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“El festival se va a celebrar” 

La Cabina se reivindica (con o sin pandemia) bajo el ala de Almodóvar

3/11/2020 - 

VALÈNCIA. Cuando Pedro Almodóvar decidió, hace apenas unos meses, lanzarse a la piscina con La voz humana, sabía bien que no era una cinta cualquiera. No en vano, su proyección la precede un vídeo en el que tanto el director como la protagonista, Tilda Swinton, agradecen al público haber acudido a las salas de cine, espacios que están sufriendo especialmente los efectos de la crisis sanitaria. Un estreno de Almodóvar es un evento en cualquier caso, pero que lo haga en un formato distinto al largometraje supone un golpe sobre la mesa y retoma la conversación sobre la cabida de otros formatos en las salas comerciales. Él se lo puede permitir, pero eso abre una puerta por la que no pocos creadores ahora se quieren colar. “Que Almodovar se lance a hacer este formato es un espaldarazo para los cineastas” con un formato que es “complicado de distribuir y de producir”. Estas palabras las firma Sara Mansanet, directora del festival de mediometrajes La Cabina, que este año celebra su 13º edición entre la incertidumbre y las ganas de llevar adelante una cita que, recalca, sí o sí se celebrará. 

El efecto Peeeedro, que diría Penélope Cruz, se sentirá también en la inauguración del festival, que se celebrará el próximo 10 de noviembre en el Teatro Talia, cita en la que se proyectará la cinta y en la que, además, el Vicerrectorado de Cultura y Deportes de la Universitat de València premiará el director manchego con el galardón Clar de Llums, obra escultórica de Emilio Gallego, en homenaje a su trayectoria. Pero no es Almodóvar el único gran nombre asociado a La Cabina este año. La sección Inèdits, que muestra mediometrajes de directores consagrados, suma piezas como la serie Tokyo! (2008), que suma Interior Design, de Michel Gondry, sobre una pareja que busca abrirse camino en la ciudad; Merde, de Léos Carax, que versa sobre un enigmático hombre que siembra el pánico en las calles de Tokyo; y Shaking Tokyo, del oscarizado Bong Joon-Ho, una pieza que presenta la unión entre un hombre solitario y una repartidora de pizza durante un terremoto. También, entre otros, se proyectará Se vende un tranvía (1959), de Juan Estelrich y guion de Luis García Berlanga y Rafael Azcona, una joya poco conocida en la que un preso relata como intentó colocar un tranvía a un rico e inculto agricultor. 

La directora del festival presentó la nueva edición junto a Antonio Ariño, Vicerector de Cultura i Esport de la Universitat de València; Carmen Amoraga, directora general de Cultura y Patrimonio, y Maite Ibáñez, concejala de Acció Cultural, quienes alabaron la celebración de la cita cultural en un contexto de incertidumbre generalizada. “Tenemos toda la voluntad de hacer cultura segura”, declaró Ariño. “Nos adaptaremos de las mejor manera posible. Pero el festival se va a celebrar”, secundó Mansanet. Y es que, con una situación compleja desde el confinamiento el pasado mes de marzo, el festival no se ha querido esperar a noviembre para armar un plan B que asegure su celebración, que de momento se mantiene presencial con proyecciones en La Nau, La Filmoteca y La Mutant, aunque con una sesión por día. De esta forma, de nuevo colaborarán con la plataforma de streaming Filmin, que sumará a su catálogo algunos de los mediometrajes que dan forma a la nueva edición del festival, con lo que se asegura el visionado de gran parte de las piezas, una oferta que se intentará ampliar en el caso de que se limite la presencialidad en los próximos días. También, y con el objetivo de asegurar que haya un palmarés, el jurado se ha reunido -de manera telemática- antes de lo habitual y se ha limitado la presencia de creadores internacionales, que participarán en la edición a modo de coloquios virtuales. 

La Cabina se mantiene, sí, aunque “en el año más complicado que jamás hubiéramos imaginado", un año complejo para todo el conjunto de las industrias culturales que, sin embargo, llega con un momento de “expansión” del mediometraje. Así lo explicaba Mansanet durante la presentación de la nueva edición, una expansión que pasa por Almodóvar, sí, pero también por una relación cada vez más afianzada con el canal francés Arte, que cada año se interesa por la selección de cintas seleccionadas en La Cabina. “Me encantaría que las televisiones, como en Francia, compraran este formato”, expresó la directora, que apuntó a un inicio de conversaciones con la televisión pública valenciana, que participa en otros festivales como La Mostra, de cara a futuras ediciones. “Es un camino largo, una rueda que hay que mantener en marcha”. Sobre el futuro, por cierto, también Ariño apuntó a la intención de generar un laboratorio de cortometrajes y largometrajes, generando un espacio de creación en el centro universitario. 

Este año son 24 las cintas seleccionadas, de las cuales la mitad pertenece a la Sección Oficial (ficción) y la otra a Amalgama (no ficción), una edición que además apunta récord por lo que respecta a estrenos: con quince nacionales, tres europeos y cuatro mundiales. Este último grupo está formado por los documentales Wanderers, de Evgenia Alexandrova, una reflexión sobre el futuro de la humanidad desde la Estación de Investigación del Desierto de Marte; Domicílio incerto, que relata el intercambio de cartas entre sus directores Davi Mello y Deborah Perrota, uno de Sao Paulo y la otra de Turín;  y Revelaciones, de Juan Soto Taborda, que parte de una conversación son su madre; así como la cinta de ficción Mords-Les, de Benoit Delépine Gustave Kervern, una pieza que ve despertar de su tumba a Diogenia tras 2.000 años. “El festival está en un momento muy bueno de calidad. Cada año estamos más contentas. Eso es lo que nos anima a continuar”, destacó Mansanet.

Desde los problemas más que profundos que vive la sociedad del Líbano, el día a día de un grupo de mayores que pasan sus inviernos en un hostal de León on el vínculo entre la seducción y el deseo por parte de una dominatrix son algunos de los temas que incluye la sección de films documentales y/o documentales Amalgama. Por su parte, la Sección Oficial, centrada en la ficción, nos presenta desde la problemática de los refugiados palestinos a futuros distópicos. Además, el festival contará un año más con una nueva jornada dedicada a los Fashion Films y sumará en su clausura, en el Jardí Botànic, la sección Visuals, en la que música y visuales se unen de la mano de la banda Capricornio Uno, formada por Ángela Pascual y Jordi Sapena.

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