemos llamar, que acercó el juego de mesa a todos los públicos, porque sus mecánicas son sencillas”, comenta Escribá. “Traspasó las barreras nacionales, pues se tradujo a muchos idiomas y marcó un punto de inflexión. Mi grupo de juego lo conoció a principios del 2000 y se convirtió en una fiebre”, recuerda.

También los juegos de rol han crecido entre los aficionados. “Respecto a los juegos de rol, en España tuvimos la suerte de contar con una editorial llamada Joc Internacional, que tradujo obras como El Señor de los Anillos, Star Wars o La llamada de Cthulhu, que se hicieron muy populares a finales de los 80 y principios de los 90” comenta. 

Uno de los juegos de rol para los neófitos, es sin duda, Dragones y Mazmorras. “También fue importante la traducción de Dungeons & Dragons por la editorial Dalmau Carles Plá y que materializó los deseos de imitación de los niños, que deseábamos emular a los protagonistas de la película E. T. el Extraterrestre, en donde se les veía jugar a ese juego; de forma similar al fenómeno desatado actualmente por la serie Stranger Things", apunta Escribá.

Es fascinante cómo el sector ha ido evolucionando y generando más juegos, algunos de ellos inolvidables. Los primeros años, como le preguntaba a Viadel, debieron ser complicados por la dificultad para acceder a la información y juegos en castellano. “Hasta entonces, los que jugábamos a rol, no habíamos tenido acceso más que a libros en otros idiomas y, en aquella época, no todos sabían inglés como para entenderlos del todo”, recuerda Pili Escribá. 

Además nos comenta los juegos de rol que han marcado la historia, desde la primera incursión española en el sector hasta el último juego que ha obtenido un gran éxito. “Con la publicación del primer JdR español (Aquelarre de Ricard Ibáñez) en 1990, tuvimos nuestro primer material genuino. El último hito a mencionar en esa década fue la espectacular recepción que tuvieron los juegos de Mundo de tinieblas, en donde podías interpretar el papel de un vampiro, un mago, un hombre lobo, un hada, etc”, dice.  “Por último cabe citar fenómenos como las cartas coleccionables de Magic: The Gathering o los videojuegos tipo RPG, que abrieron aún más nuestras fronteras a todos”.

“Estamos viviendo una época dorada de los juegos en general, hay más afición que nunca, se editan más juegos de todo tipo que nunca y se juega más que nunca”, comenta. “Además los avances tecnológicos hacen que sean posibles cosas impensables hace 25 años, ahora cualquiera con los suficientes conocimientos e interés puede editar algo en digital, y ponerlo a disposición de aficionados de todo el mundo”, apunta Viadel.

A pesar de esa situación tan boyante, está bien distinguir entre tipos de juegos; desde Wargames, miniaturas, juegos de rol, de mesa o scape rooms. “Yo creo que actualmente lo que más se juega son juegos de mesa, hay que diferenciar entre los jugadores ocasionales, de juegos ligeros sin demasiadas pretensiones, y los jugadores más duros, que ya han pasado a otro escalón con juegos más complejos y exigentes”, señala. "Hay muchísimos de los primeros, que poco a poco van demandando más complejidad y buscan otros tipos de juegos más avanzados”. 

Los juegos de rol también han experimentado un auge. “Los juegos de rol también tienen un público muy amplio, la ventaja es que necesitas menos infraestructura para poder jugar, pero mayor preparación. Hay muchos juegos de mesa que intentan tener una experiencia “de juego de rol” con mucha menos preparación y que hasta cierto punto sigue como sustituto”, apunta. Otro tipo de juego son los wargames, que necesitan más espacio y que, según comenta Viadel, “los wargames tienen ahí su nicho de mercado, no muy grande, pero sí muy resistente”. 

También han ido cambiado con el tiempo, “además cada vez también se editan más juegos con temáticas novedosas (saliéndose de la 2ª Guerra Mundial, los Napoleónicos o guerras anglosajonas) que abren las puertas a nuevos jugadores”, comenta Viadel. 

Y unos de los más vistosos y fascinantes son los juegos de miniaturas, “son casi una afición en sí misma”, apunta, “donde casi tan importante como jugar es el coleccionar y pintar tu ejército de miniaturas, igual tampoco es de los que más público tiene pero es muy fiel y constante”, señala.  Sin olvidar la irrupción de Magic, de la que seguro que todo el mundo ha oído hablar en alguna ocasión. 

“Mención aparte son los juegos de cartas coleccionables, con el Magic como principal exponente, su entrada en el mercado a principios de los noventa supuso un enorme cambio en general: un montón de la afición se pasó al Magic, dejando al rol y otros juegos de lado, aunque también sirvió para que muchísima gente nueva entrase en la afición, años después muchos de estos nuevos jugadores volvió a otras opciones”, apunta Viadel. 

Valentia Lúdica

Es muy fácil en la actualidad encontrarse un buen puñado de eventos donde los juegos de mesa tengan un lugar destacado, aunque indudablemente queda mucho trabajo por hacer. “Actualmente, el panorama “jugón” es muy activo y hay jornadas tanto en la ciudad como en pueblos, pero queda mucho trabajo por hacer, como aumentar la colaboración de instituciones públicas, otras asociaciones culturales o la captación de subvenciones”, comenta Escribá.

También es muy importante captar la atención de nuevos aficionados, gente que tal vez nunca haya jugado de verdad a ningún juego de mesa. Un buen escaparate siempre es una feria o salón del manga o cómic, donde el público está más predispuesto a conocer cosas nuevas. “Encuentros como el Salón del Cómic, MundoFreak, Ludorussafa, Roach & Rol, RolenQuart, Jesta o Revolution Comik Fans son imprescindibles para darnos a conocer a nuevas generaciones, además de una intensa actividad en redes sociales”, dice Escribá.

Los juegos de mesa, de rol y demás pueden ser, y de hecho son, muy atractivos. Una vez que ves a gente jugar sientes la necesidad de probar. “A estas jornadas van muchos curiosos, familias con niños, que conocen por primera vez este tipo de juegos, y los más fieles aficionados. Por ello, una de las primeras cosas que fomentamos desde la Junta Directiva de la asociación es el participar en este tipo de eventos y estimular nuestra presencia en redes, con nuestra propia web, Instagram y Twitter”

Los juegos aportan muchas cosas, además del consabido entretenimiento. “Esta labor la hacemos porque nos gusta nuestro hobby y pensamos que debemos darlo a conocer a cuanta más gente mejor: es algo que fomenta las relaciones sociales, entretiene muchísimo, estimula la lectura y se convierte en un estilo de vida sano y cultural. Además, comprar un juego no es caro y proporciona muchísimas horas de juego, lo cual es un tema importante siempre”, explica Escribá.

En Valentia Lúdica, como también en Dreadnought existen diferentes tipos de jugador. “Pues tenemos dos perfiles básicos en la asociación, que se repiten cuando contactamos con otras o en jornadas: por un lado los jugones de siempre, que llevamos décadas disfrutando de los juegos de mesa y de rol y, por otro lado, los más jóvenes que se han incorporado con fuerza y ganas los últimos años”, comenta Escribá. 

También es lógico que el perfil del jugador, como las mecánicas del juego o los propios títulos, haya cambiado desde los 80 hasta nuestros días. “Aun así, el perfil ha evolucionado: en los años 80 éramos muy pocos, se nos marginaba un poco por “hacer cosas raras” y casi no había chicas”, recuerda. “Nos conocíamos todos, al menos en València. Con el tiempo, ha pasado a ser un pasatiempo más aceptado por el resto de la sociedad, y hoy día somos muchos y muchas. Incluso hay bares o cafeterías, que proporcionan juegos para disfrutar de ellos mientras tomas algo”

¿Quizás un renacer del juego? “Yo no diría que hay un revival como tal, pero lo que hemos observado es que el confinamiento ha fomentado la venta de juegos de mesa, y hay muchos más curiosos ahora, que se acercan a nuestra asociación”, matiza Escribá.

Me pregunto los motivos por los que los videojuegos han tenido mayor repercusión que los juegos de mesa, y los conocen más personas fuera de su órbita. “No creo que sea así exactamente”, responde Escribá. “Siempre se ha jugado a juegos de mesa, cartas, dominó, parchís, Monopoly o ajedrez. El Backgammon ya se jugaba en el mundo Antiguo, los romanos eran adictos a los dados y el Senet se consideraba relacionado con los nobles egipcios. No sólo los niños jugaban y era algo muy aceptado en sociedad”, explica.

Los juegos de mesa siempre han estado ahí, es indudable. “El salto desde estos clásicos a otros juegos no es tan difícil, el problema es que se ha promocionado más otros tipos de entretenimiento, como conciertos, discotecas o cine, ya que dependían de organismos con más infraestructuras y poder, que nuestras pequeñas asociaciones. Con el auge de las redes sociales, que ha ido paralelo a la mejora de los videojuegos, esto ha cambiado profundamente. Muchos jugadores de videojuegos han indagado (sí, digo indagar, porque no era fácil darse a conocer cuando no se usaba tanto Internet) y nos han encontrado; pero hasta los 2000, era muy complicado”, comenta Escribá.

Pongo en un compromiso a Pili Escribá preguntándole por su juego favorito. “Es difícil decir solo uno”, dice. “Cada juego tiene su momento e igual que todos los días no te apetece comer sopa, con los juegos pasa lo mismo. Si tengo que decantarme, mi juego de mesa favorito es Agrícola de Uwe Rosemberg, un “euro” de gestión de recursos en donde tienes que conseguir que tus campos de cultivo y tus pastos con animales sean los mejores. Pero también me gustan muchos otros juegos, sobre todo los de política y economía o los colaborativos. En cuanto a rol, pues los que afrontan misterios, elementos sobrenaturales y fantasía, como La Llamada de Cthulhu, basado en la cosmogonía lovecraftiana, Kult".

La afición por los juegos de mesa es mucho más amplia en otros países de Europa, en España estamos un poco por detrás en ese sentido. “Bueno, nos estamos acercando cada día más”, señala. “Hay que tener en cuenta que la cultura del sur de Europa es muy diferente a la del norte, no solo por costumbres sino también por limitaciones como el clima, las horas de sol, el ritmo de trabajo, etc. Por ejemplo, en Alemania hay una gran tradición de juegos de mesa desde el siglo pasado, posiblemente por este tipo de factores: hay pocas horas de luz, hace frío y los juegos son una gran actividad para realizar en casa, los horarios de trabajo son intensivos, con lo que las oscuras tardes de sus largos inviernos piden mantita y un juego”, apunta. 

Valentia Lúdica

Escribá señala hacia una población alemana, “allí se celebra la fiesta anual en Essen, en donde se publican nuevos juegos y se entregan premios a los mejores. Aquí no tenemos nada igual, pero cada vez son más las asociaciones que intentan emular a nuestros colegas europeos”.

Clubes grandes como con los que estamos hablando, necesitan locales amplios por el crecimiento del número de socios. “El Club Dreadnought lleva en marcha desde 1984, casi 40 años ya, así que el actual es el 8º local que hemos disfrutado, con cada cambio hemos ido mejorando, aumentando la oferta de servicios, buscando mejoras e intentando hacerlo lo más agradable para los aficionados, sean socios o no. Así como ser un referente de esta afición en València”, apunta Viadel.

El Club Dreadnought no solamente es muy longevo, sino que también mantiene a socios desde casi sus inicios y una política de autogestión. “También hemos sido muy persistentes con la idea de ser totalmente independientes de cualquier empresa o entidad pública, desde siempre nos hemos financiado con las cuotas de nuestros socios, para poder ser independientes y hacer las cosas a nuestra manera y siempre en beneficio de nuestros socios y de la afición en general”, comenta. La autogestión permite una libertad enorme, pero también un compromiso más decidido y más riesgo. “Esto ha generado un fuerte compromiso de nuestros socios, un porcentaje muy elevado tiene más de 15 o 20 años de antigüedad, y es posible que gracias a esto hemos podido funcionar todos estos años”. 

Echando la vista atrás, y regresando a los orígenes, Viadel recuerda cómo eran aquellos primeros años y las primeras asociaciones. “A nivel de València eran grupos de juego muy atomizados cuando comenzó la afición, el Club Dreadnought primero y posteriormente, el Rolitécnico (en la Univ. Politécnica) y la Casa de Juventud en Mislata fueron los primeros centros de aparición de la afición”, señala. “Posteriormente la apertura de las primeras tiendas de juegos: Ludomanos (fundada por Gerardo Rodas, socio del Club Dreadnought), Valhalla (fundada por Vicente Calatayud -Kutu-, socio del Club Dreadnought), Games Workshop (el principal fabricante de miniaturas del mundo, con Jose Luis Viadel -Worf- como encargado durante los primeros años, también socio del Club Dreadnought, y anteriormente también encargado de la tienda Ludomanos)”

Hubo un auténtico auge del sector y esto fomentó a su vez el crecimiento de la afición, “otras como Gremio de Dragones y Camelot, provocaron un aumento de la afición y la creación de unos centros estables donde los aficionados conocían a otros aficionados – apunta Viadel, se fomentaba la colaboración y en aquel momento (finales de los 90) muchas casas de juventud promovieron la afición en sus instalaciones, raro era el sitio donde no había un grupo que jugaba a rol o mesa o miniaturas en un local municipal”, rememora. 

Hubo una eclosión del mercado suscitada por la creciente demanda y por la apertura de tiendas que saciaban esa demanda. “Evidentemente se produjo un enorme cambio y crecimiento de la afición a todos los niveles, la apertura de nuevas tiendas, la disponibilidad de juegos en otros puntos de venta como tiendas de cómic, grandes almacenes y similares, etc..” Todo era nuevo y vibrante y las editoriales se sumaron a la creación y traducción de juegos. “Al principio de cosas de importación en otros idiomas y posteriormente la aparición de editoriales españolas que traducen y editan juegos en español, e incluso comienzan a aparecer ya los primeros juegos de autores españoles”. 

Y llegó Internet, los juegos en red, los juego de estrategia. El paraíso del juego compartido, colectivo. “La irrupción de internet significó una distorsión positiva del mercado y la afición a todos los niveles, tanto para conocer nuevos aficionados, conocer nuevos productos, ver lo que se producía en otros países, descubrir innumerables eventos y jornadas, la aparición de infinidad de tiendas online que aumentaban la oferta de todo tipo de juegos, hasta los más raros”, comenta. 

También la información comenzó a circular de un modo más rápido y directo. Se podían comparar juegos, hablar con otros aficionados, comprar a otros países más fácilmente. La revolución estaba ahí. “También permitió difundir la afición hasta límites insospechados, y ante más afición empezaron a aparecer primero los blogs y posteriormente todo tipo de divulgadores sobre juegos en general en todo tipo de plataformas (YouTube, Twitch, podcast, etc…), lo cual fue muy positivo para reforzar la afición y expandirla”, comenta Viadel. 

Como le pasó a los videojuegos, al principio se veían (y también iban enfocados) a un público infantil y juvenil, pero a partir de cierto momento (principios de los 2000), se popularizaron a todo tipo de edades. “Todo esto provocó que, a un nivel muy general, comenzase a cambiar la percepción de los juegos como “algo para niños”, poco a poco van apareciendo más los juegos en los medios generalistas como una afición, la gente se interesa más y ya no es raro encontrar juegos ligeros junto al eterno Monopoly en cualquier casa”, comenta.

Sin embargo, no nos pongamos nostálgicos. “Yo, personalmente, no echo de menos los inicios de esta afición, fue muy emocionante al principio pero en este momento hay más juegos y gente que juega que nunca, más opciones tanto en calidad como en temáticas y diseños, la afición ha avanzado muchísimo y yo creo que está en un momento excelente” 

Ahora pongo en un compromiso a Jose Luís para saber cuáles son sus juegos favoritos. “En juegos de rol: La Llamada de Cthulhu, un clásico editado ininterrumpidamente desde 1981, con 7 ediciones desde entonces y ambientado en los mundos creados por HP Lovecraft”. “En juegos de mesa: Una novedad de los últimos años, DUNE Imperium, un juego temático ambientado en las novelas de Frank Herbert”. Y para terminar, “en wargames: Combat Commander, un juego táctico ambientado en la 2ª Guerra Mundial, con partidas de unas dos horas de duración, de reglas sencillas pero mucha profundidad y con infinidad de escenarios diferentes”

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