VALÈNCIA. Aunque el cisma abierto a nivel nacional y autonómico entre el Partido Popular y Vox tras la ruptura de los gobiernos regionales no haya tenido repercusión directa en los ayuntamientos, la relación entre ambas formaciones en la ciudad de València no es del todo fluida, ni mucho menos. No sólo a cuenta de controversias ideológicas sobre el feminismo o los derechos LGTBI, donde ambos socios se esfuerzan en diferenciarse, sino también en el sensible -por popular y mediático- debate por el Nou Mestalla.
Tanto la alcaldesa popular, María José Catalá, como el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Juanma Badenas, se han repetido al reivindicar la pervivencia del pacto de gobierno más allá de la ruptura en el Consell. Pero la distancia entre ambos sobre el nuevo estadio es evidente, sobre todo después de que el PP se haya tenido que apoyar en la oposición -Compromís y PSPV- para sacar adelante las fichas urbanísticas por no encontrar acuerdo con sus socios voxistas.
Así pues, el tratamiento de la licencia de obras otorgada por la concejalía de Urbanismo sin informar a las filas de Vox y, sobre todo, la contundencia de Badenas en sus condiciones sobre este asunto han puesto sobre la mesa a la oposición una nueva oportunidad para tensar la relación de los socios de gobierno. Tanto es así que el grupo municipal de Compromís, que dirige la portavoz Papi Robles, ha aprovechado esa falta de sintonía para plantear la reprobación a la alcaldesa popular a cuenta del nuevo estadio.
La moción de la formación valencianista, que se debatirá este martes en el pleno municipal, tiene el apoyo del PSPV, de manera que pone el foco en la respuesta que dará Vox a este reto. El sentido de su voto podría ser más previsible si no fuera porque muchos de los términos empleados por Compromís en la exposición de motivos coinciden con buena parte del relato sostenido por Badenas públicamente en los últimos meses, donde había rechazado cualquier planteamiento que supusiera permitir al Valencia CF y su máximo accionista, Peter Lim, disponer de los beneficios urbanísticos del Nou Mestalla.
El relato de la moción coincide con el sostenido por el portavoz de Vox la pasada semana sin ir más lejos, cuando acusó a la alcaldesa de lanzarse "a un barranco para salvar a Peter Lim", al conceder una licencia de obras que "tarda dos años y medio para empezar a exigir garantías", y destacó que en ese lugar "no encontrarán a Vox". "Nuestra posición nunca ha sido esa", recalcó Badenas ante la decisión "unilateral del PP" en la que "Vox no está de acuerdo".
Badenas no cerraba la puerta a apoyar la posible reprobación de Catalá y se limitó a decir que valoraría el asunto "en su momento". Está por ver si la contundencia mantenida hasta ahora por el líder de Vox en València ciudad se mantiene también en este caso. Este lunes, desde el grupo municipal de Vox querían mantener silencio al respecto y los populares decían desconocer cuál será la resolución definitiva. Pero la posibilidad de un voto a favor o una abstención planea en la sede consistorial.
Su voto favorable o abstención harían que Catalá saliera reprobada del pleno. El voto en contra de la reprobación salvaría a la dirigente popular, pero podría considerarse un cambio de discurso de Badenas sobre este tema tras mantener durante meses una postura férrea sobre el tratamiento que había que dar al Valenci CF. La presentación de una moción alternativa podría permitirle salir del paso, pero debería encontrar el apoyo de alguno de los dos frentes. De esta manera, a falta de saber su posición definitiva, las posibilidades siguen abiertas.
Este lunes, Robles mostró su convencimiento de que Catalá sería "la primera alcaldesa reprobada en el pleno municipal" si "todos los grupos políticos son fieles a lo que han dicho hasta ahora". Así, la portavoz de Compromís aseguró que "el Partido Popular está muy nervioso" si bien admitió que hasta este martes no lo sabríamos "dada la cobardía de Vox"
La propuesta de Compromís pide reprobar a Catalá por haber "concedido la licencia de construcción del nuevo estadio" sin "haber aprobado de manera previa las fichas urbanísticas y el convenio de colaboración ni haber realizado la auditoría externa del coste del estadio", aprobada con el voto de Vox el pasado mes de febrero.
De este modo, la formación de Robles recrimina la postura de la primera edil durante los últimos meses para, la pasada semana, acabar acordando dichas condiciones con la oposición tras dar luz verde al permiso de obra. Para Compromís, la licencia, que el departamento de Urbanismo defiende como un acto reglado sin margen para la arbitrariedad política, concluye "la traición" de Catalá a la afición y la ciudad "anteponiendo los intereses del propietario del club".
Así, insiste en que el permiso da "a Meriton vía libre para construir el nuevo estadio sin avales, sin fianza, sin los cortafuegos de las fichas urbanísticas y sin nuevo convenio" en "un proceso llevado a puerta cerrada en despachos en Madrid sin conocimiento ni consulta con la oposición".
Cabe recordar que el permiso concedido por la concejalía de Urbanismo obliga a empezar las obras en el plazo máximo de seis meses y a finalizarlas en 30 meses sin "interrupciones" excepto "causa justificada de fuerza mayor". Si no, el Ayuntamiento contempla como penalización la caducidad y extinción de la licencia, la derogación el plan urbanístico de 2015 que sigue vigente, lo cual supondrá la pérdida de las plusvalías urbanísticas de este planeamiento, y la resolución de los convenios suscritos en 2005 y 2007 por incumplimiento grave, con la indemnización que corresponda por parte del club.