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La 'batalla' de la movilidad metropolitana también es 'botánica'

4/10/2021 - 

VALÈNCIA. El debate latente sobre las deficiencias en el transporte metropolitano de València ha resucitado en las últimas semanas a cuenta de los múltiples retrasos y cancelaciones en la red de Cercanías, pero también con la discusión, de nuevo sobre la mesa, sobre la Empresa Municipal de Transportes de València ciudad y si ésta debería o no pasar a depender de un organismo supramunicipal por su función en el marco del transporte metropolitano. Con todo, el entrelazamiento de ambas líneas de controversia -Cercanías y EMT- revela cierto enfrentamiento soterrado en los gobiernos valencianos, tanto en el Consell como en el Ayuntamiento de València. 

Por un lado, Compromís es la fuerza más crítica e incisiva para con las faltas en el servicio de Cercanías, que depende de Renfe y en último término del Ministerio de Transportes, dirigido por la socialista Raquel Sánchez -hasta julio, de José Luis Ábalos-. La coalición valencianista ha estado visibilizando con múltiples campañas su reivindicación contra la situación "negligente" de la red: reparto de folletos informativos, puesta en marcha de webs de denuncia, recogida de firmas, iniciativas de crítica en redes sociales, etcétera.

La falta de inversión presupuestaria, el bajo nivel de ejecución de las inversiones en la red valenciana de Cercanías, la saturación de los trenes por las frecuencias insuficientes, y las continuas cancelaciones y retrasos, son algunas de las denuncias más sonoras de Compromís, que ha hecho de la problemática uno de sus principales caballos de batalla contra el Ejecutivo central que preside el socialista Pedro Sánchez.

En este sentido, la fundamental exigencia de la coalición valencianista es que el Gobierno ceda la gestión de la red de Cercanías a la Generalitat Valenciana. "Si desde Madrid no quieren o no saben gestionar nuestras Cercanías, pues lo haremos desde aquí, con políticas de proximidad que nos aseguren tener un servicio digno con más frecuencias, nuevas líneas y que permita crear una red de transporte público con una tarjeta única que integre todos los medios de transporte valencianos, tren, metro, tranvía, autobús y bicicletas", reclamaba recientemente el síndic de Compromís en Les Corts, Fran Ferri.

Recientemente, la situación llevó al president de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, a anunciar que el Ejecutivo autonómico solicitará formalmente al central la transferencia de la gestión de las Cercanías para "mejorar" el servicio, que "no funciona como debería" y que se ha convertido en "un problema desde hace muchos años".

Aunque lo cierto es que en las filas socialistas son conscientes de la dificultad de encajar todos los bolillos para esta transferencia. Desde el rechazo a priori de los sindicatos a efectuar esta transferencia de competencias hasta la complejidad de gestionar líneas que traspasan comunidades (Murcia) y por las que discurren tanto Cercanías como trenes de media y larga distancia. Sin contar con la madre del cordero: la financiación que debería acompañar el Estado a la transferencia competencial.

Es más, el propio Puig ya anunció hace cinco años, en 2016, cuando era ministra en funciones del ramo Ana Pastor, que reclamaría al Ministerio "inmediatamente" el traspaso de Cercanías al Consell valenciano tras reunirse con los alcaldes afectados por los problemas manifiestos de varias líneas de Cercanías en la Comunitat Valenciana. Sin embargo, esto todavía no se ha producido formalmente, por lo que el president valenciano resucitó el anuncio este mes de septiembre.

A este debate, con todo, se ha sumado otro vinculado al transporte metropolitano de València: los socialistas valencianos, por su parte, han abierto de nuevo el melón de la firma municipal de autobuses, que preside el edil de Compromís Giuseppe Grezzi, para iniciar el proceso que culmine con el traspaso competencial también al Gobierno valenciano, y en concreto a la Autoridad de Transporte Metropolitano de Valencia (ATMV).

Consejo de Administración de la EMT. Foto: KIKE TABERNER

El alcalde socialista de Mislata y diputado provincial de Cooperación Municipal, Carlos Fernández Bielsa, avivó el debate de la EMT al reclamar que la firma municipal pase a ser gestionada a nivel supramunicipal para ampliar su servicio a municipios del área metropolitana de València. Y no son pocos los alcaldes y presidentes de mancomunidades -la gran mayoría, socialistas, sino del PP- que refrendan la reclamación: Paterna, Xirivella, Massanassa, Burjassot, Tavernes Blanques, Picanya, etcétera.

Los socialistas se encuentran cómodos en este debate, que resurge o hacen resurgir de vez en cuando. Incluso en el propio Ayuntamiento de València, donde las fricciones entre los dos socios de gobierno -Compromís y PSPV- también dejan al descubierto discusiones como el de la EMT asumida por la ATMV.

Sin ir más lejos, el concejal de Hacienda, Borja Sanjuán (PSPV), volvía a incidir sobre esta cuestión tras el choque con la coalición valencianista que lidera Joan Ribó a cuenta de la remodelación de Ausiàs March. El socialista quiso recordar que la EMT, que depende de la concejalía de Movilidad Sostenible que controla Compromís, podría integrarse en la autoridad metropolitana en un futuro "no muy cercano", lo cual sería beneficioso para "coser" los pueblos con la gran urbe.

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