El sector de automoción es netamente exportador y eso obliga a contar con infraestructuras que permitan la salida de los vehículos y componentes que se fabrican en el territorio valenciano. Pero aún más, gracias al lugar privilegiado que ocupamos, por nuestras costas salen los productos de otras comunidades autónomas.
Y en este sentido, en el actual estado de las autonomías, la competencia por la atracción de mercancías para su distribución a otros territorios, la tenemos también con puertos españoles. Todos ellos administrados por una misma entidad, pero que compiten por atraer el fluyo de mercancías a distribuir.
Así, para la Comunitat Valenciana resulta fundamental que las infraestructuras que ayudan a la exportación de productos sean modernas, accesibles, respetuosas con el medio ambiente y acorde con las necesidades de la economía. En este sentido, resulta fundamental la ampliación del Puerto de Valencia, como resulta fundamental el Corredor Mediterráneo, la apuesta por la digitalización o el aumento de puntos de carga para vehículos eléctricos. Se trata de la misma estrategia de posicionar a la Comunitat Valenciana como una región que atraiga y mantenga riqueza y talento.
La situación actual de parálisis en torno al proyecto de ampliación es un argumento para que otras instalaciones portuarias cojan ventaja a la valenciana. Y para cuando queramos recuperar el terreno perdido puede ser demasiado tarde.
Cabe recordar que en 2018 por el sistema portuario que configuran Valencia-Sagunto pasó el 40% de los contenedores destinados al comercio exterior y más del 60% de los contenedores del área de Madrid se maneja en Valenciaport.
El Puerto de Valencia es el quinto europeo por tráfico de contenedores y su impacto económico se estima en más de 2,500 millones de euros brutos.
Con todos estos datos, desde el Clúster de Automoción de la Comunitat Valenciana, inmerso, como todo el sector en un proceso de descarbonización y en una apuesta firma por la defensa del medio ambiente, queremos entender las posturas más precavidas. Por eso también, el Clúster apuesta porque se practique la ampliación norte del Puerto con todas las prevenciones necesarias para que afecte lo mínimo a las playas y al entorno. Playas que, por otro lado, son un fuerte atractivo para el sector turístico que también es clave para nuestra economía.
Sin embargo, según datos de la Confederación Empresarial Valenciana -CEV- la propia ampliación supondrá una mejora medioambiental, gracias al ahorro en horas de conducción de los transportes que llegan al puerto, gracias a la disminución de congestiones de tráfico y por la mejora en los accesos.
Desde AVIA no entendemos que se produzca una dicotomía entre ampliación o medio ambiente. Más bien al contrario. La ampliación mejorará unos accesos que repercutirán en menos horas de combustión y al mismo tiempo, repercutirá económicamente en la Comunitat Valenciana.
Es imprescindible que el Puerto de Valencia y el eje Valencia-Sagunto mantenga el liderazgo y no se quede atrás en esta carrera que no es solo internacional, sino también entre Comunidades.
Mónica Alegre es presidenta de la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (AVIA). Clúster de Automoción de la Comunitat Valenciana