MADRID, (EP). El número de escombros espaciales que rodean actualmente la Tierra ha ido aumentando paulatinamente en los últimos meses de 2015 y primeros de 2016, pasando de los 16.925 registrados hasta el mes de junio del año pasado, a los 17.385 contabilizados durante los tres primeros meses de este año.
Estos son los datos facilitados por la Oficina del Programa de la NASA de Restos Orbitales que hace recuento de la basura espacial que órbita la Tierra. Por 'basura espacial' se entiende la cantidad de satélites activos o inactivos que han sido lanzados o bien bajados de sus órbitas para ser hundidos en el mar, así como cohetes espaciales antiguos y en funcionamiento, y demás objetos procedentes de la fragmentación de residuos, generados por ejemplo en explosiones.
De manera desglosada, de estos 17.385 cuerpos espaciales que rondan el planeta, la Comunidad de Estados Independientes -antigua Unión Soviética- se mantiene como la que mayor cantidad de basura desecha al espacio, con un total de 6.276 objetos; seguida de Estados Unidos con 5.483 y de China con 3.791.
Mientras, la Agencia Espacial Europea (ESA) sigue siendo la entidad que menos objetos emite al espacio, con 109 cuerpos, de los cuales 56 proceden de explosiones y 53 son cohetes, cuerpos y demás escombros.
Además, hay países que independientemente de la agencia espacial a la que pertenezcan, también envían y 'arrojan' a la órbita terrestre aparatos espaciales. Así, sería el caso de los 520 franceses, los 215 que tiene Japón, los 176 indios, o los 815 de 'otras' naciones, según se desprende de este informe de la NASA.
El programa de la NASA encargado de controlar la basura espacial es el 'U.S Space Surveillance Network' (SSN). La iniciativa la desarrolla el Gobierno de Estados Unidos y tiene como principal objetivo detectar, controlar, catalogar e identificar estos objetos hechos por el hombre y que orbitan alrededor de la Tierra.
Asimismo, se encarga de predecir cuándo y dónde caerá un objeto de nuevo en la Tierra, cuál es su posición en el espacio, detectar nuevos cuerpos residuales en el espacio y a qué país pertenecen, además de informar a la NASA si estos objetos interfieren con la estación Shuttle.